30 años y ya nada
Estancias > Katherine EscobarPor Sentido Común
martes 26 de septiembre de 2006 8:33 COT
Gonzalo Arango. Nació en Andes en 1931 y su vida se escapó hace 30 por la ventana de un taxi, llegando a Gachancipá. Invitó muchas veces a varios de sus seguidores a comer fríjoles con garra en un restaurante del centro de Bogotá. Fumaba marihuana y su mujer se llamaba Angelita. Apoyó la dictadura de Rojas Pinilla y vivió para nada. Nada de pecho, nada mariposa. Nada más…
(Foto tomada de Ciudad Viva en Internet)
martes 26 de septiembre de 2006, 10:52 COT
Recuerdo, en este momento, Sentido Común, la obra que ganó el único Premio Nadaista de Novela. Era de Pablus Gallinazo. Creo que el título era “Mi pequeña hermana”. Una hermosa novela, según mis recuerdos. Creo que comienza diciendo: “Maté”. Y con esa palabra sería suficiente, pero decide mandarse 160 páginas. El parque de la 60, fue por los nadaista, ¿verdad?, y en últimas, por Gonzalo. Fue toda una revolución cultural la que introdujo el nadaismo. Gonzalo se lució. Me parece que había un nadaista que ya era un señor grande cuando gonzaloarango estaba en su apogeo; se me escapa el nombre (este Alzheimer me tiene jodido, ala). Abrazo.
martes 26 de septiembre de 2006, 13:03 COT
Ese nadaista tal vez era un alias X-504, que era un empleado de computadorres. Con los años pudo dejar dicho empleo y revelar su nombre Jaime Jaramillo Escobar.
Inmenso poeta del cual pueden leer una breve reseña en:
http://www.epdlp.com/escritor.php?id=3272
Y una entrevista de Harold Alvarado T
http://www.enfocarte.com/5.25/poesia_entrevista.html
martes 26 de septiembre de 2006, 15:04 COT
Gracias Julio y Alvaro por sendas colaboraciones, pero en esta oportunidad lo único que les responderé es…nada.
jueves 23 de noviembre de 2006, 16:37 COT
[…] La conmemoración de los 30 años de su muerte, hace pocas semanas, deja abierta la brecha del olvido para el nadaísmo más que para Gonzalo Arango. Comenzando porque sus más cercanos –los aún vivos- hicieron recuentos sentimentales pero ninguno se atrevió a escribir más de dos líneas sobre su obra, que será lo que nos permita valorarlo. […]