Allá tú, acá yo
impuesto de guerraPor Sentido Común
domingo 1 de marzo de 2009 15:05 COT
Me llegan a esta columna dos historias que de alguna manera reflejan la imagen de los mandatarios de las hermanas repúblicas de Colombia y Venezuela. En orden a la libertad de expresión, a la democracia participativa y al equilibrio informativo, me permito publicar ambas colaboraciones.
Paraquito
Foto flickr: Mi Matadero Clandestino
Cuenta la corresponsal KU, de Blogotá DC, que estaban un arquitecto, un contador, un químico, un informático y el presidente Uribe alardeando sobre la inteligencia de sus perros…
El arquitecto ordenó a su perro:– Escalímetro, ¡muestra tus habilidades!El perro agarró unos ladrillos, unas tablas y se armó el solo una casucha. Todos admitieron que era increíble.El contador dijo que su perro podía hacer algo mejor:– Cash flow, ¡muestra tus habilidades!El perro fue a la cocina, volvió con 12 galletas y las dividió en 4 pilas de 3 galletitas cada una. Todos admitieron que era genial.El químico dijo que su perro podía hacer algo aún mejor:– Óxido, ¡muestra tus habilidades!Óxido caminó hasta la refrigeradora, tomó un litro de leche, peló un banano, usó la licuadora y se hizo un batido. Todos aceptaron que era impresionante.El informático sabía que podía ganarles a todos:– Megabyte, ¡muestra tus habilidades!Megabyte atravesó el cuarto, encendió la computadora, controló si tenía virus, mejoró el sistema operativo, mandó un e-mail e instaló un juego excelente. Todos sabían que esto era muy difícil de superar.Miraron de reojo a Álvaro Uribe y le dijeron:-Y su perro, ¿qué puede hacer?El presidente llamó a su perro y le dijo:– Paraquito, ¡muestra tus habilidades!Paraquito se paró de un salto, se comió las galletas, se tomó el batido, borró todos los archivos de la computadora, masacró a los otros cuatro perros, los enterró en una fosa común y consiguió la escritura de la casucha.
Uguito
Foto flickr: Carlos Abrego
Narra la corresponsal MCB de Maracaibo, Venezuela, que estaba un niño pequeño sentado en su sillita, recibiendo de su mamita las medias nueves, cuando en esas, ella le alcanza un vaso con jugo, sin darse cuenta de que no le había puesto azucar. El niño lo lleva a la boca, lo prueba y hace una mueca de desagrado, a la vez que dice a medialengua:
– ¡Ugo chabe malo!– Si, Pedrito, es un HP – responde la mamita.
domingo 1 de marzo de 2009, 17:21 COT
Yo no necesito mostrar mis habilidades. ¿O si?
lunes 2 de marzo de 2009, 01:38 COT
Perro de tugurio:
Si las tienes…¿qué esperas?
lunes 2 de marzo de 2009, 02:34 COT
Bueno, gracias.
Pensé que era obvio que un perro de tugurio bogotano tendría la habilidad de sobrevivir en las peores condiciones. En fin, les contaré.
La verdad a mi me llaman es perro de mendigo porque ni siquiera tugurio tengo, y debido a la profesión de mi amo que por supuesto es un mendigo. Y así como mi amo, yo también tengo la habilidad de caminar las calles bogotanas por días enteros sin tragar un bocado. Muchas veces escarbamos en las canecas de basura por comida, pero siempre se nos han adelantado, pues la competencia es tremenda.
Pero la principal habilidad, y esa la comparto con mi amo y señor mendigo al cual adoro como a un dios, es la de sobrevivir los peligros que para un perro de mendigo entraña la ciudad, puesto que no hay un solo rincón de Bogotá que no depare aterradoras sorpresas. Como sabes un mendigo y su perro son los seres más indeseables y despreciables de la ciudad. Nos aborrecen tanto los ricos como los pobres, nos sacan a patadas de las iglesias y a pedradas de los tugurios. El otro día con mi amo en el norte de Bogotá nos tocó salir corriendo de un cajero automático donde estábamos durmiendo porque nos sorprendieron a tiros, nos salvó la puerta de vidrio grueso que al caer en pedazos nos dio tiempo para escapar. Mi amo salió corriendo pa’un lado y yo salí corriendo pa’l otro despistando a los sicarios que no sabían pa’ que lado disparar. Corrí por varias cuadras hasta que perdí el olor de los matones y después me puse a buscar a mi dueño, lo cual no era tarea difícil pues me guiaba el fuerte olor. Lo encontré vuelto una m*** , ahí tirado en el caño de la 19, berreando como un chino chiquito “… y es que que les hemos hechos pa’que nos quieran mat…”. La verdad me dio lástima de verlo en esa condición, pues yo como perro que soy jamás me han hecho berrear ni las patadas en el hocico ni en las bolas, sólo una vez berreé que fue cuando una buseta me pasó por encima y eso que yo iba por el andén.
En fin, lo que le quiero decir es que esos perros sofisticados de los que usted habla son unos flojos y estoy seguro no alcanzarían a sobrevivir un sólo día del estilo de vida que yo por muchos años he soportado en las calles bogotanas. ¿Sabe qué? Me los llevo a todos.
lunes 2 de marzo de 2009, 09:32 COT
Buen intento, mal cuento por el que deduzco que usted no es un perro de tugurio sino Paraquito, el que se los lleva a todos. Siendo un canino, no entiendo por qué hace lo de muchos hombres, penasar que el mundo se divide entre ricos y pobres…
lunes 2 de marzo de 2009, 10:37 COT
Cash flow,
Yo de verdad creí que paraquito te había violado y masacrado según se lee arriba. Por favor cuéntanos a todos la historia de tu supervivencia.
mircoles 18 de marzo de 2009, 15:18 COT
Parece que aquel comentario provenía de la larva astral de Cash Flow (QEPD), porque no siento su olor para nada.
mircoles 18 de marzo de 2009, 15:45 COT
Ucha, Escalímetro!!!