[Interludio] Héroes locales
Columnas > Cómic en serioPor Doctor Comic
mircoles 13 de julio de 2011 3:10 COT
Antes de comenzar este interludio quiero dejar claras mis posiciones con respecto al post de la semana pasada acerca de X-Men: First Class. Como es natural, hay gente que discrepa de mis opiniones (algunos con una dosis de patanería que no me tomaré la molestia de corresponder). Frente a esto, quiero que quede claro que cuando analizo una película me concentro en lo que a mi parecer es más que obvio: lo que sé del cómic en el que está basada y la película en sí misma. De ahí que me tienen sin cuidado los comentarios y justificaciones del director, la taquilla que recaudó, la gente a la que descrestó, etc., etc., cosas que en últimas no contribuyen en nada y si tienden a viciar mucho el ojo crítico sobre el producto final.
Por otro lado, el argumento ese de que la película iba a ser “50% precuela y 50% reinicio” me parece un soberano engaño al espectador: ¿desde cuándo uno va a ver el 50% de algo? ¿la mitad de una promesa? ¿por qué no lo ponen en el afiche promocional? ("¡Vea media película de la saga X-Men!"). Es más, como dije en el anterior artículo, se tomaron demasiadas molestias por retomar la saga original y luego se dio el descache del final. No hay que salir a patalear tanto pues estas cosas suelen pasar, y si lo ponemos en los lamentables términos de porcentajes la película analizada a fondo viene a ser un 95% muy buena precuela y un 5% basura, porque de “reinicio” solo tiene el final. El que una historia de amistad y ruptura entre Xavier y Magneto, que se sostiene en años tanto en el cómic como en las tres películas previas, termine reducida a unos dos meses resulta por demás absurdo, ¿o será amistad tipo Facebook? En fin, yo invito una vez más a los críticos de este espacio a que dejen un poco de lado el marketing de una película y se concentren en la película en sí y su propuesta final.
Bueno, aclarado este punto sigo con este Interludio reflexivo.
La fiebre de las películas cínec sigue dando de qué hablar. Ya está a punto de cocción una secuela para Batman e incluso para Superman, amén de las que se vienen: Green Lantern, Captain América, Wolverine (raro, si según cierto comentarista airado la anterior fue un supuesto desastre), Spiderman 4, etc., etc.
Esto para un adicto a los cómics como yo es casi como de no creer, lo que me deja pensando en cierto tema que posteé hace mucho rato: ¿será que nuestro cine nacional necesita despegar con su propia película de su héroe criollo? Ya vimos (bueno, ¡los que se atrevieron a hacerlo!) el fatídico y megaridículo intento de Trompetero con El man.
Entonces sería menester volver al ejercicio que planteé en aquella ocasión: es hora de que creemos de una vez nuestro héroe o explotemos los potenciales que ya tenemos… propongo entonces:

El Hombre Caimán: creo que Álvaro Lemon podría usar spandex y salir esgrimiendo su guitarra al estilo del martillo de Thor con su célebre grito de batalla: "¡Yiaaaaaaa!" La historia es fácil: un costeño que es mordido por un caimán genéticamente alterado con ADN de Horacio Serpa (lo que explicaría la abundancia de su mostacho). El nuevo héroe viaja al Tíbet donde una secta secreta de paisas tienen un templo en honor a los fríjoles y allí lo entrenan en el secreto arte del repentismo y le otorgan la guitarra mágica con la que combatirá a los seres más malvados de la galaxia: los pavorosos cuentachistes.

Guisa Girl: una heroína que surge de un grill de mala muerte para combatir la injusticia musical y que se vale de su poderoso grito destemplado para destrozar los tímpanos de los villanos. Su peor enemigo sería un mago malvado que la condena a mantenerse en sobrepeso, causándole molestias a la hora de ponerse el traje. Su arma de combate sería un collar de perlas finas… sobra decir quién sería la actriz (o cantante) elegida para caracterizar a este grotesco personaje (Pista: pertenece al grupo mutante clandestino conocido solo como Factor X)… y ya tuvo serie de tv, es decir, el camino está más que labrado.

