El paro, el pan y la resistencia popular
Columnas > EconomíaPor Julián Rosero Navarrete
sbado 9 de mayo de 2009 3:32 COT
Hace unos meses vimos la fuerza de un paro cívico laboral, aquel que organizaron los sindicatos de la rama judicial. Pese a que no se lograron alcanzar todas las peticiones de los líderes del sector, la presión que generó la parálisis de las labores llevó a una pequeña crisis del gobierno central, llevando a que se sentara a negociar y lograra al menos concertar parte del pliego de los demandantes. El paro podía continuar, puesto que las leyes establecen que es una forma legítima y legal de obtener reivindicaciones laborales. De hecho, los funcionarios y todos aquellos que le huyeron a “esquirolandia” podían mantener cesantes sus labores, puesto que no había ningún problema en protestar; sus familias igual comían ya que de todos modos les iba a llegar su salario mensual.
Ahora, este tipo de paros laborales no se dan en sectores cuyos empleados no tienen la gracia de recibir salarios mensuales. Para ser concretos, el paro de transportadores no tuvo un final como el del sector judicial; en este caso, cada día que los camioneros detenían sus labores no percibían ganancias. Con la suma de los días, estas pérdidas venían subiendo al punto que a final de mes, estos trabajadores no logran reunir los recursos suficientes para llevar el sustento a sus familias. ¿Quién puede pelear por mejores condiciones laborales bajo esas circunstancias? Esto llevará a que, definitivamente, los transportadores no puedan hacer nada para parar la sobreoferta de vehículos de carga, para cambiar las tablas de fletes y para hacer que el gobierno desmonte esa ridícula “escalera tributaria” que hace de la gasolina colombiana la más cara del planeta.
De ninguna manera se puede hacer una resistencia popular para lograr condiciones dignas de trabajo que beneficien a la colectividad, si gracias a esta resistencia se encuentra comprometido el “pan de cada día”. Eso explica por qué en Colombia, un país de pésimas condiciones laborales, bajos salarios reales y, además, el único en América Latina con cifras de desempleo de dos dígitos, no se vean avasalladores movimientos populares en pro de las reivindicaciones laborales y paros masivos de trabajadores.
Una joven estudiante de estratos populares hacía alusión alguna vez a que, el colombiano común tiene apenas lo suficiente para sobrevivir y el constante miedo a perder lo poco que tiene por demandar mejores condiciones. ¿Será que esto tiene condenada a la sociedad colombiana a vivir como con el esquema del dadda bengalí (def. esquema usurero que lleva a los pobres a trabajar a penas para subsistir)?
lunes 11 de mayo de 2009, 00:13 COT
Por eso uno debe apoyar los paros!!
Obvio no?
viernes 15 de mayo de 2009, 12:32 COT
Camilo,
Pues no es sólo apoyar los paros … ¿será que es tan difícil que la gente piense en el colectivo?¿será que algún día habrá la valentía y la fuerza de este pueblo para sacrificarse por mejorar nuestras condiciones? ….
lunes 8 de junio de 2009, 17:26 COT
juli
gratificante que desde la red se haga una encarnizada crítica y oposición al régimen del señor “Barbaro Uribe” parafraseando a uno de tus críticos, me pregunto este señor de marras si leera estas criticas de gente como tu y de gente del comun como yo, o todo esto se queda aquí no más?
chao hijo te felicito