Día de la madre
ColumnasPor Fabio Villegas Botero
viernes 6 de mayo de 2011 8:47 COT
El domingo vamos a celebrar el día de la madre o de las madres. Es una fiesta que se celebra en casi todos los países, aunque en diferentes días, el más común, el segundo domingo de mayo, como aquí. Aunque es una fiesta que se puede remontar a la antigua Grecia, donde se hacía en honor a la madre de los dioses, Rea o Cibeles, la que celebramos en la actualidad fue creada en EUA por Julia Ward Howe en 1870 como un día de madres por la paz. Luego se convirtió en un día para que cada familia honrase a su propia madre.
No es una fiesta religiosa, ni un festivo patrio, ni siquiera creada por la ONU como tantas otras a lo largo del año. Es una fiesta de familia, un reconocimiento que nos sale a todos del alma, pues ese día queremos mostrarles a nuestras madres el amor y la gratitud que les tenemos. Y no solo a las madres vivas; también es una día en el que los miembros de la familia, en especial los hijos, se reúnen para recordar a la madre muerta, que así sigue actuando como el vínculo más estrecho de amor entre ellos.
Honrar a la madre es honrar el mayor atributo, el mayor orgullo de cualquier mujer. Si el ser persona; si el ser amada o amante; y, sobre todo, si el ser esposa es algo que le confiere una gran dignidad y le puede dar una felicidad profunda; el ser madre la enorgullece, la dignifica, la engrandece sin comparación. Quizás por eso la naturaleza, o mejor, el Creador, estructuró su organismo para que albergara al hijo durante nueve meses y después lo alimentara con su propia leche, al tiempo que la impulsa a dedicar todos sus pensamientos, todo su afecto al desarrollo y la educación de cada uno de sus hijos.
Hoy pienso, por qué no, en mi propia madre, que murió hace ya muchos años, pero cuyo recuerdo está siempre en la memoria y el corazón. En mi esposa, la madre de mis hijos y abuela de mis nietos, que es el centro del hogar. Pienso en mi hija y en mi nuera, las madres de mis nietos, todo nuestro orgullo y estímulo para seguir viviendo y proyectarnos con más decisión cada día hacia el futuro. Pero pienso también, y todos debemos pensar y volcar nuestro afecto en otra multitud de madres. Primero que nada en todas aquellas a quienes la violencia del país, y, ahora, el azote terrible de la ola invernal, que no cesa y cada día nos trae nuevas tragedias, las ha privado de sus hijos. Pienso en esas pobres niñas, que aún sin disfrutar la juventud, ya han asumido un rol tan difícil y de tanto sacrificio. Pienso en mis alumnas, que tienen que aunar su esfuerzo de formación con la carga, dulce pero exigente, de formar a sus propios hijos. Pienso en las madres de mis familiares, de mis amigos, de mis vecinos, de mi ciudad, de mi país, de todo el mundo. Pienso en las madres atribuladas y en las madres felices. Creo que este es el mejor tributo que cualquiera de nosotros les puede rendir, aunque a la vez tratemos de manifestarlo con algún obsequio especial, empezando por estar al lado de la madre de cada uno y compartir con ella una comida festiva sazonada con el mayor cariño posible.
viernes 6 de mayo de 2011, 13:11 COT
Gracias Dr. Fabio por este homenaje que nos haces a nosotras las mujeres.
El singnificado de la palabra MADRE es inmensamente grande y vos sabes valorarlo.
domingo 8 de mayo de 2011, 20:16 COT
Un saludo cariñoso a todas las madres y que nunca falten por lo tanto me uno a este escrito suyo don Fabio.
lunes 9 de mayo de 2011, 14:07 COT
Ellas son maestras, medicas, enfermeras, abogadas, sicologas, dentroderas, amas de llaves, amigas, compañeras, amantes, obreras, gerentes y todo, las madres lo son todo.
martes 10 de mayo de 2011, 00:21 COT
Letras de lujo, muy encantadoras, nos compartes apreciado Fabio. Pues te cuento que la celebración con la mía fue inolvidable, colmada de presentes, buenas melodías, alegría, calma, paz, flores, tranquilidad y envueltos en sus valores y virtudes. Una reina divina perdida en la belleza, I love my mother, She is the best y tus letras querido mío, me emocionan y me colman de sentimientos de alegría por tener el lujo de contar con la presencia de mi adorada madre y amiga.
Un abrazo para tí desde mi espíritu!