Garzón: profeta
Artículo destacadoPor Miguel Olaya
lunes 14 de agosto de 2006 9:03 COT
Etimología: un profeta era el que hablaba en nombre de su pueblo y el que hablaba frente a su pueblo. Con seguridad la actual acepción tiene su origen en que quien habla por su pueblo llega a entenderlo tan bien que puede conocer su futuro o hablar de él con notable precisión. Jaime Garzón fue un poco de todo esto.
El 14 de febrero de 1997 el humorista dictó una conferencia en la Universidad Autónoma de Occidente en Cali. Errática, desordenada e improvisada, la lección buscaba explicar, como se hace en cualquier coctel, por qué en Colombia «estamos como estamos». Garzón formuló sus observaciones cómicamente, haciendo reír al público con los apuntes con que analizaba lo que según él eran nuestras costumbres más absurdas y nuestra forma de relacionarnos con el Estado.
Garzón habló del clientelismo, de la corrupción, de la exclusión, de la falta de libertad de expresión. En resumen, habló de todos estos temas que hacían parte del parlamento del Jaime Garzón «de verdad», el que estaba debajo de la piel de los políticos que imitaba y los personajes que representaba. Ese Garzón era poco familiar para su gran público, pero lograba sintetizar su forma de ver el mundo y sintonizarse con este para retrasmitir la idea. ¿O acaso no?
El mismo Garzón dijo en esta conferencia, aclarando una afirmación de una persona del público, que él no hacía humor sino crítica política. No quería ser un profeta incomprendido. Le preocupaba que la gente solo se quedara con la parte cómica de su representación, que no viera más allá, que no buscara el lado trágico que hay en cualquier comedia, el lado de la verdad y el sufrimiento. Es el aspecto más difícil de entender porque es el que se refiere a nosotros mismos. Garzón conocía la verdad pero tal vez no le era natural decirla en serio.
Sabía que decir la verdad en serio podía ser fatal. Dijo, hablando del precio de la independencia, que las advertencias y las amenazas eran pan de cada día y que se bañaba y cambiaba de ropa todos los días para que no encontraran su cadáver «todo cagado». No se sabe si él encontró la muerte por haber dejado de ser chistoso o por haber sido serio en algún escenario de su vida que no era público.
Pero desde ese momento, aunque nunca quedara establecida con claridad la relación, se volvió un muerto útil para el periodismo y la causa de la libertad de expresión. Yamid Amat, además, explotó su muerte con absurdas y desmedidas campañas que solo dejaron para la posteridad dos estatuas en lugares poco importantes en Bogotá.
Todos los rostros de Garzón fueron asesinados el mismo día y llorados por tanta gente. Con Garzón murieron esperanzas, las mismas que se pierden cada día. Esta vez se desvaneció la de reírse de un buen o mal chiste y la de poder seguirse riendo en medio del dolor. También la de unos pocos, que era la de él mismo: la de abrir los ojos y ver más allá de lo evidente. Poco o nada queda de eso ya. Hoy el ejemplo de humor y crítica es decir una y otra vez, hasta que todo pierda el sentido y todos perdamos la conciencia, «deje así». Y así quedó. ¿O acaso cuántos no se rieron cuando dijo «Uribe es terrible»?
lunes 14 de agosto de 2006, 10:05 COT
Muy buena entrada Olaya!
Solo quiero rebatir algo que algún día discutimos los dos: una cosa es ser chistoso o cómico, y otra es tener un alto sentido del hunor para transmitir seriamente una idea. Esto último fue a lo que se dedicó Garzón, lo que sabía hacer. Sus sátiras llevaban todas una crítica social clara y la risa que producía su forma de transmitirlo no ocultaba la gravedad o la injusticia de la realidad.
lunes 14 de agosto de 2006, 11:51 COT
Hola Miguel, buena la entrada y excelentes los video… No conocia a Colombia en 1999, y sinceramente me parece increible que en los 5 años que estube por acá nunca habia visto un minuto de show/entrevista/presentacion de Jaime Garzon… Esta es la manera en que se le rinde omenaje a alguien que todos (al parecer) admiraban y sienten cercano? Esta falta de memoria (de los medios o de los colombianos?) es aterradora!
