En México, ¿circo sin pan?
Columnas > La política en taconesPor Pilar Ramírez
domingo 28 de junio de 2009 5:14 COT
A semana y media de que se cumpla la cita con las urnas, las campañas de los partidos suben de intensidad en el afán de persuadir al electorado, aquél que aún no ha sido convencido de anular su voto, opción que cobró fuerza en esta elección y que varios personajes defendieron como propuesta ciudadana para darle un sentido diferente al sufragio. El gran debate generado en torno a la anulación del voto desnuda un hecho incontrovertible: los partidos no fueron capaces de generar una oferta política que convocara a los electores en su favor.
Los ciudadanos quedaron faltos de elementos para sustentar su voto. Las caras de los candidatos plasmadas en mantas y pasacalles que inundan las ciudades, acompañadas de lemas que intentan ser ingeniosos o propositivos, son el ingrediente más a la mano de que dispone el elector para orientar el voto.
Algunos atisbos de iniciativa ciudadana aparecieron como resultado de la combinación del hartazgo por los problemas no resueltos y una figura reconocida que encabeza el reclamo a la clase política en general, como la que emprendió el empresario Fernando Martí al exigir a los candidatos firmar ante notario público sus compromisos de campaña para obtener una ligera garantía de que, al ganar, no rehuirán su cumplimiento, especialmente aquellos relacionados con el tema de la seguridad.
El papel de los medios está por revisarse. La investigadora y periodista Gabriela Warkentin afirma que “para que la libertad de expresión se ejerza en beneficio de la sociedad deben confluir leyes que lo permitan, audiencias que lo exijan y medios que se responsabilicen”. Prácticamente nadie refutaría esta afirmación, desafortunadamente se enfrenta a la paradoja de que los medios no tienen como objetivo fundamental el ejercicio de la libertad de expresión en beneficio de la sociedad sino en el propio y no por una elección perversa sino por su naturaleza empresarial que persigue un beneficio económico con la producción de mercancías peculiares: la información y el análisis.
La necesidad de información que tendría el electorado para orientar su voto contrasta con la necesidad que tienen los medios de ser competitivos y aquello que le da razón de ser al periodismo, lo que le mantiene en el mercado, es el conflicto. El análisis de las propuestas de partidos o de candidatos específicos ocupó un lugar extraordinariamente inferior comparado con las noticias conflictivas.
Durante la jornada electoral varios hechos escandalosos, problemáticos o amarillistas nacionales e internacionales ocuparon grandes espacios en los medios informativos: la influenza, el conflicto perredista en Iztapalapa y el papel del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en el cambio de candidata en esa demarcación, la tragedia en la guardería de Sonora donde perdieron la vida decenas de pequeños —lo que no sólo dio sustancia informativa a los medios sino material de disputa entre partidos y niveles de gobierno de distinta filiación—, la publicidad del Partido Verde disfrazada de anuncio de una revista de espectáculos, el avionazo de Air France, el trenazo de Washington, el robo de una pequeña en el Hospital General de la Ciudad de México, la detención de funcionarios en Michoacán acusados de actuar en colusión con el crimen organizado y hasta las declaraciones de la comisionada de Migración, Cecilia Romero, en el sentido de que debemos aceptar como mal inevitable el turismo sexual, así como su fe en Dios y en el Presidente para continuar en el cargo.
En esa búsqueda de conflicto como componente de competitividad, algunos medios convirtieron en literal el papel de correo que político que muchas veces le adosaron los analistas. Ante un debate anunciado pero retrasado por diversas razones, el líder del PAN incluyó en un diario de circulación nacional una inserción en la que advierte a Jesús Ortega que en el debate le preguntará por el desastre de Iztapalapa y si también en Miguel Hidalgo López Obrador quitará a la Guevara cuando le dé la gana. Ni tardo ni perezoso, Ortega le contestó a Martínez en otro diario, aunque con una inserción de tamaño más modesto, si también le preguntará su opinión sobre los hijos de Martha Sahagún, la corrupción de la megabiblioteca, la Lotería Nacional, “el presidente del empleo”, la fuga del Chapo Guzmán, la crisis económica y sobre los niños muertos en Hermosillo.
En tanto, temas que son de interés de amplios grupos de población y que tendrán en sus manos los futuros legisladores quedaron sepultados por el amarillismo, como la tendencia de legislaciones locales a desconocer el derecho de las mujeres a una maternidad elegida, el financiamiento a la educación superior o iniciativas para alentar la creación de empleos. Pan y circo no aplica más, la crisis modificó la oferta, sólo hay circo sin pan.
ramirez.pilar@gmail.com