Alemania, sin despeinarse, goleó a Australia
Estancias > Primera planaPor Marsares
domingo 13 de junio de 2010 21:16 COT
Dicen que cuando los alemanes salen de su país sin el peso del favoritismo, lo hacen mejor. Esta vez llegaron a Sudáfrica como uno más de los grandes. Mientras el mundo mira a España como la gran favorita, y ponen a Brasil y Argentina como los que le pueden disputar la copa, incluso la propia Inglaterra, los hombres de Joachim Low hasta hoy parecían meros invitados a la gran fiesta del fútbol.
Se les calificaba como un equipo joven, destinado por los críticos a conseguir la experiencia necesaria para futuros campeonatos. Mejor aún, la transición de una gran generación mirando el futuro. A partir de hoy, sin embargo, habrá que tenerlos en cuenta. No son el futuro, son un presente que inquieta. Van a ser protagonistas y al igual que hay un Messi destinado a brillar, los alemanes tienen al suyo, Mesut Özil, con apenas 21 años, destinado a ser una de las figuras de este mundial.
Hasta hoy es el primer equipo que abre el campeonato orbital con propiedad. Ordenado y letal, con la precisión de un cirujano, el seleccionado alemán estudia a su adversario y en el preciso momento, como un bisturí, le abre las entrañas, llega a su corazón y lo fulmina. Esto mostró con Australia, que montó una muralla de piernas en el medio campo, copó todos los espacios en los primeros minutos, centro y laterales, adelantó sus líneas y como un pueblo sitiado se sentó a esperar, luego de intentar una sorpresa en el segundo minuto, con un tiro que rechaza el arquero alemán.
El partido luce lento. Alemania toca, juego horizontal, los australianos miran, atentos, satisfechos de su muralla. De pronto la sorpresa. Un pelotazo al vacío, los australianos tratan de recuperar la pelota, la pierden, un desborde por la derecha, un pase de profundidad de Özil a Müller que le centra a Lukas Podolski para que cruce a la izquierda y dé comienzo a la fiesta germana con un gol que deja sin posibilidades al arquero australiano. Apenas 8 minutos
El partido no cambia de esquema. Los australianos siguen plantados en medio campo y su rival, tocando con parsimonia en el suyo hasta el pase de profundidad, el desborde, el peligro y Özil, divirtiéndose, brilla por la punta derecha, con pases precisos, creando juego, desequilibrando al contrario, para de nuevo, atrás, volver a caminar, afilar el estilete y continuar el ataque letal, hasta el minuto 26, otro pase de profundidad, con Lahn y Mülller de cómplices y esta vez Klose, que había fallado un minuto antes, de cabeza vuelve a perforar la valla australiana.
El segundo tiempo empieza igual. Australia apropiándose del balón, y Alemania en su campo, pensando en su próximo ataque, aprovechando las grietas del muro. Un equipo que siempre se caracterizó por su fortaleza física, ahora tiene un mago que del sombrero saca pases, inventa jugadas, analiza el momento, tiene visión periférica, engaña, atrae, desborda. Özil encanta al lado de los históricos. Le faltó su propio gol pero contribuyó para que su equipo siguiera atropellando a una Australia que manifiesta su impotencia con juego brusco. En el minuto 57 su goleador Tim Cahill es expulsado por una falta por detrás contra Schweinsteiger que funge como el organizador de las huestes germanas,
Podolski y Klose juegan de memoria, conformando esas pequeñas sociedades que desbaratan buenas intenciones defensivas. Klose, el goleador de Alemania con 11 tantos, con oportunidad de alcanzar y pasar el récord de Ronaldo, desperdicia una y otra vez las oportunidades. Alemania ataca, con tanta confianza, que hasta sus zagueros se suman. A veces siete hombres participan en la jugada y luego retroceden, ordenados, para neutralizar a la tímida Australia que no tiene cómo apagar el incendio.
