Risoterapia
Ciencia y conciencia > ColumnasPor Thilo Hanisch Luque
domingo 3 de febrero de 2008 15:37 COT
“La risa cura, es la obra social más barata y efectiva del mundo.” Roberto Pettinato
Si hay algo que dice mucho de la expresividad de la especie humana, es la risa. Está la risa espontánea, casi predispuesta de los bebés por ejemplo, a los que no les cuesta mucho trabajo reírse con cualquier juego o bobada. Bueno en realidad a mi también me sigue ocurriendo algo parecido desde mis tiempos de infante, aunque confieso que en innumerables ocasiones he tenido que aprender a reprimir mi risa para no desencajar con mi entorno social. Pero bueno. Está la risa, y también eventualmente la burla de la que son objetos nuestros amigos o allegados, o nosotros mismos, cuando la embarramos y “hacemos el oso”, como decimos por acá los bogotanos. Pero también hay risas forzadas por desgracia, o sea poco naturales y carentes de espontaneidad, quizás elaboradas premeditadamente. Como una especie de gesto de aprobación de chistes quizás hasta de mal gusto, y lo que es peor, malintencionados, porque ya no buscan la sana diversión o esparcimiento, sino gozar con el sufrimiento ajeno, o cumplir con un objetivo secundario, como lo puede ser denigrar a una persona, o a una cultura, o lo que sea.
Afortunadamente hay un consenso casi global, en el sentido de que la verdadera risa, además de espontánea, nunca es malintencionada, y por el contrario, implica madurez emocional. El problema es que dicho consenso es de quienes se ríen, y no de los que no lo hacen, al parecer. Sin irse a los extremos, pareciera que la habilidad para reírse de uno mismo es considerada un indicador de bienestar psicológico, y hasta de integración social, pero única- y exclusivamente en aquellos círculos sociales donde la risa es bienvenida formalmente, por supuesto. A pesar de lo anterior, últimamente se habla de que la risa es la mejor terapia contra el estrés, e incluso para evitar o aliviar enfermedades de todo tipo. De ser cierto todo esto, sería previsible que la sospecha de que la risa es ante todo una terapia, no sería una teoría infundada más, o una premisa sin algún asidero científico. En este orden de ideas en el año 2005, la Universidad Católica de Valencia (España) informaba a través del Diario 20 Minutos, sobre los resultados de un estudio de “risoterapia”, y según el cual “Reírse más de 30 veces al día mejora la salud”.
Me gusta reírme, porque de alguna manera reírse equivale un poco a ser feliz. Pero eso de la “risoterapia” me sonaba como algo medio esotérico. Es como cuando le dicen a uno que el ajo sirve para todo, o que unas copas de vino tinto todas las noches, son excelentes para la presión arterial –noticia que por cierto a mi padre le encantó-. Por ende busqué más evidencia, y hallé un reporte del Mail Tribune de Oregon, reseñando un estudio mucho más reciente, efectuado por la Universidad de Maryland (Estados Unidos). No sólo confirmaba los efectos benéficos de la risa en la salud, sino además que los niños en promedio se ríen entre 300 a 400 veces al día, y los adultos a lo sumo, 17 veces al día. Miren bien el número, apreciados lectores. Y ahora analícenlo al revés, ¿habrá algo más triste o diciente del malestar social de una nación, que un niño que NO se ríe? Ahora, ¿por qué parecerá “normal” no reírse demasiado de adulto, y “anormal” lo contrario?
Como una golondrina no hace verano, seguí indagando un poco más. Llegué al diario científico New Scientist, y hallé otro reporte proveniente de la Universidad de Maryland, de acuerdo al cual la risa disminuye ostensiblemente la presión arterial, a la vez que mejora la irrigación sanguínea, y por ende la oxigenación de los tejidos. Los investigadores tomaron un grupo de veinte voluntarios y los pusieron a ver dos películas. Primero los ponían a ver una comedia estadounidense de 1996 llamada “Kingpin”, y protagonizada por el legendario Bill Murray. Y luego les ponían otra famosa película protagonizada por otro de mis actores favoritos como lo es Tom Hanks, y titulada “Saving Private Ryan”. Se trata de un drama sobre la Segunda Guerra Mundial. Este último es más mi tipo de película, que la primera, siendo honestos. Como era de preverse, la primera película produjo risas espontáneas por doquier, y la segunda más bien mucha tensión y susto. Con la comedia el efecto fisiológico secundario consistía en que se dilataron las arteriolas, bajando la resistencia periférica al flujo sanguíneo de los tejidos del cuerpo humano, lo que redundaba en los efectos fisiológicos benéficos ya descritos. Y con la segunda película, ocurría todo lo contrario.
