Un gran dilema: incertidumbre o sostenibilidad
Columnas > EconomíaPor Julián Rosero Navarrete
mircoles 22 de octubre de 2008 16:46 COT
El día de hoy, la señora presidenta de los argentinos, Cristina Fernández, firmó la ley que acaba los sistemas pensionales de capitalización individual. Así pues, las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) llegaron a su fin, y traspasaron alrededor de 30.000 millones de dólares de los ahorradores al nuevo sistema creado por el gobierno denominado Sistema Previsional Argentino (SIPA). Según la Primera Mandataria, “venimos a dar por terminado el experimento fracasado del régimen de capitalización”, aseverando que “(…) la única motivación que tiene el gobierno nacional para llevar adelante esta medida es rescatar de la incertidumbre y la imprevisión social a nuestros futuros jubilados”.
El sistema de capitalización individual nació como una alternativa al tradicional sistema de prima media que se usaba para atender las responsabilidades en materia pensional. Pues bien, el sistema de prima media lo que buscaba era que los trabajadores jóvenes y jóvenes adultos sostuvieran las rentas pensionales de los jubilados. En una economía en donde la población joven supere considerablemente a la población mayor, el sistema de prima media resulta ser una excelente opción pues es más que autosostenible. No obstante, con las nuevas tendencias en materia de natalidad y composición poblacional, la pirámide con la que se trabajaba empezó a tomar forma de cilindro: ¡no había los suficientes jóvenes y jóvenes adultos que sostuvieran las pensiones de los mayores! Por tanto, el erario debería responder por este faltante, denominado dicho como “pasivo pensional”.
Tras esta problemática, a principios de la década de 1990 surgieron iniciativas legislativas en todo el continente (siguiendo el ejemplo mundial) para cambiar de manera gradual el sistema de prima media por el de capitalización individual. En el caso de Argentina, el nacimiento de las AFJP fue en 1994, constituyendo en la actualidad 10 administradoras de los ahorros pensionales. En el caso de Colombia, tras la expedición de la ley 100 de 1993 se constituyó este sistema y las Administradoras de Fondo de Pensiones (AFP), generando un ambiente dual entre los fondos privados y el tradicional administrado por el ISS. En Chile por su parte, se traspaso la responsabilidad pensional a tales fondos acabando con el sistema de prima media estatal.
Claro está, para los “austeristas fiscales” el sistema de capitalización individual fue una solución sensata a la insostenibilidad del sistema de prima media: cada persona ahorrara su propia pensión y que el bono final se constituyera, en un 20% por capital ahorrado durante los años de actividad y, en un 80% de los rendimientos de dicho capital. Así, no importaría cómo fuese la composición poblacional, pues cada quien asumiría lo suyo.
No obstante, los “austeristas fiscales” no se percataron del problema de incertidumbre de este nuevo sistema. Pues bien, los Fondos reciben los ahorros de los trabajadores y los ponen a rendir en el mercado bursátil; en los momentos de auge, se le entrega rendimientos al ahorro, pero, en los momentos de crisis y vulnerabilidad, simplemente, los Fondos traspasaban las pérdidas a los ahorros de los trabajadores, descontándolas del capital acumulado de cada uno de ellos. Muchos de los directores de estos Fondos o sus agremiaciones señalaban que éstas eran pérdidas de corto plazo que se compensarían con la rentabilidad de las inversiones en el largo plazo. No obstante, así no lo quisiesen mostrar así, generaban incertidumbre e inseguridad a los trabajadores.
Sin embargo, en aras de mitigar el riesgo y traspasarles a los usuarios de los Fondos la responsabilidad de administrarlo, empezó la “ola” del denominado sistema de “multifondos”: se le da la discreción al trabajador para invertir sus ahorros en el portafolio que crea más conveniente. Este sistema empezó en Chile y Perú, y con la actual reforma financiera, se busca implementarlo en Colombia. No obstante, la idea de esto es traspasar la responsabilidad del capital ahorrado al ahorrador; si al final de la vida laboral el ahorro no es lo suficientemente grande para cubrir la última etapa de su vida, entonces eso fue culpa del ahorrador por no saber invertir los recursos de su fondo. Sin ese traspaso del riesgo, la responsabilidad recaería definitivamente en los fondos.
En la actualidad vivimos una fuerte coyuntura con la crisis financiera mundial. Esto ha hecho que se deterioren las expectativas de ganancia de las posiciones de los fondos de pensiones del mundo. Pese a que los jefes y directores de las agremiaciones del sector pensional señalen que es un problema coyuntural y que no afectará los rendimientos y el valor de los bonos, la incertidumbre se mantiene. En Chile, por ejemplo, se les dijo a las personas que están a punto de jubilarse que esperaran y que siguieran ahorrando, pues si se jubilaban, recibirían un capital final inferior al obtenido si esperan unas mejores condiciones una vez subsanada la crisis.
En Colombia por su parte, los rendimientos negativos de cada trabajador a mediados de 2006, a finales de 2007, a principios de 2008 y de aquí hasta que la crisis se solucione, ha incentivado un traspaso masivo de trabajadores al sistema de prima media; como alguien señalaba: “yo no quiero llegar a viejo, cobrar mi pensión, y que ellos me salgan que no tienen nada para mí, y que en cambio, les debo”.
Así pues, la política pública en materia pensional tiene un gran reto en medio de este dilema: incertidumbre o sostenibilidad. Es verdad que el sistema de capitalización individual alivió parte del problema pensional, pero es verdad también que la incertidumbre generada por este sistema, conlleva a deteriorar el bienestar y las expectativas futuras de los trabajadores. En este orden de ideas, la medida la Presidenta de Argentina no es para nada descabellada; simplemente, obedece también a una coyuntura, como obedeció en su momento el origen del sistema de capitalización individual comenzando la década de 1990.
[Actualizado el 24.10.2008 a las 15:04 COT]
jueves 23 de octubre de 2008, 06:26 COT
Lo que hizo Cristina fue correcto, antes de que pasara lo que ha sucedido en Australia donde desde este mes los fondos de pensiones dejaron de pagarle la quincena a los pensionados porque este dinero que se había invertido en paquetes financieros en EEUU ya no existe.
En Australia ya hay caos, no sólo por la evaporación de las pensiones en un pais donde el 30% son veteranos sino porque al parecer los bancos ya no pueden garantizar los depósitos en las cuentas de ahorro por mas de 20 mil dólares. Claro está que los bancos le dijeron esto al gobierno pero el gobierno no le contó a la gente para que no rondara el pánico.
La situación va a ser peor, pues la gente primero pierde el dinero de las pensiones, casi inmediatamente después lo que hay en sus cuentas de ahorros y finalmente van a empezar a perder los empleos. En ese orden en que suceden las cosas mucha gente va a amanecer en las calles, sin pension, sin ahorros y sin empleo.