La marcha por la libertad del Parque Nacional a la Plaza de Bolívar
Colombia > Marcha por la libertad - 20 de julio de 2008Por Julián Ortega Martínez
lunes 21 de julio de 2008 12:51 COT
Así se veía la 7a. al norte de la calle 33 a las 09:17 del 20 de julio de 2008 (Foto: Julián Ortega Martínez / equinoXio, licencia CC-BY)
Muy temprano y a pesar del frío centenares de personas se concentraron en la carrera 7a., de la calle 35 hacia el norte. La marcha comenzó unos minutos después de las 9 de la mañana. En la sede política del polémico Carlos Moreno de Caro, en diagonal al Parque Nacional, había dos pancartas antisecuestro con el tono característico del embajador en Sudáfrica.
"Ni un secuestro más, carajo! Moreno de Caro" (Foto: Julián Ortega Martínez / equinoXio, licencia CC-BY)
Instituciones como el CINAT, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, la Asociación de Reclusos Desmovilizados por la Paz, entre muchas otras, se hicieron presentes desde el comienzo. Los marchantes, que por tratarse de un domingo incluían personas de todas las edades y mascotas "vestidas" para la ocasión, avanzaron con cierta rapidez. "¡Libertad, libertad para todos!" fue una de las primeras consignas. Las víctimas de la guerra (por razones distintas al secuestro) también estaban.
Desde el puente peatonal de la 7a. con 32 pude tomar algunas de las fotos que ustedes ven acá, las cuales dan cuenta de la magnitud de la movilización en esta zona de la ciudad. En el puente se encontraba la barranquillera Rosa María Corcho, de Noticias Caracol, entrevistando en directo a familiares de secuestrados y de desaparecidos. Abajo, la marcha continuaba. Llamaban la atención los seguidores de la ex candidata presidencial y ex secuestrada Regina 11. También aparecerían los familiares de los secuestrados del ELN, de alguna manera olvidados por ser víctimas de un grupo diferente al que concentra el odio y el repudio de la mayoría de los colombianos.
Por supuesto, y dado que se trataba del día de la "Independencia", no tardarían en aparecer las pancartas ‘veintejulieras’, los recolectores de firmas para la segunda reelección de Uribe o para la revocatoria del Congreso y, por supuesto, las arengas abiertamente uribistas (o algunas "genéricas", como "Nosotros, los buenos, siempre somos más"). En la Jiménez cantaron el himno nacional, y durante mi recorrido pude oír a Juanes por lo menos tres veces, desde tarimas ubicadas en algún costado de la 7a. Todo ello, que empecé a notar más a medida que la marcha se acercaba a la Plaza de Bolívar, es reflejo del momento político, desde luego.
También hubo otros personajes más agradables y, en algunos momentos, cánticos más optimistas (o menos negativos). La banda de la IED Miguel de Cervantes Saavedra, los luchadores, los de las pancartas en otros idiomas y, obviamente, las víctimas del secuestro, los verdaderos protagonistas de esta movilización.
Los visos de sol no fueron suficientes para calentar los ánimos partidistas, como ocurrió el 4 de febrero pasado. Cuando aparecieron los partidarios del Polo Democrático, algunos uribistas intentaron provocarlos con arengas como "Uribe, amigo, el pueblo está contigo". Algunos polistas se reían socarronamente, otros hicieron caso omiso de los gobiernistas. Otros aprovecharon para repartir propaganda. Hasta conjunto vallenato tenían. Desde luego, aparecerían también las pancartas mencionando a Hugo Chávez, a Daniel Ortega o a la senadora Piedad Córdoba.
A pesar de que algunos grupos de marchantes se detenían durante algunos minutos para esperar a los demás y para retrasar su llegada al punto de encuentro, los primeros manifestantes entraron a la plaza de Bolívar menos de dos horas después de iniciar su caminata desde el Parque Nacional. Los recibiría una tarima al frente de la Alcaldía, con dos pantallas gigantes (una, afuera, con la señal de RCN; la otra, dentro de la tarima, con la de Caracol TV). Cuando llegamos a la Plaza, escuchamos la voz de la portavoz no oficial del régimen Vicky Dávila mientras los alcaldes de Bogotá y de París se dirigían al público.
Una corta llovizna coincidió con el final de las intervenciones en la tarima y el comienzo del Gran Concierto Nacional. La mayoría de los marchantes salieron hacia el occidente, por la carrera 8a., pero la plaza se mantendría llena por la gran cantidad de personas que seguía llegando por la 7a. Afortunadamente, la plaza de Bolívar fue escenario de pluralidad en lugar de campo de batalla. Quizás haya ayudado el hecho de que, a diferencia del 4 de febrero, con la farsa de las FARC durante la liberación de Clara Rojas, el rescate de Íngrid Betancourt catalizó parte del habitual odio de algunos uribistas.
Aun así, queda un sabor agridulce de todo esto. Sin hacer mucho caso de los que le reprochan a la marcha el hecho de haber sido convocada por los medios y apoyada por el gobierno, queda claro que somos muchos los que rechazamos el secuestro, y de eso se trataba la movilización. No obstante, los dueños del poder siguen aprovechando este rechazo ciudadano para que olvidemos los desaciertos del régimen y los crímenes de los demás grupos armados. Al fin y al cabo, y como dijo ayer una amiga, otras marchas con propósitos tan loables como la del domingo pasan desapercibidas para la mayoría de los colombianos, porque no cuentan con el bombo mediático y no sirven para tapar escándalos. Quizás algún día, cuando estemos más curtidos en esto de marchar (o desfilar), más colombianos nos atrevamos a movilizarnos por iniciativa propia y no porque los medios lo "ordenen". A veces pareciera que las FARC no fueran las únicas ancladas en el siglo pasado.
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* Paola Vargas colaboró con esta nota.
lunes 21 de julio de 2008, 20:45 COT
Me ha gustado mucho seguir las marchas por equinoXio, realmente dan una buena óptica del tema…