Mitos sobre un cometa excomulgado (1a. parte)
Ciencia y conciencia > ColumnasPor Thilo Hanisch Luque
lunes 9 de julio de 2007 15:39 COT
Aproximadamente entre los años de 384 a 322 antes de Cristo, en la decadente Grecia el filósofo Aristóteles describía en una de sus obras científicas, más precisamente una titulada Metereologica, unas extrañas rocas en combustión visibles en el cielo. Dichas rocas emanaban algún tipo de gas inflamable en forma de penacho, y probablemente provenían de pequeños mundos dependientes de la luna. Popularmente se les conocía como “estrellas peludas”, que en griego sonaba más o menos como "kometés", de "komé" (cabellera). Así quedó más o menos definido el extraño fenómeno, que de vez en cuando rompía con la armonía y movimiento predecible de la bóveda celeste.
Un par de décadas después del nacimiento de Jesucristo, algunos filósofos dedicados a los problemas de la naturaleza revelaron un escalofriante descubrimiento: su razonamiento lógico indicaba que si los cometas expelían gases inflamables en combustión, como lo ilustrara su sabio antecesor, obviamente producirían calor. Si producían calor, podían alterar el clima dando origen a tormentas eléctricas, y por ende a potenciales desastres naturales. De esta manera los cometas pasaron a ser un signo de malos presagios. Y curiosamente, fueron los primeros en hablar de cambio climático, ahora que lo pienso.
Pasaron más de mil años, para que durante la alta Edad Media algunos teólogos de prestigio como Hildegard Von Bingen (1098-1179) y Alberto Magno (1200-1280) decidieran que los cometas eran mensajeros de Dios. Ahora el problema era interpretar sus mensajes, aunque según estos teólogos, había una clara correlación entre la aparición de los cometas y los terremotos. La prueba contundente estaba en algunos pasajes bíblicos del Nuevo Testamento según San Jeremías y San Lucas.
Pero la percepción de la cultura occidental del fenómeno cambiaría nuevamente con la pérdida de Constantinopla en 1453 para el mundo cristiano, y su paso al mundo musulmán. Aunque en realidad la “estrella peluda” pasó tres años más tarde de este suceso por los cielos euroasiáticos, resulta que fue en 1456 que Mahoma II entró a caballo en la Catedral de Santa Sofía, y que pasaría a ser una mezquita, como era de esperarse. El cometa exhibía sin decoro alguno su larga cola luminosa, que se parecía sospechosamente a la cimitarra del Islam, como si celebrara la grave pérdida. El Papa Calisto III no dudó por un instante de las malévolas intenciones del cometa, y decretó su excomunión sin atenuantes, y para marcar un precedente que sirviera para allanarle el camino a otros cometas impertinentes que tuvieran planes de sobrevolar el espacio aéreo del cristianismo.
Tuvieron que pasar dos mil años, para que el astrónomo Edmund Halley empezara a develar la verdadera naturaleza del cometa en 1705. Hasta calculó su órbita, y predijo que volvería a visitarnos en 1910. No dudó en prestarle su apellido al cuerpo celeste peludo para que tuviera nombre propio. Y la predicción se cumplió al pie de la letra. Pero el fatalismo de un desastre global seguía siendo un tema de moda -igual que hoy-, de manera que algunas pocas personas al escuchar que el cometa dizque emanaría gases tóxicos sobre la atmósfera planetaria, decidieron quitarse ellos mismos la vida antes de entregársela al Halley. El resto de personas se dedicaron a celebrarlo y admirarlo. Pero algo pasó con el Halley. Quizás se sentía culpable de tanta demencia terrícola, y al volver de visita en 1986, ocultó su cola. Tengo el testimonio directo de una madre y su hijo adolescente, que acudieron al Planetario Distrital de Bogotá con un vecino para ilustrarse al respecto, aunque sospecho que no salieron con más conocimientos de los que ya tenían previamente: que la tierra era redonda como una pelota, y que giraba alrededor del sol.
De cualquier manera aprovecharon una promoción para un viaje a ver las estrellas desde el cielo mismo, a bordo de un Boeing 727 de Avianca, que salió muy puntual a eso de las 8 de la noche, y sin maletas ni carga alguna para surcar los cielos de los Llanos Orientales con la única finalidad de ver las estrellas y al Halley. El avión se elevó rapidísimo, y voló con mucha agilidad. El vacío que sentían los astrónomos temporales asemejaba a una montaña rusa, pero en continuo ascenso. Pero se sentía fresco y agradable, a diferencia de otros viajes aéreos previos muy desagradables. Había que estar ahí para creerlo, según los incrédulos pasajeros en cuestión. Nunca habían visto cielo tan oscuro, tan penetrante y tan lleno de estrellas. Divisaron la Cruz del Sur, constelación por la que surcó el Halley de frente, ocultando su cola, y por ende mimetizándose entre las estrellas no peludas, y eso a pesar de los ingentes esfuerzos del astrónomo por descubrir la silueta del Halley a su público neófito, asunto que para él era tan obvio y evidente. Pero fue una noche hermosa, me consta, pues la señora era mi madre, y el adolescente era yo. Gracias Halley.
lunes 9 de julio de 2007, 23:41 COT
Muy afortunado, en cambio aquí en Bucaramanga nos quedó el recuerdo del “El viernes del Cometa”, no se pudo observar pero fue un asunto muy entretenido
martes 10 de julio de 2007, 08:57 COT
Como siempre, los católicos buscando a quien echarle la culpa de todo para lavarse las manos.