Gentleman: bajo la secreta identidad de José Gabriel Ortiz, el pedante presentador de televisión (¡hoy embajador en México!… cosas de Santos), se esconde el poderoso héroe inmortal venido de las tierras altas de Escocia… bueno, al menos eso cree él.

J: un justiciero cuyo nombre es un enigma para todos, incluso para él mismo. Su mente solo tiene recuerdos fragmentados y su cerebro está cubierto por varias capas de un metal indestructible, lo que lo hace muy resistente a las ideas. Su habilidad es la manipulación verbal y la capacidad de imbecilizar televidentes durante horas. Usa gafas para terminar de envolvernos en el misterio de su identidad y utiliza un segundo nombre para despistar: Mario.

Cepeda Man: pese al nombre que usa, su mayor habilidad no es la manipulación de las flatulencias. Este ser posee el poder de destrozar los tímpanos de quien lo escucha y su mayor interés es el de arruinar cuanta composición musical vieja se le atraviese. Camufla su identidad bajo una sonrisa tipo Joker y se especializa en el arte del disfraz, sobre todo en reuniones de junkies, en las que pasa totalmente desapercibido.

Dr Vélez: este superhéroe místico ha acumulado conocimientos muy vastos acerca de lo que él considera la ciencia del fútbol. Nadie puede debatirle nada con respecto al tema y posee la habilidad de alterar la realidad a su antojo. Primero dice que un equipo va a ganar y si el equipo pierde, al finalizar proclama que dijo que iba a perder… ¡y la gente le cree!

Eframan: nacido en los confines del infierno, este héroe regresa a la tierra gracias a un pacto hecho con el diablo y se dedica a la escritura. Posee un clan de seguidoras que se pelean por su desagradable fisonomía. Sus batallas se dan el campo literario (o al menos en lo que él considera que es escribir) y su meta es alcanzar el báculo del reconocimiento, así tenga que salir en bola en las portadas de sus libros.
Bueno… el camino está sembrado, caro lector. Usted está invitado a sugerir su superhéroe criollo ¡para que por fin le demos en la cabeza a Hollywood! Háganle que es fácil.
mircoles 13 de julio de 2011, 15:13 COT
Lo mejor es que no hayas mencionado a ese siniestro personaje como lo es al zar de la corrupción, se te hubiese dañado el texto por lo desagradable del personaje.
De otro lado, sí, no concibo sino el 100% de todo y en todo. Concuerdo contigo en abolir esos 50% y menos de un todo.
Sobre sugerencias de personajes… que tal poner a la Diva Amparo Grisales de Colombia u otra mujer maravilla que consideres.
Best redars dear Santiago!!
martes 19 de julio de 2011, 02:26 COT
Que colección de gente tan indeseable. Creo que al menos un par merecían perdón (la del collar) e incluiría a otros como los del indigestante elenco del al fin desaparecido programa Padres e Hijos. Su talento sería matar a todos del TEDIO!
martes 19 de julio de 2011, 04:48 COT
Decir “50/50” JAMÁS ES ENGAÑAR ni tampoco ofrecer promesas a medias; pensar eso es mal intepretar una iniciativa creativa quizas con toda la mala intencion del Comic.
Así que no hay que deformar esta frase, porque hacer una película es un ejercicio libre que no debe verse sujeto a antojos y/o antecedentes. Lo cierto es que esta formula de tomar algún “porcentaje” es mas extendido de lo que creo muchos conocen.
Pero se perdona la inconciencia del que pontifica esta tésis. Se perdona cuando se lee algo tan nefasto como: “me tienen sin cuidado los comentarios y justificaciones del director, la taquilla que recaudó, la gente a la que descrestó…”. Con pensamientos así ¿Qué diferente cosa puede esperarse a venir? Aunque realmente el filme como tal es la pieza capital a admirar, es realmente imprudente desmeritar y mezclar con el marketing, las apreciaciones y repercuciones del público, los expertos y sus realizadores. Todo aquello ayuda a ubicar la obra dentro de un contexto, mucho mas universal que viendo apenas una sola arista o faceta de la cuestión: La sola película.
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