¿Esperar al sexo?
Columnas > Limpia - MentePor Johanna Pérez Vásquez
sbado 21 de marzo de 2009 18:12 COT
Hace poco se publicaron los resultados de un estudio que intenta explicar, a través de un juego de estrategia basado en un modelo matemático, cómo la demora del compromiso “formal” entre un hombre y una mujer le da más herramientas a ella para saber si la persona que tiene al frente es o no quien se ajustará a sus expectativas y necesidades.
Dentro del juego las mujeres reciben una recompensa si eligen a un macho de buena calidad, pero no reciben nada si optan por uno de mala calidad, mientras los hombres siempre son recompensados. Sin embargo, si son calificados por la mujer como material ‘digno de matrimonio’, el premio será mayor.
La investigación analiza la forma en que hombres y mujeres se relacionan a la hora de buscar pareja estable basándose en principios evolutivos: la mujer suele guiarse por la búsqueda de una contraparte que la acompañe durante la época de crianza, y el hombre persigue la mayor y más extensa reproducción posible. De aquí parte la diferencia y el interés del estudio.
Se cree que un macho capaz de esperar durante mucho tiempo antes de tener sexo con la hembra, le da espacio suficiente a su pareja para que recolecte información y decida si es un personaje con quien vale la pena o no involucrarse. Sin embargo, si ella lo hace esperar mucho tiempo es posible que él se desespere y prefiera la ganancia pequeña pero inmediata, antes que la suculenta pero futura. También es posible que el macho busque a otra hembra con la cual aparearse e incluso quedarse, pero que no lo haga esperar tanto tiempo.
Es necesario tener en cuenta que para darle valor a la espera se debe apreciar lo que vendrá más adelante, este valor se aprende con la experiencia de coqueteos pasados. Así, si uno busca un encuentro casual, no tiene sentido esperar para acostarse con alguien, pues ese es el objetivo final, pero si lo que se busca es una relación duradera, habría que pensárselo dos veces antes de ir a la cama con el/la posible candidato/a.
Esta investigación evalúa los métodos de la mujer para reducir la posibilidad de encartarse con un tipo que la embarace y luego la deje, así como el potencial del hombre para comprometerse en la manutención de los hijos. Los resultados sugieren que si un hombre está dispuesto a esperar para tener relaciones sexuales con una mujer, no sólo ganará una buena amante —por aquello de que el desempeño mejora con la experiencia—, sino que además logrará una relación armónica con su pareja, lo que lo beneficiará a él también al conseguir quien conciba y proteja con esmero sus genes.
A pesar de estas conclusiones no se puede asegurar que el esperar para tener sexo con alguien garantice el encontrar a una pareja adecuada. Algunas personas pueden ser muy pacientes para al final decepcionar; si no se tiene mucha experiencia no se logra descubrirla sino hasta cuando ya es tarde. Por eso es útil observar bien para leer las pistas que los dan acerca de su naturaleza sin querer, por ejemplo el modo en que tratan a los animales, a los niños y a su madre. En resumen, la espera no lo es todo.
domingo 22 de marzo de 2009, 08:16 COT
En mi concepto, el estudio que citas como base de tu columna deja mucho que desear por simplista y sexista. Las relaciones hombre-mujer son mucho más complejas que aquella visión de Cosmopolitan con la que pretenden enseñarte “como atrapar al hombre de tus sueños sin hacerlo muy infeliz”.
El estudio pareciera centrado en la visión femenina de la búsqueda de un macho, cuando resulta obvio que el encuentro de dos seres tiene tanto valor de un lado como del otro y no necesariamente su fin último es la cópula.
domingo 22 de marzo de 2009, 10:33 COT
Si el hombre espera mucho tiempo es porque es ingenuo, a menos que la candidata sea una mis universo. Los amigos le dirán “no seas estúpido, mientas tu esperas ella duerme con otros”. Si ella se demora mucho en responder es claro que se debe a que ella espera que candidatos mejores también propongan o que el actual candidato no le gusta mucho.
En tiempos modernos uno tiene que ser lo suficientemente despierto para reconocer a tiempo una buena oportunidad y no dejarla pasar.
domingo 22 de marzo de 2009, 14:52 COT
Creo que al estudio no hay que darle otros alcances que el de buscar respuestas sobre el apareamiento humano que no se diferencia en mucho del de otros mamíferos, que son eminentemente sexuados. En este sentido, el estudio comprueba lo que ya se ha establecido en otras disciplinas como la antropología en la que la hembra busca en el macho seguridad (para ella y sus probables hijos) y el macho una hembra saludable que le pueda asegurar su descendencia. Por lo que leí es el cortejo anterior a la cópula y sus intríngulis con sus varios significados y sus consecuencias, excluyéndose todas las variantes que puedan encontrarse alrededor del amor y otros demonios, incluyendo los que simplemente quieren pasarla bueno.
domingo 22 de marzo de 2009, 16:02 COT
que risa, esto, supongo que el estudio es valido solo para quienes piensan tener hijos, es decir el 99$ de la sociedad colombiana no? osea que aplica. Y para los que no pretenden reproducir mas seres humanos? entonces eso quiere decir que podriamos tener sexo cuanto antes sin esos temores? que maravilla no?
