Ecología y ambiente para dummies
Columnas > Eco-grafíasPor Germán A. Quimbayo
mircoles 6 de diciembre de 2006 0:01 COT
(Este documento se encuentra conformado por aportes de varios escritos y propuestas personales).
Espero que esta primera vez en equinoXio trate de ser lo menos traumática posible, ya que de los temas en los que me ocuparé en este espacio, ahondan y recalan en lo más profundo y básico de nuestra existencia: la ecología y el medio ambiente. Sin embargo hacia este último me referiré como ambiente, ya que se constituye en un pleonasmo, o como diría en su época un conductor de un programa de la radio nacional, “una paradoja doblemente autorreferenciada”. Muy amablemente me pidieron que diese mi concepto y visión sobre la ecología y el ambiente y espero que pueda contribuir en algo.
El mundo actual nos demanda entender y ante todo reflexionar sobre el modo en que vivimos y esto en que repercute no solo sobre nuestra propia vida, sino en la del resto de seres vivos que nos rodean. Esto significa cuestionar nuestro modelo actual de vida (en especial el de occidente) y hacer resistencia frente a toda forma de violencia, explotación e imposición de modelos hegemónicos de sociedad, pero a su vez evocando valores como el de la solidaridad y el respeto hacia las diferencias. La ecología y el estudio ambiental, tienen mucho que aportar hacia estas reflexiones a partir del entendimiento de la diversidad.
En medio de de tanta confusión y bombardeo de información (en especial de tantas mentiras) a través de diversos medios, es importante tener en cuenta nociones y conceptos claros. ¿Qué es Ecología? ¿Qué es Medio Ambiente? Son interrogantes que a veces solemos obviar, debido a su excesiva manipulación y saturación.
Espero que después de esta reseña, intente contribuir en algo para que no nos sigan metiendo gato por liebre con cuenticos tipo Disney, que no nos permitan comprender el complejo mundo que nos rodea.
¿Qué se entiende por ecología?
El término Ecología (Ökologie: oikos: casa; logos: conocimiento) fue acuñado por primera vez en 1866 por un declarado fan de Charles Darwin: Hernst Haeckel. Él ya hacía referencia explícita a las interrelaciones de los organismos con lo que les rodea, y de hecho actualmente el concepto es definido como ‘el estudio de las interacciones que los organismos establecen unos con otros y con su ambiente físico’. Sin embargo la ecología, siendo la más reciente de las subdivisiones de la biología, a su vez es la más antigua. Quizá el ser humano, desde que fue humano, fue un ecólogo. Los primeros seres humanos tuvieron que fijarse muy bien del entorno en que se desenvolvían para acoplarse al mismo y persistir como especie. Posiblemente esto pueda representar un buen ejemplo de ecología aplicada.
Como ciencia formal, la ecología intenta cuantificar variables que afectan los organismos en la naturaleza, construir hipótesis que expliquen la distribución y abundancia observadas de los organismos y realizar y someter a prueba las predicciones basadas sobre sus hipótesis. Esto significa un claro referente del método científico. Fue así como los ecólogos de la década del 60 del siglo XX, sentaron las bases de la ecología moderna, a partir de un cuidadoso ejercicio de observar cada uno de los procesos biológicos y físicos agregándole pimienta a través de una visión integral, fundamentada en la Teoría General de Sistemas. El colombiano Augusto Ángel Maya, por ejemplo, define a la ecología como el estudio de las leyes del ecosistema.
Objetos de estudio de la ecología
El estudio básico de la ecología comprende la comprensión y el análisis de los siguientes aspectos:
La población: Es la unidad primaria del estudio ecológico. Corresponde al grupo de individuos de una especie que ocupa un área dada al mismo tiempo; en términos genéticos, un grupo de organismos que se cruzan entre sí y producen descendencia fértil. Un ejemplo claro de ello serían nuestros centros y conglomerados poblacionales (pueblos, ciudades, etc.) o sistemas sociales humanos en el sentido más estricto de la palabra.
Comunidad: Comprende todas las poblaciones de organismos que habitan un ambiente común y que interactúan entre sí. Estas interacciones se conocen como relaciones interespecíficas, las cuales son: competencia, predación y simbiosis (mutualismo, comensalismo y parasitismo). Estas relaciones son clave para el análisis en estudios de biología y ecología, puesto que son las fuerzas principales de la selección natural. Dentro de los sistemas humanos o sociedades humanas, suele darse una visión bastante darwinista acerca de relaciones de competencia (a nivel laboral), predación (nuestros conflictos suelen llegar a ello) y simbiosis (en especial el parasitismo en algunos casos). Sin embargo en lo no humano, la noción de comunidad aplica especialmente en la relación entre especies (por eso lo de interespecífico).
