Sobre las corridas de toros
Columnas > De nuestros huéspedesPor Ramón
viernes 9 de julio de 2010 17:09 COT
Con motivo de la celebración de conocidos eventos y festividades en España en estos meses, como los ya famosos en toda Europa San Fermines, me gustaría acercarles un poco más en detalle a nuestra cultura; Conocida tierra bañada por mares y océanos, forjada entre valles y montañas que mueren dónde sus cálidas playas nacen. Tan famosa por la hospitalidad y excentricidad de sus gentes como encantadoramente multicultural. Y los toros. La conocida España de “los toros”…
Haber tenido la suerte de recorrer Europa y enriquecerse de sus diferentes culturas me han servido para descubrir cuanta curiosidad y en ocasiones admiración despierta mi país entre los nativos, haciendo a uno sabedor de la responsabilidad que conlleva ser embajador de su tierra lejos del hogar. Y por ello es, que siento la necesidad de compartir con ustedes una parte de la España más popular y tradicional, adentrándonos en la realidad de los tópicos.
Honor y valentía. Arena, sangre y gloria. Pero… ¿qué sabe el resto de Europa de nuestra denominada “fiesta nacional”, más allá de la orgullosa bravura que esconde la imagen del noble animal que la representa?
Reglas e introducción
¿Quién no ha oído hablar de los toros cuando se nombra España? A pesar de ser el país de referencia en este aspecto, la tauromaquia se practica también en Portugal, sur de Francia, y en diversos países de Hispanoamérica tales como México, Costa Rica, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, Panamá y Bolivia.
Haciendo una pequeña introducción, cabe decir que la tauromaquia, más comúnmente conocida por “corrida de toros”, nació España en el siglo XII. El toro de lidia, poderoso animal de 500 kg que ha sido preparado y criado durante años para tal evento, se enfrentará en la arena de las plazas preparadas para dicho espectáculo al matador o torero, tres banderilleros, un mozo de espada y el picador, este último montado a caballo.
Por lo general, en una tarde de toros, seis especímenes dan vida al evento, dos por cada torero, y la duración aproximada de una corrida suele durar entre 20 minutos y media hora. Durante dicho espectáculo, el toro es banderilleado con unos seis arpones de entre 70 a 78 cm, es lanceado por el picador con una vara de hasta metro y medio de largo, y atravesado con una espada por el matador, que con suerte para el animal, acabará de una vez con su vida atinando en el corazón. De no ser así, se le rematará con una estocada mortal en la nuca.
Los trofeos para los que se hacen llamar héroes de esta “igualitaria” batalla entre el hombre y la bestia son las orejas y el rabo (del toro, en este caso…).
Hasta el día de hoy, más de medio centenar de matadores han perdido la vida en este espectáculo. El toreo es normalmente mortal para el toro y peligroso para el torero, quién también se está jugando la vida. El pasado mayo, el torero Julio Aparicio sufrió una grave cogida en la que el cuerno del toro perforó la parte inferior de su barbilla y salió por la boca. ¿Podemos considerar también esto parte del espectáculo?
¿Cultura?
Recientemente nombrada “bien de interés cultural” el pasado mes de mayo en algunas comunidades del país, la sociedad española se muestra más dividida que nunca acerca de la considerada fiesta nacional. La Comunidad Autónoma de Cataluña, ha presentado una ILP (iniciativa legislativa popular), con un gran respaldo social, en la que se pide la abolición de las mismas, mientras que en la comunidad de las Islas Canarias están prohibidas desde hace 19 años.
Una encuesta de la consultora internacional Gallup mostró que un 72% de la población española no siente interés alguno en este tipo de espectáculos, y la cifra aumenta a un 81,7% entre la gente joven. Otras recientes encuestas muestran asimismo no sólo un desinterés de la gran mayoría, sino también un rechazo hacia la tauromaquia y un deseo de prohibirla directamente. A pesar de ello, la realidad es que en España se celebran unos 20.000 festejos taurinos al año en los que mueren más de 10.000 toros.