no puedo creer que se sigan haciendo semejante tipo de estudios tan pendejos y poco “reales”, insisto que los comportamientos de los seres humanos no se pueden clacificar, acaso que, somos maquinitas de estudio? nno se supone que somos unicos e irrepetibles?
domingo 22 de marzo de 2009, 21:43 COT
Andrea,
Estos estudios suponen que somos lo que en verdad somos, unos primates mercantilistas. Los machos buscan el mejor trasero y las hembras buscan el macho más macho. Punto.
domingo 22 de marzo de 2009, 21:53 COT
Este día es histórico. Por primera y tal vez única vez en la historia de la blogósfera, ESTOY DE ACUERDO, y al mismo tiempo, con Sentido Común, alias Tequendamia y Marsares. Este “estudio científico” es una soberana pendejada, digno de Cosmopolitan.
domingo 22 de marzo de 2009, 23:27 COT
¡Pero claro! Es otro clásico caso de “científicos británicos descubren [insertar obviedad aquí]”. De hecho, es ofensivo con la misma Cosmopolitan… al menos de esta revista uno no espera ningún “rigor”. Por desgracia, los cables de agencias como EFE y AP dándoles bombo a estas ridiculeces inundan los medios occidentales, más los de países subdesarrollados como este.
martes 24 de marzo de 2009, 05:31 COT
Que Dios no exista no significa que la Iglesia Católica no tenga poder. Guardadas las proporciones, que el estudio sea flojo no significa que Cosmopolitan no cree imaginarios. De hecho, probablemente para las lectoras de Cosmopolitan, así es la realidad. Y a muchas les funciona: el menor de los hijos de Julio Mario se casó con la editora de Vogue y Alejandrito está ennoviado con la editora de Cosmopolitan. Vayan a decirles a ellas que el estudio es carreta.
martes 24 de marzo de 2009, 08:28 COT
Tinterillo del averno: si me paga la visa y los pasajes, con mucho gusto hablo con esas señoras y les digo.
mircoles 1 de abril de 2009, 20:54 COT
Estos estudios sólo generalizan el comportamiento humano… el no estar de acuerdo, no significa que no pueda tener algo de verdad……. y mucho menos en este país tercermundista.
Los hombres en su gran mayoría son machistas…… y las mujeres también…….. esto va ligado con la psicología… de freud… el falo y todo esto……. los seres humanos más allá de metas y deseos de procrear…. buscamos eso… los hombres una mujer para madre de sus hijos… y las mujeres un hombre que las proteja….
esta es mi humilde y común opinión… no todas las personas son intelectuales……
mircoles 1 de abril de 2009, 20:59 COT
y sí… esperar para el sexo… es un filtro… para detactar intenciones… si el tipo no espera un tiempo prudencial… querrá comerte y desaparecer……. si el tipo espera… te aguantará… ese tiempo de espera y lo que se pueda… jaja
jueves 2 de abril de 2009, 05:36 COT
Estos estudios hablan de algo así como el cableado del cerebro, algo que está en la base de nuestro comportamiento, aunque pueda ser corregido, maquillado, o lo que se quiera, por lo que aprendemos.
La renuencia a tener hijos, por ejemplo, no se puede entender tan fácil con argumentos simples evolutivos, pero es un fenómeno de masas en cada vez más países. Y cosas que parecen ser bastante fisiológicas, como el homosexualismo, todavía requieren más “científicos británicos descubren” (gracias mil por el enlace, Julián)
De este artículo, llama la atención el hecho de que los intereses masculinos y femeninos sean irreductiblemente contrarios, y que siempre haya un regateo respecto al sexo. Hay regateo respecto a todo, desde luego, pero seguro que todos conocemos parejas donde el impulso sexual de la mujer es mas fuerte que el del hombre, o en que el hombre por algún trauma o factor de su educación busca la estabilidad y le teme al cambio, sacrificando lo que sea necesario para asegurarla (por ejemplo, sacrificando la satisfacción inmediata que ofrece el sexo)
martes 28 de abril de 2009, 22:57 COT
Mañana responderé comentarios, ahora estoy viendo Batman Begins. 😀
mircoles 29 de abril de 2009, 12:56 COT
Pues mi conclusión es que hay que tener sexo con muchas parejas para poder desarrollar esa capacidad para descubrir lo que uno quiere cuando le llegue la que es… 😛
mircoles 29 de abril de 2009, 13:06 COT
Por otro lado, creo que sí es importante la cita tipo “científicos británicos descubren…” porque le dan cierta validez a lo que para unos puede ser obvio, pero que para muchos es mentira: que no somos tan diferentes de los demás mamíferos como nos gustaría creer.
Quien haya tenido un perro o un gato sabrá que incluso estos animales “inferiores” tienen personalidad, y que no son tan predecibles como lo sería una rata negra noruega estándar de laboratorio. Si esto es así con los animales, con mayor razón los seres humanos somos más que simplemente nuestro sustrato biológico. Pero de ahí a decir que en el sexo no existen las generalizaciones hay mucho trecho. Cada persona es diferente, pero tenemos tanto en común con la mayoría de las personas que hablar de que no hay patrones más o menos generalizados es francamente ingenuo.