Al minuto 68, Müller, otra de las jóvenes promesas de Alemania, anota el tercero, rasante, después de una jugada colectiva brillante que desacomoda a la zaga australiana. De derecha a izquierda, el balón pega en el palo y se mete con fortaleza. Todos atacan, incluyendo los volantes de primera línea y para aprovechar la ventaja numérica, lo hacen hombre a hombre para que uno flote y haga la diferencia. Todo calculado, con la frialdad del cirujano, precisos, compactos.
Klose crea situaciones pero no concreta, una costumbre malsana, por eso lo reemplaza Cacau, el brasileño nacionalizado que nunca estuvo convocado por la selección de su país. Y paga el favor con un estupendo gol a los 70 minutos. Pase de Özil desde la izquierda, pique profundo, apenas dos movimientos, y así de fácil, sin despeinarse, Alemania golea. Tan sencillo se lee el partido que hay que preservar a los mejores y por eso Low reemplaza a Özil por Mario Gomes.
Alemania descansa. El último cuarto de hora se dedica a saborear el resultado, a dormir la siesta después del banquete. Además, ya no tiene a Özil para encantar y vuelve a ser la Alemania de siempre, fría, calculadora, que ya piensa en el siguiente partido. Australia, la primera selección que llegó a Sudáfrica, va a ser la primera en irse. A los 80 minutos sale Podoslki y entra Marko Marin, otro de los diamantes que Low quiere pulir. Globalización. ¿Alguien hubiera pensado hace unos años que en la selección alemana hubiera apellidos como Gomes y Marín? Bueno, ahí los tienen.
Hay que ver a esta ordenada Alemania con un rival de mayor peso que los exija atrás, pero es indudable, vinieron a ganar. Ojo con ellos.
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Partido del grupo D, disputado en el estadio "Moses Mabhida" de Durban ante 60.000 espectadores.
Alineaciones
Alemania
Manuel Neuer; Philipp Lahm, Arne Friedrich, Per Mertesacker, Holger Badstuber; Bastian Schweinsteiger, Sami Khedira, Mesut Özil (Mario Gomes, m.74), Thomas Müller, Lukas Podolski (Marko Marin, m.81), Miroslav Klose (Cacau, m.68).
Australia
Australia
Mark Schwarzer; Luke Wilkshire, Craig Moore, Lucas Neill, Scott Chipperfield; Brett Emerton, Jason Culina, Vince Grella (Brett Holman, m.46), Carl Valeri, Tim Cahill, Richard García (Nikita Rukavytsya, m.64).
Goles: Alemania: Podolski (m.8), Klose (m.26), Müller (m.68), Cacau (m.70)
Árbitro: Marco Rodríguez (México).
Goles: Alemania: Podolski (m.8), Klose (m.26), Müller (m.68), Cacau (m.70)
Árbitro: Marco Rodríguez (México).
Tarjetas
Amarillas: Alemania: Özil y Cacau; Australia: Craig Moore, Lucas Neil y Carl Valeri.
Roja: a Cahill de Australia (m.57) por una entrada contra Schweinsteiger.
domingo 13 de junio de 2010, 23:54 COT
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lunes 14 de junio de 2010, 12:09 COT
Tal como lo señalaba al otro lado, hay que tener en cuenta que este buen sentido de juego de Alemania, sumado a su disciplina táctica tradicional, tiene que ver con el hecho de que haya sangre extranjera en sus filas.
Ayer mencionaba a tres integrantes: Oezil (de origen turco), Cacau (brasilero nacionalizado) y Mario Gómez (hijo de un español), y me faltó Podolski (descendiente de polacos). Luego, combinar la aplicación innata al esquema con el talento de genes de otras latitudes, da como resultado un equipo ganador.
Otra cosa es que tradicionalmente los alemanes no sean populares, ya que cargan a cuestas el lastre político de que su país haya causado dos guerras mundiales, pero eso no le quita que se les reconozca que son buenos, y sobre todo eficientes, en todo lo que hacen. El fútbol no podía ser la excepción.
lunes 14 de junio de 2010, 14:34 COT
jejeje Rafa, el fútbol no podía ser la excepción de esa raza alemana. En fútbol son adorables!!
mircoles 16 de junio de 2010, 08:52 COT
jejeje Rafa, el fútbol no podía ser la excepción de esa raza alemana. En fútbol son adorables!!