Críticos taurinos, ganaderos, toreros y empresarios viven en España de un negocio que mueve cifras entorno a los 2.000 millones de euros anuales. Poderosos intereses económicos desvían el debate de lo ético de su práctica.
Deporte, arte y tradición son algunos de los adjetivos empleados para la defensa de la tauromaquia. Pero permítanme decirles, que desconozco desde qué momento histórico el culto a la violencia ha sido digno de perpetuación en el tiempo. ¿Es entonces una razón de peso mantenerla por el mero hecho de ser una tradición?
Reflexiones
Desgraciadamente, los anteriormente citados son datos objetivos, realistas, que se suceden en miles cada año en mi país. Excéntrico arte a los ojos del turista que esconde una realidad dramática. Éste es el espectáculo que nos representa. El que se define por sí solo, el espectáculo del que nos enorgullecemos. El mismo que la gente paga por ver…
¿Acaso la crueldad no es crueldad siempre, independientemente de si la víctima que la recibe es humano o animal? Cuando hasta un acto tan básico como es divertirse tenga su base en el sufrimiento, la tortura y anulación de otro ser vivo, es momento de analizar seriamente qué está fallando en nuestra humanidad.
Gira el mundo a lo largo de la historia repitiendo sus mismos errores en cada rincón, presos de un destino cíclico. Pero la conciencia del ser humano también ha ido evolucionando e incluso en un mundo lleno de dolor y sufrimiento, siempre hay cabida para la esperanza. Cada sociedad y cada uno de nosotros seguimos siendo responsables de nuestro destino, y por ende capaces de cambiarlo.
Permítanme pues, que por un día arroje piedras contra nuestro propio tejado. Permítanme que hoy, sea crítico con la más profunda España. Es momento de que se nos conozca por aquello de lo que sí podemos enorgullecernos. No es pues mi intención construir una apología de la antitauromaquia. Quiero ir más allá, hasta la conciencia de cada ser humano. Gozamos de una milenaria cultura suficientemente hermosa como para ser conocidos por nuestras más enquistadas y medievales tradiciones.
Solo el aprecio y respeto por la vida en toda su magnitud puede motivar los cambios que necesitan nuestras sociedades para volar más alto. Siendo España ejemplo de sensibilidad y respeto en multitud de aspectos… ¿Será en un futuro cercano también el toro merecedor de nuestro afecto?
sbado 10 de julio de 2010, 04:51 COT
Impresionante artículo. Un texto que llega de verdad y debería hacernos reflexionar. Los toros es un ejemplo de la violencia humana, pero una violencia pública y festival. A la mayoría nos extremecen las imágenes de crías de focas asesinadas sin la más mínima piedad, por poner un ejemplo de tantos. Sin embargo, mucha de esa gente paga por acudir a una plaza y ver como cuatro hombres torturan a un animal que ya salta herido a la arena, clavándole arpones y una enorme lanza en la columna. La gente aplaude, la gente pide la oreja!! Es la tradición, es arte… Tal vez no todos los humanos, no son humanos. Tal vez las focas no dan lástima a todo el mundo.
Es hora de dar pasos hacia delante, hacia la vida,… pero ¿el ser humano quiere dar esos pasos? ¿acaso importa? Al fin y al cabo, el hombre es el Dios que rige en este mundo, y ¿qué hay más importante que uno mismo?
Felicidades al Señor Ramón Couto, me ha encantado su artículo.
sbado 10 de julio de 2010, 10:29 COT
100.000 colombianos han sido desplazados por las guerras de Uribe hacia el Ecuador donde viven en campos de refugiados (tent cities). Allí los visitó Angelina Jolie, y la noticia de su visita dio la vuelta al mundo de habla inglesa. Los autorregulados (autocensurados) medios de habla hispana totalmente ignoraron el evento por que en la cultura clasista y racista que heredamos de España la vida de los animales, incluidos los toros, es mas preciosa que la de los humanos de las clases bajas y la piel oscura y por lo tanto no aceptan que los anglosajones les refrieguen sus abominaciones en la cara. equinoXio (un sitio colombiano) se ha unido a la autocensura clasista y segregacionista y prefriere publicar muchos artículos en defensa de los toros y otros animales y ninguno sobre sus compatriotas mas pobres e indefensos que han sido desplazados fuera de su país para protegerse del estado y de todo el sistema paramilitar.
