Como el error más exitoso de la historia, la llegada de Cristóbal Colón a tierra americana marca el inicio de la ambiciosa empresa económica emprendida por los reyes católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, que fue la conquista de un “nuevo mundo”. Quinientos dieciséis años después, terminada la guerra fría, derrumbado el muro de Berlín, implementada la perestroika, contagiado el mundo de globalización y neoliberalismo, y reconocido el llamado “capitalismo” por la mar de las naciones como el sistema económico único, presenciamos impotentes, pero con preocupación y asombro, fenómenos como el consumismo desbocado, el calentamiento global, el fortalecimiento de la cultura de la guerra y el aumento de la brecha norte-sur. A la orden del día se encuentran el desplome de las bolsas, la crisis de la economía, la volatilidad de los capitales y la inestabilidad social generada por todo ello. La consigna hoy pareciera ser “sálvese quien pueda”.