Ecosistema: Se entiende como un sistema de relaciones entre organismos y entre éstos y su hábitat. Eugene Odum (1), lo define como “…cualquier unidad que incluya la totalidad de los organismos de un área determinada, que actúa en reciprocidad con el medio físico, de modo que una corriente de energía conduzca a una estructura trófica, una diversidad biótica y a ciclos materiales”. Es decir, y retomando a Ángel Maya, la vida de los organismos significa “(…) la transformación de los flujos de energía y de los elementos del medio (…)”.
Biosfera: Del griego bios, vida y sphaira, globo. Corresponde a las zonas de aire, suelo y agua de la superficie de la Tierra ocupadas por seres vivos (2), mejor dicho todo el espacio en conjunto en donde vivimos.
Disciplinas afines a la Ecología y lo Ambiental
La ecología pura, argumenta que el ecosistema es el modelo que define las leyes de flujo de energía y ciclaje de materiales, sin tener en cuenta la intervención humana. Pese a esto, hay conceptos que hacen que la ecología se desligue de la biología y tenga en cuenta la parte ambiental, es decir al hombre y su influencia sobre los ecosistemas.
Debido al carácter interdisciplinario y abierto en el cual se ha desenvuelto la ecología en los últimos años, a través de los principios de la Teoría General de Sistemas y el pensamiento holístico, han surgido disciplinas afines a la ecología, unas desde la biología, las ciencias naturales y la misma ecología y otras desde las ciencias sociales.
Desde la biología y la ecología, sobresalen la Ecología del Poblaciones, la Ecología de Comunidades, la Ecología del Paisaje, la Ecología Microbiana, la Biogeografía y la Biología de la Conservación. Esta última, está aún en redefinición, puesto que pese a su enfoque transdiciplinar, aún tiene un fuerte componente de la biología y ecología y su trabajo con otras disciplinas es más de gestión que a nivel teórico o conceptual.
Desde las ciencias sociales, la Ecología Humana (en Latinoamérica Ecología Urbana), la interesante Ecología Política (conflictos ecológico-distributivos),la Economía Ecológica, la Ecología Cultural, la muy pero muy interesante Historia Ambiental y la Antropología Ecológica.
Sin embargo es importante hacer la salvedad, de que el entendimiento de la complejidad ambiental no significa un trabajo disciplinado, es decir llamar a una indisciplina, como bien remarca Julio Carrizosa-Umaña.
¿Qué se entiende entonces por ambiente?
Ya se había indicado que la expresión medio ambiente significa un pleonasmo, es decir una redundancia. El ambiente significa todo lo que rodea o determina a un organismo o sistema. Por ejemplo, una palabra estrechamente relacionada a ambiente (o en su defecto a medio ambiente) como entorno, define simplemente como lo que rodea físicamente algo y ese algo es impreciso. Nuevamente la complejidad sale a “flote”.
El ambiente, desde la teoría de la complejidad, no es sinónimo de naturaleza. Desde la Teoría General de Sistemas, en cambio es un complejo de factores externos que actúan sobre un sistema y lo determinan. Cuando se habla de un sistema puede ser un conjunto tanto humano como no humano y viceversa. En otras palabras el conjunto ambiental implica eso, lo humano y lo no humano.
En una apretada síntesis la visión ambiental compleja, según el maestro Julio Carrizosa-Umaña, se caracteriza por cinco formas de ver las cosas y las personas:
“(…)
*Verlas profunda y ampliamente, incluidos sus contextos verticales y horizontales, analizando y sintetizando continuamente, sin olvidar ni el todo ni sus partes.
*Verlas con referencia a un deber ser estético y ético.
*Ver sus interrelaciones reales actuales y prever las posibles sin despreciar las aparentemente débiles pero seleccionando las evidentemente más fuertes, reconociendo la posibilidad de discontinuidades en tiempo y en espacio y comprendiendo sus efectos sinergéticos (o sinérgicos).
*Verlas dinámicamente como parte de procesos de mediano y largo plazo de los que conocemos la experiencia histórica, entreviendo las estructuras parcialmente determinantes, aceptando la intervención del azar en sus formas futuras pero admitiendo la posibilidad de alteración planificada de las tendencias actuales.
*Verlas con respeto hacia sus propios intereses en el espacio y en el tiempo, intuyendo los contextos ideológicos en que las vemos, reconociendo la posibilidad de que nuestra visión las deforme y tomando conciencia de nuestra posición de observadores interesados, lo cual implica un respeto a la naturaleza, a las otras personas, a lo que ellos piensan y construyen y a las formas futuras de una y otras.
La visión ambiental es matizada así mediante el gran espectro cultural que configura nuestro mundo.
