Indignada Pereira marchó por la liberación de todos los secuestrados
Colombia > Marcha por la libertad - 20 de julio de 2008Por Álvaro Ramírez Ospina
domingo 20 de julio de 2008 22:43 COT
La mañana estaba radiante y el brillo del sol hacía ver más colorida y festiva la marcha de Pereira que se inició a las nueve de la mañana desde el Parque La Libertad. Miles de personas recorrieron las carreras séptima y octava hasta Ciudad Victoria el nuevo e inmenso parque al frente del centro de cultura Lucy Tejada.
Encabezado por el gobernador, el alcalde, el obispo, y las autoridades militares el recorrido resultó tan multitudinario que las últimas personas del inmenso desfile llegaron al parque no mucho antes de las doce del día. Se inició entonces el concierto, con bandas y coros donde cerca de 600 artistas se dieron cita para expresar musicalmente su solidaridad con los secuestrados. Después de media hora el evento se vio afectado por el torrencial aguacero que se desató sobre la capital de Risaralda, mojando a muchos de sus participantes..
Más de mil hombres del Ejército, la Policía, CTI y DAS, se encargaron de la seguridad de las marchas en todo Risaralda. En Pereira, su presencia era discreta y amable y prácticamente de acompañamiento, ya que durante todo el recorrido predominó un ambiente sereno, alegre y en ocasiones muy festivo, a pesar de las diferencias ideológicas que se reflejaban en los cientos de grupos que desfilaron.
Se gritaron miles de consignas, desfilaron muchas bandas populares, algunas de ellas ejecutando parodias de canciones tradicionales, con el fin de resaltar las ideas que motivaban a los manifestantes a emplear su domingo de descanso para manifestar su indignación frente al terror, el secuestro y el chantaje de los grupos violentos.
Una de las chirimías por ejemplo coreaba con cientos de manifestantes el popular verso: “Mama ¿qué será lo que quiere el negro” al que respondían con “Paz y libertad”.
Había pancartas institucionales de todos los tamaños y cientos de otras escritas a mano alzada y con marcadores de colores por ciudadanos que querían expresar distintos puntos de vista sobre el momento político que se vive. Y muchas de ellas eran encontradas. Mientras en algunas se enfatizaba la necesidad de una Colombia sin armas, en otras destilaba “el odio hacia las FARC” y la condenación exclusiva de dicho grupo violento.
Lo que más me llamó la atención fue el ambiente de tolerancia entre los manifestantes. No percibí un solo encuentro entre los portadores de distintas consignas o insignias. A todos parecía unirles la idea de salir a expresar públicamente su petición de “liberación para los secuestrados” y de rendimiento de los grupos alzados en armas.
Una de las cosas más impresionantes del desfile de Pereira fue una larga e inmensa bandera de Colombia portada por miles de manifestantes. Dicha bandera se extendía por cuadras y cuadras del recorrido. Imposible saber cuántos metros tenía pero pasaba con seguridad de más de los mil metros.
Una vez reunidos en Ciudad Victoria se inició con el Himno Nacional de Colombia muy apropiado para el momento pero en lugar de continuar con los artistas invitados se inauguró el concierto con una oración del obispo de la Diócesis de Pereira, Tulio Duque Gutiérrez.
Algunos asistentes cuestionaron la manera burda como ciertos prelados (incluído el "piadoso" presidente Uribe) vienen aprovechando recientes momentos claves de la vida nacional para hacer proselitismo vergonzante. Igual hicieron los representantes de varios credos religiosos que desfilaron con la misma actitud y con imágenes religiosas que nada tienen que hacer en un evento de alto carácter ciudadano y laico.
En este caso a la Iglesia Católica (como antes) se le otorgó un privilegio del cual no gozan otros cultos. No existe razón alguna para que la religión de la mayoría de los colombianos (tan respetable como cualquier otra) tenga una prelación que no le otorga ni la Constitución ni las leyes. Estos fueron los únicos lunares de una marcha que reafirma la manera como los colombianos se vienen auto-educando en el activismo político y la participación ciudadana por encima de las diferentas de clase, etnia, credo o región.
(Las fotos espero poder publicarlas mañana. Hoy fue imposible).
lunes 21 de julio de 2008, 07:09 COT
me quedo con la frase de la chirimia 😉
que bello artículo, me hace sentir en esa marcha.
espero con ansias las fotos 🙂
lunes 21 de julio de 2008, 09:05 COT
me parecio fantastica la forma de colombia y en especial pereira unirse a decir a los violentos no mas secuestros y queremos la paz, vamos muy bien y hay que seguir apoyando a nuestro presidente….