La bioética no debe tratar únicamente las cuestiones morales en el campo de la biomedicina, sino que ha de ir mucho más allá e incluir entre sus objetivos tanto las cuestiones ontológicas como las epistemológicas.
En el primer caso cabe plantearse lo que podemos denominar como “estatus humano”, en donde se definirían y asentarían sus derechos desde la fecundación hasta su extinción natural y todas las etapas por las que puede pasar.
Y en el segundo deben tratarse, entre otros, todos aquellos problemas que relacionan al hombre con el medioambiente, la ecología y la supervivencia del planeta.