Modelos de pensamiento y movimientos en torno a lo ecológico y lo ambiental
La preocupación acerca de los problemas ecológicos y ambientales, ha planteado la preocupación de muchos sectores, que van desde lo académico hasta los de tipo activista pasando por lo militante. Desde el surgimiento de los ecologistas modernos con el legado de la obra de Rachel Carson (Silent Spring) (3) y de "The Population Bomb" (4) de Paul Ehrlich, pasando por el informe del Club de Roma (Límites del Crecimiento), hasta las Cumbres de la Tierra (1992 y 2002), se ha cuestionado el modelo de crecimiento de desarrollo que ha llevado no solo a una falta de sostenibilidad sino de sustentabilidad, ya que esta última implica no solo una justicia ambiental, sino social.
Revisando el impacto de la preocupación ambiental, de un lado se han visto posiciones radicalizadas, como la de los activistas (ejemplo Greenpeace), algunos románticos, pero también de corrientes de pensamiento ambientalistas como la famosa Teoría Gaia, formulada por James Lovelock en la década de 1960 o la Ecología Profunda. Esta última invita a un ‘equilibrio’ entre el hombre y la naturaleza, fijación de límite de recursos naturales desde una perspectiva integral de la ciencia y la vida, revisión al crecimiento económico y valoración de aspectos solidarios de intercambio y consumo. Finalmente, el ser humano debe tener una actitud de respeto y servicio hacia la Tierra (5). Para el brasileño Leonardo Boff, por ejemplo, la Ecología debe enfocarse a lo ambiental, lo social, lo mental y lo integral.
Sin embargo, no hay que satanizar del todo el rol de la ciencia dentro de la formación del pensamiento ambientalista o ecologista. De hecho en la actualidad la ecología, más que los objetivos estéticos, es la que provee la base de unidad a la mayoría de ecologistas. Un ejemplo de ello, es que la opinión pública aceptara cierto nivel de contraste científico en las decisiones acerca de biodiversidad o uso forestal. Es aquí donde entra la visión ambientalista, que según algunos quiere quitarse el rotulo del “ismo” (6), que en algunas esferas carece de credibilidad. Pese a todo esto, se mantiene una cierta militancia y ante todo resistencia a los paradigmas imperantes, en especial enfocados a la discusión de términos tan ambiguos como el de desarrollo sostenible (7).
Es así, por ejemplo que la ecología política y la agroecología, confluyen en un aspecto utópico de democratización (en el sentido estricto de la palabra) de las sociedades latinoamericanas con el medio natural. Es decir lograr un sentido de apropiación (según Héctor Alimonda) en el contexto de la justicia ambiental y la distribución ecológica equitativa.
Parafraseando al profesor Álvaro Camacho Guizado, en un país en donde existe una carencia de mecanismos sociales que permitan la resolución de conflictos y la acumulación de los mismos desembocando en cruentas expresiones de violencia, es preciso tener en cuenta el factor ecológico y ambiental. Es decir, de tomar en cuenta este aspecto, dependerán fundamentalmente las formas de apropiación de nuestro territorio.
Quizá, algunos se estarán haciendo la pregunta, ¿es posible cambiar el paradigma? Personalmente me hago la misma pregunta que se hace Arturo Escobar, en cuanto a si es posible defender nuestro entorno. Es prioritario no llegar a fundamentalismos como la plena ‘naturalización’ o crear grupos sectarios que consideran, por ejemplo feminizar lo ambiental. Con esto no quiero atacar a ningún movimiento, por el contrario la unión de la diferencias, significa enfocar y plantar que dicha defensa (ambiental) no signifique que sea un proceso trivial, romántico o regresivo. Es decir, ser consecuente con el contexto global actual.
Aterrizando un poco
Desde la academia, para algunos (y es un debate vigente), la ecología en América Latina, es definida como ciencia escasa, tardía y dependiente, no porque no haya alcanzado parámetros o estándares de calidad internacional, sino porque ha sido inapropiada o irrelevante para resolver los principales problemas ecológicos de la región (Toledo & Castillo 1999: 159-160) (8). Pese a esto se siguen haciendo grandes esfuerzos y ante todo propiciar espacios para generar una visión de derechos humanos dentro del estudio ecológico.
El sector ambiental en Colombia en los últimos años, al parecer no ha tenido en cuenta la disputa territorial, el conflicto interno y las peculiaridades culturales y políticas, cuyas implicaciones a nivel de conservación y uso sostenible de la biodiversidad son visibles. La nación durante gran parte de su historia ha estado ligada a conflictos de orden territorial que han involucrado la diversidad biológica y cultural. Es por esto que personas como yo dan tanta lora con que las investigaciones de tipo ecológico y ambiental, tengan en cuenta aspectos fundamentales del conflicto interno, y de las condiciones actuales de cientos de comunidades rurales, indígenas y afrodescendientes en el país y no seguir con una academia que le de la espalda a una realidad en donde la biodiversidad está en la mira de grandes capitales que a futuro, no va a ser aprovechada de forma incluyente y equitativa por parte de la sociedad en general. La biología, ecología y ciencias ambientales, deben comprender su papel decisivo de compromiso y responsabilidad que tienen con el país.
