Hablemos de clásicos (1)
Columnas > Con los taches arribaPor Rafa XIII
martes 29 de septiembre de 2009 21:06 COT
El fútbol, tal como se conoce en nuestros días, tiene algo más de 150 años de historia, y poco tiempo después de haber sido publicado su primer reglamento y fundados los primeros equipos surgió, como un reflejo de la vida diaria del ser humano, la rivalidad entre los simpatizantes e integrantes de una divisa de un barrio con respecto a la del barrio del al lado. De una clase social frente a otra. De una ideología política en contraposición de otra, e incluso, de una raza o religión contra otra, escudados todos en los colores de una camiseta, una pantaloneta y un par de medias.
Clásicos locales y clásicos nacionales

Los puristas sostienen a rajatabla que para hablar de clásico, necesariamente hay que referirse a un partido entre clubes de una misma ciudad, pero ha sido en la propia cuna del fútbol, Inglaterra, en donde se quebró desde su origen este supuesto, ya que los partidos entre el Liverpool y el Manchester United, desde hace mucho tiempo superan ampliamente en importancia, nivel de juego e interés general entre los aficionados, a aquellos entre el Pool y el Everton o el ManU y el Manchester City, sus respectivos rivales de patio. ¿La razón? Cada uno proviene de una ciudad importante para la economía inglesa –Manchester como polo de desarrollo industrial y Liverpool como puerto comercial–, y en cada cual sus habitantes canalizan su deseo de demostrar superioridad sobre la otra a través del deporte. Tras la Segunda Guerra Mundial, y el florecimiento de las competencias internacionales, los dos equipos más ganadores del campeonato local (18 títulos cada uno), intensificaron su rivalidad en el llamado Derbi del Noroeste, a medida que obtenían trofeos en competencias de la UEFA. Hasta el presente, Reds (los del Liverpool) y Red Devils (los del Manchester Utd) suman la friolera de 114 trofeos entre los dos.
Sus vecinos escoceses, en cambio, sí tienen su más enconado enfrentamiento futbolístico en una misma ciudad y con un ingrediente que ha causado estragos en la vida cotidiana de los habitantes de las islas británicas: la religión. Glasgow es la sede de los dos equipos tradicionales de Escocia, los más ganadores y los que hace más tiempo jugaron el primer clásico, en 1888. Los verdiblancos del Celtic son los representantes de los católicos y las personas de origen irlandés, mientras que los azules del Rangers defienden la Orden de Orange, el protestantismo y enarbolan la bandera del Union Jack, símbolo del Reino Unido. Desgraciadamente, este derbi escocés tiene en su historial la mancha imborrable de la muerte de 66 personas en 1971, año en que se produjo una estampida en el Inbrox Stadium, cuando los aficionados del Rangers, que ya salían al ver que su equipo estaba perdiendo 0-1, se devolvieron hacia la tribuna para celebrar el gol del empate de Colin Stein, en tiempo de reposición. Hay investigadores que sostienen que esto no es verdad y que la causa de la tragedia fue una escalera que cedió ante el peso de las personas que salieron al mismo tiempo. Sin embargo el llamado “Mito del gol de Stein” aún permanece.
El Derby della Madonnina y el Derby d’Italia

El AC Milán fue fundado en 1899 por ingleses, y tuvo acogida en los jóvenes de la aristocracia milanesa que habían estudiado en Inglaterra, porque además del equipo de fútbol también tenía uno de cricket. A pesar de haber sido creado por extranjeros, paradójicamente no aceptaba jugadores nacidos fuera de Italia, y esto causó antipatía entre los inmigrantes, tanto así que 1908 fue un miembro del AC Milán, que era de origen foráneo, Mauricio Dealbera, quien abandonó dicho club y fundó uno en que sí fueran recibidos los extranjeros: el Internazionale, o “Inter” como lo llama todo el mundo. Con el correr de los primeros campeonatos italianos, y en una nueva paradoja de la historia, el Milán, que había sido creado como un club de la élite, pasó a ser un equipo cuyo grueso de seguidores estaba conformado por trabajadores y sindicalistas. Por el contrario, el Inter, el nerazzurri, que se fundó para dar acogida a los rechazados de los rossoneri, se convirtió en el símbolo de la clase alta de la ciudad.
El odio entre los simpatizantes de estas dos instituciones es visceral, a tal punto que juegan en el mismo estadio, pero lo hacen llamar de manera distinta cuando cada cual juega de local: “San Siro” cuando actúa el Milán, y “Giuseppe Meazza” cuando lo hace el Inter. Ambos han ganado muchas ligas italianas (los dos tienen 17 scudetti) y se dieron el lujo de obtener la Liga de Campeones y la Intercontinental, entre otras competiciones. Además el AC Milán es el equipo más ganador de torneos internacionales en el mundo, con 18 coronas. Por el campeonato italiano de primera división, la ventaja la tiene el Inter. Pero sumando los duelos en torneos de UEFA, la Copa Italia y amistosos, el Milán se impone en este cara a cara.

Sin embargo, el clásico milanés está un escalón por debajo del Derby d’Italia, que también tiene como protagonista al Inter, pero cuya contraparte es nada menos que “la vecchia signora”, el todopoderoso Juventus FC de Turín, el equipo más campeón de la liga italiana, con 27 scudetti. Este evento, que inevitablemente cautiva la atención en toda la península, tiene una gran difusión mediática a través de la RAI, y motiva verdaderos ríos de tinta similares al Tíber por la cantidad de páginas que ocupa antes, durante y después de los noventa minutos, en La Gazetta dello Sport, el Guerin Sportivo, Tuttosport e incluso en medios tradicionales “serios” como La Repubblica y el Corriere della Sera. En la estadística, la mayor paliza que Juventus le propinó al Inter fue un 9-1 en la temporada 1960-61. Como una tardía venganza, a raíz del escándalo de los campeonatos obtenidos de manera fraudulenta por la Juve (2004-2005 y 2005-2006), uno de los dos que le fueron quitados al bianconero, se le adjudicó en el escritorio al Inter.
El derbi español

Y en este recuento de los clásicos del Viejo Mundo no podía faltar el superclásico español, entre el Real Madrid y el Barcelona FC. Es llover sobre mojado citar los logros de estos dos gigantes del balompié europeo y mundial, que han ganado prácticamente todos los torneos existentes en su confederación y que cuentan cada uno con una enorme estructura deportiva, mediática y de mercadeo que los hace conocidos en todo el mundo. La más reciente edición del derbi de España fue vista en directo en más de 150 países y retransmitida luego en otros que por diferencia horaria o dificultades técnicas no lo pudieron tener en vivo.
Por tercera vez en lo que llevamos de recorrido se vuelve a quebrar el supuesto de que el clásico es entre clubes de una misma ciudad. El Real y el Barça representan por sí mismos a las dos ciudades más prósperas e importantes del país, pero también son los entes canalizadores de un viejo antagonismo, que bien podría remontarse a los tiempos de los reinos fundadores de la nación, Castilla y Aragón (del que Cataluña formaba parte en ese entonces), que se reavivó en la Guerra Civil y se mantuvo durante el régimen del generalísimo Franco. El Madrid fue el ícono del franquismo y del bando nacionalista, en tanto que el Barcelona lo fue de la autonomía catalana y de la República. En el historial del torneo local, Real Madrid ha ganado 68 clásicos, Barcelona 60 y han empatado en 30 ocasiones. Sumando los cotejos por Copa, Supercopa de España y campeonatos internacionales, los merengues tienen 85 triunfos contra 79 de los blaugranas, y 42 empates.
(Continuará)