Para empezar semana
Lunes 6 de Octubre de 2008 0:42 COTNo seria el lunes.
Colombia - Cargada el 07.09.2017 00:00:50 COT
El martirio público por la muerte de Luis Santiago, al igual que sus consecuencias políticas, no son actos de simpatía con la madre o de indignación con el asesino. Las lágrimas derramadas por la nación colombiana esta semana son un acto de contrición: la tragedia de Luis Santiago es la tragedia de Colombia.
Los pobres no son animalitos sacados del monte, que no saben sino comer, dormir y hacer el ridículo. En esta telenovela de Caracol Televisión, los que apenas viven con lo justo son seres normales, viviendo en situaciones normales, sin acentos estereotipados ni modales de de cerdos criados con desperdicios.
Vivimos en un mercado de lágrimas. Sin demeritar la colaboración de los medios en las pesquisas judiciales que culminaron con éxito, al final, el drama de una familia fue manoseado sin pudor, reemplazando el oficio de análisis e información por el morbo fácil de las cámaras, esculcando por doquier el dolor ajeno.
Cadena perpetua para los medios por discriminar entre niños asesinados. Cadena perpetua por su horror frente a un hecho y no frente al otro. Cadena perpetua por silenciar los crímenes de esta guerra.
En un país donde demostradamente la vida vale muy poco y se llevan a cabo diariamente homicidios insólitos por causas inverosímiles, no debería sorprender el que se quiera oficializar la pena de muerte como castigo al criminal. Si tú asesinas, yo te asesino, y al final todos estaremos untados de sangre hasta el cogote.
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