Todo esto nos conlleva a que el entender la complejidad ambiental y la trama de la vida, significa a su vez que la sociedad humana tenga que repensarse así misma y lograr estar por un rato más sobre la faz de la tierra. Sólo dependerá de su reconciliación con la vida y el sentido de la misma.
En próximas entregas comentaré más sobre estos temas en la columna Eco-grafías.
¡Saludos!
(1) Ecólogo norteamericano, de fuerte trabajo en la década de 1960 junto a su hermano Howard T. Odum.
(2) Definición de Helena Curtis y Sue Barnes.
(3) “Primavera Silenciosa”
(4) “La Población Bomba”
(5) Ver obra del brasileño Leonardo Boff.
(6) Haciendo referencia al activismo más facilista o el proselitismo ambiental.
(7) Ver: Colombia de lo imaginario a lo complejo de Julio Carrizosa (2003)
(8) Toledo, Víctor M., A. Castillo. 1999. La ecología en Latinoamérica: siete tesis para una ciencia pertinente en una región en crisis. En: Interciencia. Vol. 24 (3): 157-168
mircoles 6 de diciembre de 2006, 12:29 COT
Excelente comienzo en equinoXio, Germán. Aunque tardíamente, la humanidad comienza a percatarse que su futuro depende de su interrelación con la tierra en la cual vive. La época del desperdicio, del daño constante, del saqueo inmisericorde de los recursos naturales, aún permanece pese a los graves peligros que conlleva. Nuestra supervivencia depende de lo que hagamos de acá en adelante. La preocupación crece pero no llama al optimismo la posición de Estados Unidos, por ejemplo. No obstante, las voces crecen, ganan espacio y columnas como ésta brindan la necesaria pedagogía sobre los graves problemas que amenazan destruirnos.
Bienvenido a equinoXio.
mircoles 6 de diciembre de 2006, 14:14 COT
¡Hola! Pues muy chévere que Germán amplíe la temática de equinoXio con un tema tan importante, y mal comprendido. A pesar de la nefasta injerencia del hombre en la naturaleza del planeta, yo espero que la ecología humana sea capaz de trascenderse a si misma, y recuperar el terreno perdido en la protección del medio ambiente.
SALUDOS. THILO
mircoles 6 de diciembre de 2006, 16:41 COT
Bienvenido a equinoXio, Germán, y gracias por este artículo tan sabroso y pedagógico. Por cierto, ¿será que resurge algún partido político ecologista, como el que alguna vez tuvo la hoy secuestrada Íngrid Betancourt, o será que este renace?
mircoles 6 de diciembre de 2006, 21:43 COT
Germán:
Un juicioso tratado para principiantes, que se nota ha sido escrito con la pluma de un experto amante del tema.
Una dificultad grande en el desarrollo de la disciplina urbanística es hacer entender a muchos que la ciudad también debe ser tomada como parte del hábitat, y que la ecología está presente dentro de lo urbano y no solo en el campo, en lo rural…me gustaría que tocara este aspecto próximamente.
Le doy la mejor de las bienvenidas, pues aparte de que nos hacía falta contar con tema tan transversal e importante,veo que en sus manos será todo un éxito. Enhorabuena!
mircoles 6 de diciembre de 2006, 21:49 COT
Adenda:
Sobre el comentario de Julián, agregaría que es justo reconocer que el estadista mejor sintonizado con la ecología ha sido, hasta la fecha, Misael Pastrana. Lo de Ingrid tiene (o tenía) más de marketing político que de otra cosa. Un émulo del partido verde europeo en sus manos no fue más que puro “snob”. Conste que no tengo nada ni de conservador ni de pastranista. Pero al César lo que es del César.
jueves 7 de diciembre de 2006, 08:51 COT
Marco:
Gracias por tu comentario y apoyo. Es verdad, pese a los grandes esfuerzos hechos frente a la crisis ambiental, pareciese que se retrocediera cada día. Esto gracias a intereses políticos y económicos. Un abrazo virtual.
THILO:
Más que la ecología humana es el comprender acerca de la complejidad ambiental, que no solo abarca aspectos de la diversidad biológica, sino de la complejidad cultural contemporánea, relacionadas intrínsecamente. Espero que tu visión enriquezca este humilde espacio.