Gracias por el link a los videos: excelentes (y por fin puedo decir que vì a Jaime Garzon…)
saludos, Doppiafila
lunes 14 de agosto de 2006, 12:18 COT
Comenté ayer en La Morgue, la vecina Estancia escrita por Guillo, algo que quiero repetir aquí, sobre Jaime Garzón. Que lo que conocí de él, Miguel, “fue un hombre estructurado, con los pies en la tierra, consciente del papel que debía cumplir su humor. (¿Por qué asumimos que el humorista es alguien que solo sirve para contar chiste y que todo el día tiene que estarse riendo?)”. Abrazo.
lunes 14 de agosto de 2006, 12:45 COT
Felicito a Miguel y le agradezco por tomarse la molestia de digitalizar y subir este valioso material. La falta de memoria es uno de los males más comunes y graves de la sociedad colombiana. Por cierto, muy mediocre el “especial” que emitió anoche Caracol Televisión (y gracias, Paulo, por hacernos soportar ese bodrio inmundo llamado Desafío 20.06; sigue descrestándonos con esa “buena” televisión).
lunes 14 de agosto de 2006, 22:00 COT
Julián:
Cuando terminó el especial sentí eso mismo, que habían podido haber hecho algo mucho mejor. No sería mala idea que sacaran un DVD con el nombre “Al son de Garzón, Obras completas”.
A propósito de nombres, veo en tu link que Caracol copió el de mi post en La Morgue, “7 años sin Jaime Garzón”. ¿Coincidencia o vil fusil? http://www.equinoxio.org/estancias/7-anos-sin-jaime-garzon/
(no se poner links en estos comentarios).
lunes 14 de agosto de 2006, 22:00 COT
Sentido, Julio: Creo que estamos de acuerdo, pero el mismo Garzón sabía que lo que hacía podía quedarse fácilmente en lo superficial, en el tono cómico sin más (a veces el mismo Garzón solo mamaba gallo y llegaba a ser vergonzoso). Por esa misma razón sospecho, como muchos, que la razón de su asesinato no fue expresarse así. En otras palabras, el Jaime Garzón que todos conocimos fue, al final de cuentas y a pesar de todo, inofensivo. Pero el "serio"… Doblefila: Debería "preocuparnos" también que ya la gente se está olvidando de Pacheco y Gloria Valencia de Castaño. Yo todavía me imagino el entierro de ese par de entrañables dinosaurios. ; ) Julián: El embolador era muy bueno pero tanto joder con eso no tiene otra razón más que Yamid Amat. Uno se pregunta si la gente fue al entierro de Garzón o del embolador, si Yamid Amat quería como un hijo a Garzón o al embolador. Me imagino al pobre Garzón comiendo en El Patio y todo el mundo diciéndole "haz lo tuyo!". Paz en sus tres mil tumbas.
martes 15 de agosto de 2006, 07:37 COT
Estoy como en Parapolítica, tratando de escribir algo, pero carajo, no me sale. De todas maneras, gracias Olaya; contra todos los pronósticos, Garzón sigue con nosotros.
martes 15 de agosto de 2006, 10:11 COT
Es mejor morir de risa que matar a las personas. Tenemos grupos y empresas que todo lo ridulizan y lo vuelven fiesta y en ocasiones no es posible diferenciarlos de la realidad. A los problemas sin solución le ponemos mimos, y a las tonterias cambio extremo.
mircoles 16 de agosto de 2006, 20:20 COT
Excelente Miguel el sentido homenaje, el enfoque y la importancia que le diste. Discrepo en algo y es tu referencia a lo que a Yamid Amat se refiere, pienso que la consideración que él hizo fue todo un acontecimiento con profundidad de alguien que lo valoró y lo apreció. Es más, se le abona el querer que Colombia no lo olvidará a través de sus esculturas.
Para Jaime, que seguirá viviendo en mí y seguiré dando fe de su obra en vida terrenal, para Yamid, que lo adoro y para ti Miguel mis felicitaciones y un beso grandote por tu escrito que me llegó en lo más profundo de mi ser.
Ah! y como no hacer referencia al comentario de Marsares, dice tanto que me conmovió, eso es apreciar lo que es grande.