La historia del adolescente y su madre es muy bella. Todo un cuento. Muchas gracias.
martes 10 de julio de 2007, 10:50 COT
Aturdido y confuso: Pues ya leí su propia versión de Halley. Interesante que ni usted lo vio, y yo supuestamente lo vi, sólo que no tengo ni idea cual de todas esas lucecitas era el dichoso cometa. Pero nos influyó a ambos, sin duda alguna, y nos dejó buenos recuerdos. GRACIAS POR EL COMENTARIO Y SALUDOS.
Mornatur: Fíjate que no es cuento…, y además me permitió sentirme como uno de los protagonistas precursores de Star Trek, la mejor saga de ciencia ficción de todos los tiempos… 😉 SALUDO Y GRACIAS.
martes 10 de julio de 2007, 14:13 COT
Encantadora tu historía. Hay un libro que leí hace muchos años, que me gusta mucho. Se llama La ciudad antigua, de un historiador francés llamado Fustel de Coulanges. En este texto, el autor cuenta sobre el origen de los rituales y de cómo nuestros antepasados tendían a asociar los hechos fortuitos ocurridos durante la celebración de los rituales como si fueran consecuencia de éstos. Total, los repetían una y otra vez, ya fuera buscando repetir también los resultados o por miedo de que si no los repetían, los dioses se pudieran poner bravos (la explicación en el libro es muy completa). Tal vez así ocurrió con los cometas. Una coincidencia fue suficiente para que los convirtieran en ave de mal agüero.
A propósito, Halley tiene cabeza de cometa.
Un abrazo.
martes 10 de julio de 2007, 16:12 COT
Hola Markota: Tocará adquirir el libro del francés, pues puede servir como llave a otros mitos científicos y terrenales. Al principio no entendí lo de la cabellera, me puse a analizar la foto del cometa, hasta que luego pasé por el peluquín de su padre adoptivo y que le dio su nombre. Si definitivamente tiene un “komé” con aire de cometa, como su hijo pródigo.
Abrazo, THL.
martes 10 de julio de 2007, 21:27 COT
Amigo tienes dos pequeños errores y es para que los corrigas. el primero esta en la presentacion del post en la pagina principal, donde dice que el haley ha estado con nosotros desde nuestro primeros tiempos.
Los cometas aha medida que se acercan al sol pierden masa, y la mayoria de esa masa es en elementos volatiles, los cuales son los que se forman la cola, por lo tanto ese cometa n particular tal vez solo se ha acercado a la tierra menos de 100 veces, una vez lei sobre el tiempo que se estimaba que e cometa Haley se ha acercado a la tierra, pero en realidad no recuerdo el dato exacto, pero no era mucho tiempo.
el segundo gazapo es el tiempo cuando haley predijo que volveria.
el realizo esa prediccion en un libro (tampoco recuerdo el nombre) publicado en 1705, me recuerdo de eso ya que fue el mayor triumfo de la ley de gravitacion y predijo que volveria en 1758 en ese momento nadie tomo muy en serio esa predicion. Pero fue confirmada con el tiempo.
en mi blog acabo de hacer un post sobre un satelite de saturno, hyperion, pero lo hice para echar broma. Pero los link son en serio, el ultimo el de la NASA tambien habla de el. Deberias de leer los link y hacer un post en serio sobre ese satelite, que bien raro es. Al fin y la cabo escribes mejor que yo, y es por eso que no comprendo por cual razon mi blog es tan leido. ese es otro misterio.
Un abrazo
mircoles 11 de julio de 2007, 08:36 COT
Qué curioso, Thilo; aunque no lo quise mencionar para no alborotarte el trekkie que llevas dentro, la narración me recordó muchísimo el prólogo de la versión novelada de “Broken Bow”, el primer episodio de Star Trek: Enterprise, si no por los hechos, sino por el fondo.
mircoles 11 de julio de 2007, 10:46 COT
Estimados lectores: como lo señala Luis muy amablemente Edmund Halley predijo en 1705 que el próximo primer retorno sería en 1758, y no en 1910. GRACIAS
Amigo Luis: lo que dices del segundo error es cierto, en 1705 predijo que su próxima “primera” vuelta sería en en 1758, su segunda vuelta en 1910, y la tercera en 1986. Es decir, si no estoy mal, también predijo retornos posteriores, pero no especifiqué esa parte, por lo tanto tienes razón. De cualquier manera, en 1910 también nos visitó el cometa. Gracias por la precisión. El primer error, el de la presentación, pues te cuento que los columnistas no ecribimos esa parte, sino los editores. Tu razonamiento es preciso, sin embargo creo que se está hablando de “los comienzos” del hombre en forma figurativa, algo así como decir que la música acompañó al hombre desde el principio, y seguramente no sería cierto, porque el primer instrumento era no se de cuando, o porque no tenía el oído o el cerebro desarrollado en determinada época, etc. Pero si tomamos la historia del hombre conocida, seguramente ha pasado con frecuencia desde entonces. Luego todo es tremendamente relativo, el sol tampoco va durar por siempre, a la larga los elementos del universo entero están sometidos al cambio constante, aunque el del Halley será mucho más rápido que el del sol, por supuesto.
Amigo, muchas gracias por tu interés, y no tengo duda alguna de que tienes los lectores que tienes por tu calidad científica, pero ante todo humana. SALUDOS.
jueves 12 de julio de 2007, 20:57 COT
Hola Mornatur: estuve repasando los pormenores del primer episodio, porque la verdad no me acordaba de a mucho del primer episodio de la serie del Enterprise, que además nunca la ví completa. Entendí el comentario de dos maneras: 1)Supongo que tu comentario apunta a dar continuidad a la historia, o a enlazar pequeñas historias en una más grande, o, 2)Que las cosas no son lo que parecen, por el cuento de los Klingons y los Sulibans y la subsecuente necesidad de crear una Federación de Planetas. Cualquiera de las dos, estoy de acuerdo. Si es otro el significado me cuentas. GRACIAS. SALUDOS. THL