Saludos
Julián:
Gracias por tu comentario. El único partido ecologista serio que conozco es el de los “Verdes” en Europa. En España por ejemplo tienen incluso alcaldes como representantes del partido. En Colombia, por el contexto, pienso que se debería hacer más enfasis en el acompañamiento de procesos sociales con el enfoque de la Ecología política, la economía ecológica y la agroecología. Son buenos cimientos para procesos de resistencia social y ambiental.
Sentido Común:
Ese tema de la Ecología urbana es bastante interesante e incluso rebatido por algunos autores como Ángel Maya. A mí me impresiona que ciertos sectores crean que por ejemplo en una ciudad como Bogotá no se pueda trabajar en aspectos ecológicos y ambientales, cuando la ciudad tiene casi todos los conflictos socio-ambientales presentes tanto en zona urbana como rural.
Gracias por traer al tema lo del señor Pastrana. Algunos políticos y dirigentes acá han usado el tema ambiental como una moda o plataforma procelitista. Pero Uribe se ganó el premio al que peor trato (mercantil) le ha dado a los recursos naturales y la biodiversidad. Eso deja mucho que pensar sobre su simplicidad mental.
Saludos a todos.
jueves 7 de diciembre de 2006, 21:49 COT
Tus escritos serán, sin duda, un aporte a la vida. Volveré con tiempo para deleitarme con esta importante entrada.
No querìa irme sin darte un saludito de bienvenida a la casa equinoXial.
Un beso!
domingo 10 de diciembre de 2006, 16:25 COT
Lully:
Gracias linda por tu buena energía para que esta columna crezca, como un aporte bonito para el mundo, jiji. Un beso para tí también.
sbado 30 de diciembre de 2006, 01:29 COT
[…] 2006, oscuro ambiente Especial 2006 > 2006 Oscuro ambiente Por: Germán A. Quimbayo30 de diciembre de 2006 Un balance del año concerniente a lo ecológico y lo ambiental en Colombia Este año que finaliza, al parecer confirmará la actual tendencia de degradación ambiental y ecológica, pese a la perseverancia en el trabajo de algunos sectores. Una golondrina no hace verano. Lastimosamente gran parte de esta degradación responde más a aspectos de orden político y económico. Con motivo de esta edición especial de fin de año de equinoXio, desde la columna Eco-grafías, se revisan algunos de los sucesos más importantes del año 2006 (para este servidor) en torno a lo ecológico y lo ambiental. Relájese (sí puede) y reflexione. Aprobación de la Ley Forestal Realmente la aprobación de esta ley, fue hace ya más de un año, el 13 de diciembre de 2005. Sin embargo a comienzos de este año se calentó la polémica y la resistencia a la ley creció aún más después de su aprobación. Después de haber defendido a capa y espada, además de estar preocupado por las demandas que podían terminar tumbando la Ley en la Corte Constitucional, el presidente Uribe decidió el 12 de enero no sancionarla, objetar 11 de los 60 artículos que contiene la norma y regresarla al Congreso para que fuese modificada. Sandra Suárez, ministra del Medio Ambiente hasta mayo de este año preparó un pliego de modificaciones, que fue entregado al Congreso para ser discutido, votado o negado en marzo. Dichas objeciones aceptaron varios cuestionamientos hechos al proyecto forestal, sin embargo tanta maravilla no puede ser verdad y otra cortina de humo fue extendida: no fue eliminado el espíritu comercial que permite la explotación maderera por multinacionales, por que el eje articulador de la ley no fue sustraído. Hay que sumarle a eso que los más interesados en la extracción maderera, en su afán por legalizar el arrasamiento del bosque nativo, han hecho lo imposible por meter decretos por aparte para legalizar lo objetado a principios de año. Pese a una dizque buena voluntad gubernamental opacada por los intereses de los caciques madereros, ahí está esa ley vivita y coleando. De buenas intenciones está hecho el mundo, ¿o no Alvarito? Lo más triste es que los bosques no son como piensan algunos cuadriculados que solo son madera fina y ya. El proyecto forestal considera como iguales tanto plantaciones forestales como bosques nativos. Sin embargo los bosques nativos son más que madera. Ofrecen muchos beneficios entre ellos balance en el recurso hídrico, material no maderable (fibras y tintes vegetales), refugio de diversidad biológica y un sinnúmero de apropiaciones y hasta modos de vida de muchas comunidades ancestrales, generados por la relación con el bosque. Estos aspectos son los más discutidos por la academia y los ambientalistas, ya que la ley no los tiene en cuenta. Fumigaciones de cultivos ilícitos a áreas protegidas En agosto de este año, una decisión gubernamental de fumigar los Parques Nacionales Naturales en donde existieran cultivos de coca, encendió la polémica. Dicha decisión, se tomó cuando se perpetró un ataque hacia erradicadores manuales de coca en La Macarena presuntamente en manos de las