Por eso decidí automedicarme, como buen médico que soy, y de paso experimentar, para salir de la duda. Claro, lo que a mi me hace reír, de pronto a otros no, debo advertir. El sentido del humor también es algo caprichoso, y yo mismo, lo admito, he carecido de él en muchas situaciones de la vida. Pero he decidido como un propósito tardío de nuevo año, reírme un poco más, para ser más saludable, en vista de que renunciar a la vitamina CH y otros vicios y malos hábitos varios, se me torna mucho más complicado. El cuento es que hallé un sano esparcimiento viendo un video parodia de “Grease” (“Gomina” o “Brillantina” en español), una de las famosas películas de los setentas para adolescentes de la época, y protagonizadas por el inolvidable dúo de John Travolta y Olivia Newton-John. En este caso empero, se presenta con una adaptación sonora, o traducción si lo prefieren, para el público colombiano. Estoy rojo de la risa, lo cual es signo inefable de que la perfusión sanguínea de mi rostro ha aumentado ostensiblemente. Y digo “rojo” además, por no decir “muerto de la risa”, siendo esta última una expresión que no deberá tomarse al pie de la letra, porque entonces reírse sería más que dañino para la salud, cuando es todo lo contrario. Reír para vivir, o en su defecto, reír para sobrevivir, si uno es colombiano como yo.
Grillantina Colombia
domingo 3 de febrero de 2008, 19:52 COT
si es por reirse, entonces el venezolano es el pueblo mas sano del mundo. Aqui estamos 3 o 4 horas haceindo una cola para comprar un kilo de leche (si, un kilo) y tenemos que hacer chiste sobre eso, para no llorar.
y por lo menos nuestros gobernantes, con chavez de primero, todo los dias hacen chistes, tantos que la mayoria de los humoristas del pais han protestado, ya que le estan quitando su trabajo.
Nos reimos a mas no poder cuando el rey le dijo ¿porque no te callas? ns reimos cuando nos dice que la inflacion es de 3%.
De hecho lo que nos mantiene vivo, es la risa, en caso contrario ya no estariamos vivos.
domingo 3 de febrero de 2008, 22:27 COT
Hola Luis: Haciendo entonces caso de la frase de Roberto Pettinato al comienzo de este artículo, si tu presidente los hace reír tanto, entonces es cierto que el suyo ha sido un gobierno muy generoso en obras sociales. Aún así, no sé por qué no me da envidia…
🙂 Saludos.
jueves 7 de febrero de 2008, 17:49 COT
Le faltó la risa nerviosa.
jueves 7 de febrero de 2008, 23:28 COT
Recuerdo mucho en Selecciones del Rider Digest la sección “La risa, remedio infalible” El título lo dice todo.
jueves 7 de febrero de 2008, 23:33 COT
Thilo: Muy divertido el video, yo también me puse rojo de la risa. El habladito paisa corta muy chistoso con esas situaciones. ¿no, parcero?
viernes 8 de febrero de 2008, 00:19 COT
Hola Luis F. López: Me faltó la risa nerviosa, otra risa patológica, en mi concepto, a diferencia de la risa normal. Echándole cabeza creo que me faltaron incluso más situaciones, el artículo original era más del doble de éste. Pero me di cuenta que se ponía demasiado “seria” la cosa, lo cual me parecía una contradicción fundamental. Saludos.
Hola Sentido Común: eso, y el baile de ese tropel de pandilleros al son de Tamarindo seco son del otro mundo. Lo he visto no sé cuantas veces y aún no me aguanto la risa… Saludos.
lunes 8 de marzo de 2010, 12:20 COT
Muy bueno el articulo y fabuloso el video muy chistoso.
Me encanta saber que alguien más en Colombia estudia y promueve este tema tan interesante. Los invito a reírse a gozar la vida, apliquen los consejos descritos en el artículo y si quieren conocer otra técnica que es el yoga de la risa, cuenten conmigo.
martes 6 de abril de 2010, 07:25 COT
Hola, me llamo Emilio González, soy Terapeuta de la Risa y vivo en Tenerife.
Te escribo para saber si por casualidad en tu batería de recursos tienes alguna actividad de otro país y/o cultura.
Preparo un pequeño taller para los Centros de Menores Extranjeros no Acompañados de la isla.
Un contacto africano me ha facilitado una dinámica de Togo. ¿tienes tú de otros lugares del Mundo? ¿sabrías dónde puedo dirigirme?.
Cuando termine de montar la actividad “Risa en las Culturas” te envío todas las dinámicas por si las quieres hacer en tu ciudad.
gracias mil. Emilio
euroafroamericano@gmail.com