Fonemas y grafemas
ColumnasPor Fabio Villegas Botero
sbado 19 de noviembre de 2011 4:25 COT
Este es el título del primer capítulo de la Ortografía que las Academias de la Lengua hicieron oficial desde el año pasado. Es un largo capítulo de 188 páginas que bien podría sobrar si nos atuviéramos a lo que esa gran obra de casi 800 páginas nos propone en la pág. XLVII de la Información Preliminar: “Símbolos usados para la representación del español”. En total son 24, cinco vocálicos: a, e, i, o, u, y 19 consonánticos: b, ch, d, f, g, j, k, l, ll, m, n, ñ, p, r, rr, s, t, y, z (como se ve, no se requieren: c, h, q, v, w, x. De pronto se podrían eliminar: ll, z, aunque esta última la podrían utilizar los pocos que la pronuncian, ya sea que la escriban Z o C).
“El fonema", dicen las Academias, "es la unidad mínima en el plano fónico, y el grafema, la unidad mínima distintiva en el plano gráfico”. Es decir, que así como cada sonido difiere de otro en las palabras del habla: p, en pato, cato, gato, mato…, así, cada letra y aun dígrafo (ch, rr) debería corresponder a cada fonema. El lío grande es cuando una letra, más que grafema, puede corresponder a varios fonemas diferentes: c, s, z, k, q, x, o un mismo fonema se puede representar con varias letras: s con s, c, z, y así muchos más.
Lo que quisiera destacar en breves palabras es más bien algo que poco reflexionamos, si es que siquiera lo hemos investigado. ¿Quién inventó el alfabeto? Hay multitud de objetos que utilizamos a diario y que si nos los tuviéramos nos sentiríamos como de otro mundo, pero que no sabemos de donde vienen y menos quién los inventó. (¿Pensamos siquiera en agradecerlos?) Pues bien. Aunque el alfabeto no es la única manera de representar el habla, ya que también están los caracteres chinos, los silabarios japoneses (hiragana y katakana), la escritura coreana y muchas más, tanto vivas como desaparecidas (cuneiforme, jeroglífica, etc.), con todo, los diversos alfabetos si son los más frecuentes.
Hace días me llegó un correo en que explicaban el origen de los números arábigos. Supuestamente cada figura del 1 al 9 tiene un número de ángulos igual al dígito que representan. El primer alfabeto se originó en Fenicia, y las diversas letras eran representaciones más o menos estereotipadas de objetos conocidos: alfa de alef, buey; beta de bet, casa; gama de guimel, camello; delta de dalet, puerta, y así sucesivamente hasta conformar 21 o 22 consonantes. De este primero salieron dos vertientes principales: la semita que ahora representan el árabe y el hebreo principalmente, y la occidental, a través del griego, el latín, el ciríaco en Rusia. Los griegos inventaron principalmente las vocales, los latinos la c, máxima fuente de confusión en todos los idiomas que la utilizamos, y los españoles la ñ en vez de los dígrafos: nn, gn, nh. Claro que en el paso de un idioma a otro, sobre todo del griego al latín y de este a las lenguas romances: portugués, español, francés, italiano y rumano, aunque también al alemán y al inglés, fueron pasando letras, hasta inútiles (h en español), o que reduplicaban innecesariamente algunos fonemas (q, w…).