FARC. Esto colmó la paciencia de Uribe y envió la orden de fumigar no solo en La Macarena sino en cualquier sitio que tuviese o se sospechara que tuviese cultivos ilícitos. Está demostrado hasta la saciedad, que el asqueroso Roundop©, alías glifosato, es un agente nocivo para la biodiversidad y los derechos humanos más fundamentales, en especial de los campesinos en zona de conflicto. Y no solo el glifosato, sino la maldita guerra y el narcotráfico que la financia, promovidos desde lo legal, para-legal e ilegal, hacen que la degradación ecológica y ambiental (desde lo complejo) aumente. Frente a un gobierno prepotente y doblegado al belicismo y a una absurda guerra que más bien lucrara ciertos sectores, hace que no solo la biodiversidad se vea afectada, sino hasta la relación con nuestros vecinos de patio. De forma reciente, por acá un registro de la crisis limítrofe entre Colombia y Ecuador, gracias a la aspersión del veneno que justifica la destrucción y la absurda “guerra contra las drogas”. Boom de los “Biocombustibles” Este ha sido el año de los mal llamados “biocombustibles” (por que se deberían llamar gasoholes), en especial en Colombia, donde la base es el alcohol carburante (mezcla de 90% gasolina y 10% alcohol de caña de azucar). Ya desde finales de 2005 se venía implementando este proceso en el Valle del Cauca y el Eje Cafetero, sin embargo hasta febrero de este año se implementó en Bogotá y otros lugares del país. Se ha hecho tanta algarabía por este tema en algunos sectores, que no ha dejado (una vez más) ver las cosas como son. Se habla de los beneficios que tiene esta alternativa de combustible, sin embargo ya se han adelantado estudios que sugieren que la cosa no es tan maravillosa como parece. Ya la Universidad Nacional hizo un estudio serio, en donde demostraba que el alcohol carburante, puede perjudicar no solo algunos motores de inyección, sino también a la salud humana y ambiental. Resulta y acontece que aparte de todas esas perlas, el inusitado interés en la promoción de estas alternativas a nivel nacional, corresponde a un posible favorecimiento a grandes cultivadores de caña de azúcar, gremio en donde se encuentran varios amigos del actual gobierno. Muy bonito lo de salvar el aire del planeta a punta de carros botando flores por los exostos. Con lo de ‘bio’ nos quieren meter gato por liebre, para seguir llenando las arcas de los de siempre, sin importar como. Ley de desarrollo rural La formulación de este proyecto de ley a cabeza del ministro de agricultura Andrés Felipe Arias, constituye sin duda alguna en socavar aún más en el empobrecimiento de las poblaciones campesinas y rurales del país, más cuando existe un TLC a la espera de ser ratificado, que es lesivo en especial forma hacia el sector agropecuario. Por aquí, traté el tema de forma oportuna, en donde este proyecto podría constituirse en la mayor y más agresiva contrarreforma agraria que ha tenido el país, precisamente porque es la unión de todas la reformas agrarias colombianas, de por sí ya regresivas. Esto constituiría en la afectación del campesinado, en especial en tenencia de tierras, seguridad y soberanía alimentaria, estos dos aspectos relacionados con la biodiversidad y el conocimiento tradicional. Pese a la gran oposición que ha tenido la formulación de la ley, además de que se logró tumbar el artículo más controvertido de la misma (el cual mencionaba que bastaban cinco años de posesión para demostrar la propiedad de un terreno donde ahora esté en ejecución un proyecto productivo, lo que garantiza -y facilita- la expropiación de tierras por parte de grupos al margen de la ley), quizá pueda pasar lo mismo que con otras leyes, se trepará el mico. En marzo de 2007 el proyecto seguirá su curso en el Congreso. La opinión pública en general sigue desconociendo la verdadera situación sobre esta infame ley. Lo más triste es que este tema va más allá de los aspectos territoriales, ambientales y de reivindicación social. Se quiere convertir al campo colombiano en un complejo agroindustrial, con cultivos como la palma africana a la cabeza, que huelen a desplazamiento sangriento y paramilitarismo. Se quiere validar un oscuro proyecto hegemónico cuyos representantes son ahora cuestionados por el escándalo para-político, a través de una de las leyes más retrogradas de la historia de Colombia. Campaña: Agua como bien público (Ecofondo) Sin ánimo de posar proselitista por alguna causa, uno debe reconocer a la gente o a los procesos cuando estos han tenido un indudable impacto sobre la sociedad, o parte de ella. Ecofondo, se puede dar por bien servido en haber coordinado y planificado la Campaña y Estrategia: El Agua: un bien público. El cierre de la campaña estuvo a cargo de la canadiense Maude Barlow, ganadora del Right Livelihood Award en el 2005 (considerado el premio Nóbel alternativo) por su lucha