lunes 12 de julio de 2010, 15:05 COT
Tequendamia se refiere a una noticia de hace UN MES que sí salió reseñada nada más y nada menos que por la agencia imperial EFE, un día antes de la segunda vuelta presidencial. Por otro lado, en equinoXio —publicación de opinión y análisis (no de información) en la cual sus colaboradores deciden de manera voluntaria sobre cuál tema publicar, lo que nos impide tratar absolutamente todas las noticias que salgan, aun las que nos puedan interesar— se han publicado varios artículos sobre el tema del desplazamiento forzado. Igual, el que no lo publiquemos —no porque no lo deseemos— no implica “(auto)censura” alguna.
mircoles 14 de julio de 2010, 07:38 COT
Los Ingleses, los Yankies, los genocidas más grandes de la historia. No hablan de la caza del zorro?, un deporte nacional en Inglaterra, aunque el de los EE.UU es peor, ellos cazan humanos, desestabilizan paises sobre todo sudamericanos, implantan sus corporaciones y masacran las voces de aquellos que protestan. Ustedes saben, saben bien porque son sus victimas, los explotados. Quizás sea momento de recordar que de aquella conquista española ya pasaron 500 años, qué hiceron con los 300 restantes?, que mejoras les dieron a sus indígenas, que papel les otorgaron?. Quizás mejor fué el destino de los aborígenes en Australia donde la comunidad Anglosajona juntaba su carne con el alimento para perros, o simplemente les daban caza o los despeñaban. No fué mejor destino el de los otros Indios el de los Norteamericanos, despojados de toda dignidas, muchos se suicidaron, otros refugiados en el alcohol el “agua de fuego” simplemente se perdieron en el delirio anulados, muertos en vida.
Los toros, no seré yo quién los defienda, pero tampoco quién consienta que se identifique a la “fiesta” con la brutalidad extrema. Un hombre solo, con una espada de latón y un trapo rojo, frente a un astado, de 500 kg, un morlaco, el Minotauro. Si tanto valor tienen adelante!, tomen su capote y ponganse delante, haber si sienten que el toro, que ha vivido de media diez años en la dehesa, con el trato de un rey, está en inferioridad de condiciones. Doble moral!!!!! muy doble, ya quisiera yo disponer de la oportunidad del toro, de tener frente a mí al opresor, al Inglés o al Americano, y tener la opoturnidad de ajusticiar o que me ajusticie, pero ahí, los dos frente a frente en el alvero, sobre la arena. Triple moral !!!!! la de aquellos que piensan o no quieren ver la muerte, de aquellos animales destinados a consumo humano, aquellos electrocutados, o con el cuello cortado en una muerte sin honra. Poneros vosotros delante, haber si teneis el valor y la sangre. Aunque yo no estoy a favor, y votaría porque los quitaran, entiendo los argumentos de quienes los defienden y seremos nosotros los españoles, quién decidamos y no nadie y menos Ingleses y Norteamericanos, que su único temor es la expansión de la comunidad hispana, su pesadilla es el resurgir de España, de latinoamérica, de aquellos que en el pasado pusieron contra las cuerdas su incipiente imperio y estuvieron bajo las ordenes del nuestro. Alcarajo con los Anglos!.
jueves 15 de julio de 2010, 14:14 COT
Tequen: Qué desgaste el suyo decir siempre lo mismo y no entender que, además de la injusticia social en Colombia (que por todos lados se combate y censura en esta revista), el mundo tiene otros problemas y otros temas de interés.