en pro de la defensa del recurso hídrico. Barlow compartió en Bogotá su experiencia y además mencionó todas las cochinadas que hacen las potencias y transnacionales por el recurso hídrico. Dentro de este reconocimiento a Ecofondo, vale la pena mencionar la discusión que se ha hecho en torno a la polémica Ley del Agua, que lo que busca en privatizar a mayor escala el recurso hídrico con la típica excusa de que el sector privado es más eficiente que el público. Pese a que la ley se cayó una vez, busca su reivindicación en el Congreso con otros artilugios recargados. La problemática del agua y su disponibilidad se han tornado globales y Colombia no ha sido la excepción, más cuando nuestro país es (aún) potencia hídrica. Las manos de transnacionales del agua (incluyendo industrias de bebidas como Coca – Cola o Pepsi) están al acecho del recurso, desconociendo que es un bien público, derecho humano y además que es un deber su buen uso. Algunas comunidades campesinas por ejemplo tienen acceso únicamente a acueductos comunitarios, lo que implicaría que la privatización socavara en detrimento de su calidad de vida. En la página de Ecofondo, se puede encontrar toda la información para profundizar no solo en la Campaña sino en la problemática local y global del agua TLC, biodiversidad y conocimiento tradicional Sin duda alguna el cierre de negociaciones y la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, fue noticia este año. El patrimonio ecológico y ambiental son protagonistas de primera línea, teniendo en cuenta que para la opinión pública se le haya dado más importancia a los cuartos traseros de pollos, el arroz y las flores. Es obvio que se nos engaña con palabras bonitas, pero generadoras de confusión. Al parecer Colombia prácticamente entregó por migajas su economía, patrimonio y soberanía (como todo lo negociado en el dichoso tratado). Es aún un misterio lo que verdaderamente se negoció en cuanto a biodiversidad y conocimiento tradicional. Lo que si se sabe, es que por medio de estos tratados y más con Estados Unidos de por medio, la biodiversidad y el conocimiento tradicional entran en una dinámica de mercado que se entiende solo bajo la concepción de las patentes. Por temor (o excusa) a dinámicas como la biopiratería, países como el nuestro son embaucados de forma casi audaz en los tratados. Para asegurar supuestamente el patrimonio y la propiedad intelectual, simplemente la otra parte (Estados Unidos) mediante la asesoría en la legalización de patentes, asegura el uso de la propiedad intelectual a través de estrategias como la bioprospección y otros mecanismos y estrategias enmarcados en la investigación biotecnológica. Traducción: Estados Unidos tiene todas las garantías para obtener patentes de investigación y producción biotecnológica por que está jugando bajo sus reglas. Supuestamente existen mecanismos como el Convenio de Diversidad Biológica que intenta regular este tipo de dinámicas, sin embargo con este convenio pasa algo parecido como con la Constitución de Colombia: se la pasan por la faja. Además que algunas de sus disposiciones son ambiguas. En un caso extremo por ejemplo, es como si un indígena tuviese que pedir permiso a un laboratorio en Estados Unidos por usar una planta medicinal que conoce desde años, ya que el laboratorio es el dueño de la patente. Chévere la biopiratería legalizada. Y así sería con el resto de recursos que comprenden nuestra diversidad biológica. Respecto al tema, se han hecho veedurías públicas e incluso demandas por acciones populares hacia el Gobierno Nacional, por negociar de esta forma tan absurda con nuestro patrimonio a merced de transnacionales, las cuales está desconociendo Estados y Gobiernos, a parte de constituirse proyectos hegemónicos muy poderosos. *Problemática de Cerros Orientales de Bogotá A nivel Distrital, sin duda alguna el tema más candente fue el de Cerros Orientales. Manejaré el tema por lo que conozco y si alguien me ilustra más, que por favor me complemente. Básicamente se ha tenido un enfrentamiento en torno a la figura real de los Cerros, que afecta su ordenamiento y conservación. Algunos afirman que es una Reserva Forestal Protectora (posición del Ministerio de Ambiente, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca –CAR- y el Departamento Técnico y Administrativo del Medio Ambiente –DAMA-) y otros que ni siquiera se posee de una figura legal que defina estas áreas. En medio de esta situación se encuentran los propietarios y habitantes de estas áreas que abarcan todos los estratos y condiciones sociales. Es ahí donde entra el conflicto: Conservar estricta vs. Establecimiento de asentamientos (legales o piratas) y actividades humanas. El Distrito maneja una posición en la cual respeta el ordenamiento de Cerros como un conjunto territorial complejo, en donde se promueve la consulta popular para su conservación y el derecho de los propietarios. Sin embargo su posición ha sido acusada por algunos sectores de politiquera, en cuanto al boom que le ha dado la administración actual al tema ambiental. Esto si se tiene en cuenta que el mismo Distrito adelantó el derrumbamiento de viviendas presentes en área de Cerros, así dichas fuesen construidas de forma legal. Algunos aducen a que esto fue una cortina de humo extendida por el mismo Distrito, creando así confusión en varios sectores. Gran parte del conflicto de intereses se genera por el apropiamiento territorial a nivel político, además del traslape administrativo entre la CAR y el DAMA (la primera tienen una influencia sobre el 75% del área de Cerros y la segunda maneja el 25% restante), que hace que exista un choque de visiones de manejo entre cada ente. Cada uno de hecho apela por ciertos sectores. De hecho por eso el DAMA cuestionó la Resolución 1141 de la CAR frente a las acciones de esa Corporación en Cerros Orientales. Por algo el reciente nombramiento del nuevo director de la CAR tuvo tanto interés en la administración Distrital. ¿Y realmente que es lo que sucede? La situación de los Cerros es más compleja de lo que parece, y no se reduce específicamente a su valor simbólico para la ciudad o que puedan prestar un “servicio” (odio esta palabra) ambiental a toda la ciudad. La verdad es que los Cerros Orientales como elemento importante en la Estructura Ecológica Principal del Distrito, posee una dinámica heterogénea en cuanto a conservación y apropiación del territorio. De un lado el hecho de que se vea un manto verde como telón de la ciudad, no quiere decir que exista un buen estado de conservación de estas áreas; de hecho en los Cerros existen áreas muy degradadas a nivel ecológico, muy difíciles de restaurar. De otro lado más que una diversidad biológica, existe una diversidad cultural y de actores sociales, es decir existe gente que vive en el área de Cerros, como población rural (raizal y no raizal) que vive ese territorio, lo construye y conserva. De hecho existe una Declaratoria de Borde de Cerros, que expresa dichos intereses. Más allá de las pujas y conflictos, se deben tener en cuenta las dinámicas socio-ambientales del territorio para tomar medidas coherentes y ajustadas a la medida de la situación, sin politizar en extremo la situación. Aunque es inevitable que se involucren intereses políticos en estas problemáticas, es preciso un trabajo sobre la ley rectora de Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad (POT), que es otra problemática aún más compleja que merece ser discutida en otro momento. Es una problemática que parece no tener fin, pero que independiente de todo, hace que existan personas que de verdad quieren conservar estas áreas y trabajan por ese valor estético y territorial que le brinda a la ciudad. Reflexionando ando… Quizá queden más temas sobre el tintero, pero lo descrito en esta reseña demuestran el resquebrajamiento de la institucionalidad ambiental colombiana, en donde los sectores gubernamentales pareciese que pensaran más en función de los intereses de grandes capitales o en los amigos del gobierno de turno. Están desmantelando nuestro patrimonio a punta artificios leguleyos y mentiras adornadas de buenas intenciones. Esto sin contar leyes y permisos de corte absurdo para no perder por ejemplo un negocio con los gringos. Cada vez más la influencia de megaproyectos de todo tipo, incrementan la insostenibilidad social, ambiental y ecológica. Áreas que antes se consideraban santuarios y bienes inajenables, inembargables e inalienables, ahora son vistas como el paraíso de los negocios y el placer (caso concesiones turísticas privadas a los Parques Nacionales Naturales), desconociendo dinámicas ecológicas y socio-ambientales de los territorios. ¿O no Bessudo? Definitivamente la política ambiental colombiana es un fraude en la administración de Uribe-Vélez y el año 2006 no fue la excepción. A esto hay que agregar la crisis global ambiental, en donde se pesca en río revuelto. A veces se parece jugar con la incertidumbre y que la deuda aumenta. ¿La biodiversidad puede ser un sofisma de distracción? No sé, lo único que se sabe a ciencia cierta, es que este 2007 que entra, podamos trabajar en un despertar cívico para defender no solo nuestro entorno sino nuestra vida. Espero que este tipo de espacios en la blogosfera continúen ofreciendo una alternativa para dicho proceso de resistencia y ante todo reflexionar sobre nuestro modelo de vida y observar los problemas ecológicos y ambientales de forma compleja, más no complicada. Esto con el fin de actuar lo más coherente posible. […]
lunes 21 de mayo de 2007, 12:03 COT
[…] crecimiento de la población humana? Retomando la ecología básica[1], recordemos que una población es la unidad primaria del estudio ecológico, y que posee ciertas […]