Sin ignorar y condenando que haya hambre y desnutrición en Colombia, me opongo rotundamente a la crueldad con los animales irracionales, o racionales como Tequen y yo.
jueves 15 de julio de 2010, 16:52 COT
Sentido Común,
Y yo me opongo con toda mi alma al genocidio y a la “limpieza” social que un ídolo de los medios como Uribe transformó en la más sólida institución nacional.
viernes 16 de julio de 2010, 06:47 COT
Lo cual queda perfecto en un artículo que tenga que ver con ello, no con tauromaquia. De lo contrario, sus comentarios parecerán siempre spam.
viernes 16 de julio de 2010, 09:28 COT
En primer lugar, quisiera agradeceros a todos y cada uno el tiempo dedicado a la lectura del artículo independientemente de vuestras conclusiones sobre el mismo. Así mismo, quisiera hacer algunos apuntes a lo anteriormente citado y sobre lo que se está centrando la conversación…
Mi intención no es entrar en temas políticos, históricos o de índole nacional al escribirlo, sino analizar más allá de las tradiciones y qué es lo que nos lleva a perpetuarlas inclusive si son extremamente violentas para con los seres vivos. Y he ahí dónde podemos hallar una conexión con algunas de las quejas…
El sufrimiento en el mundo es inmenso en multitud de aspectos y rincones, así que no creo que debamos hacer una escala de prioridades sobre dónde el foco de nuestra atención, pues ya la llevamos dentro todos y cada uno de nosotros. Citando una parte del artículo, (“¿Acaso la crueldad no es crueldad siempre, independientemente de si la víctima que la recibe es humano o animal?”) ponemos el centro en las acciones del ser humano, yendo en esta ocasión más allá del concreto tema a tratar. Y he ahí dónde hay una filosófica conexión con el fondo de los otros temas abordados, sobre los que no voy a entrar en este hilo.
Qué hay en cambio sobre las soluciones a la misma… sugiero que ello puede empezar por aplicar la compasión desde nuestro hermano o compañero más cercano, hasta la última persona que sufre en la otra esquina del planeta, pasando por el respeto y amor a todo ser vivo de este planeta. Celebremos pues que haya diferentes vocaciones para este mundo, mientras su fin mismo sea noble, e intentemos poner nuestro grano de arena en hacer mejor nuestro pequeño microcosmos.
Un saludo,
Ramón.
viernes 16 de julio de 2010, 11:20 COT
Perfectamente de acuerdo con el autor y le felicito por su excelente aporte. Sus sabias y objetivas palabras despejan cualquier debate en torno a la crueldad humana.
sbado 17 de julio de 2010, 17:27 COT
Hola,
Es verdad que para no ofender al rey de España el presidente Uribe, que además es un monarquista convencido, ha decidido que la celebración de los 200 años del grito de independencia sea lo mas modesta posible?
martes 27 de julio de 2010, 08:53 COT
Hola Tequendamia,
Si tu pregunta es para mi, como español, desconozco la respuesta a tu cuestión y creo que está un poco alejada del tema en cuestión que tratamos en este hilo.
Un saludo.
jueves 29 de julio de 2010, 04:59 COT
Don Ramón,
La verdad esa fue una pregunta retórica para conmemorar los 200 años de independencia de Colombia, los cuales se dejaron de celebrar con patriotismo cuando Uribe llegó al poder, porque él no quería ofender las sensibilidades de la corona española. Eso fue algo así como prohibir la tauromaquia para no ofender a los hindúes, porque éstos consideran a los vacunos como a un especie de dioses.
sbado 14 de enero de 2012, 13:29 COT
jajaj se lo tiene bien merecido que se joda
martes 30 de octubre de 2012, 19:05 COT
Son chingaderas… muy toro muy toro y muy la defensa anticrueldad. Permanezco neutral aunque las corridas me gustan, pero siento que algunos españoles y detractores son muy incongruentes en éste aspecto. Mucho defienden al toro y sin embargo tragan como cerdos embutidos a lo desgraciado, producto de matar animales no en pocas ocasiones de formas demasiado torturantes, se la pasan discriminando sudamericanos y tratándolos como perros (lo cual también es torturante) y regocijándose por su historia de grandes conquistadores cuando vergüenza debería darles por ese pasado lleno de crueldad contra latinoamérica. Sé que éste comentario no será aprobado porque yo esóy en favor de la congruencia antes del prejuicio, y por cierto, efectivamente ésto si es cultura, sino preguntenle a los antropólogos. Cultura no es lo que al español le guste, esas ideas son del siglo XIX