Descuadrando caja
Columnas > Con los taches arribaPor Rafa XIII
lunes 11 de junio de 2012 18:12 COT
La columna estaba escrita a la mitad y se iba a llamar “Cuadrando caja”, con base en el buen resultado obtenido por la selección Colombia en su partido como visitante ante Perú, por la quinta fecha de las eliminatorias al Mundial Brasil 2014.
Iba a mencionar que, a pesar de que el desarrollo del juego estaba lejos de ser calificado como aceptable, y de que Perú tuvo la posesión del balón durante gran parte de las acciones, Colombia había tenido mejores oportunidades de gol —siete en todo el partido— y que de las tres que tuvieron los atacantes del combinado inca, dos habían sido conjuradas de manera magistral por el portero nacional David Ospina.
Siendo consecuente con mi postura en favor del fútbol resultado, no dudaba en recalcar que lo importante era que Colombia había ganado. Jugando mal y jugando feo. Pero había desequilibrado el tanteador a través de una vieja fórmula que ha demostrado su eficacia cuando los esquemas tácticos, las precauciones defensivas y la pierna fuerte, bloquean el juego de equipo: las individualidades. Apelando a una frase que detesto, por ser un argentinismo copiado por los medios criollos, señalaba que el gol de James Rodríguez era “de otro partido”, porque Colombia no merecía ir ganando en el momento en el que se produjo lo anotación. Fue de las pocas veces en las que el cuadro de José Néstor Pékerman pudo hilar una jugada con más de tres pases consecutivos, porque la mala entrega del balón fue una constante en los 90 minutos disputados en la cancha del estadio Nacional de Lima.
Con todo, el resultado era bueno. Tres puntos de visitante, que en algo cuadraban caja con respecto al pobre desempeño como local del elenco patrio, que ante Argentina y Venezuela apenas cosechó un lánguido empate. Si, en una de esas, Colombia igualaba, o mejor, le ganaba a Ecuador en Quito, el balance del doblete a domicilio sería espléndido. Al término de la sexta fecha y con cinco partidos jugados, el equipo cafetero tendría 10 puntos, metiéndose en la lucha por la punta del torneo clasificatorio al mundial de 2014.
Luego del aterrador partido en el Atahualpa, uno se pregunta cuál era la razón para tanto secreto y restricción a la prensa a la hora de cubrir los entrenamientos. ¿Acaso estaban ensayando nuevas variantes y/o movimientos preconcebidos que iban a demoler a los ecuatorianos? Pues al parecer se les olvidaron, porque todos los que vistieron la camiseta azul de Colombia recibían un balón y entregaban un ladrillo. También es imposible dejar de pensar que si los convocados llevaban más de dos semanas preparándose en Bogotá, lo más normal era que ya estuvieran adaptados a la altura de Quito, que es prácticamente la misma de la capital colombiana. Si eso era así, entonces, ¿por qué se veía que a los nuestros les costaba trabajo correr detrás de la pelota? Nuestra arma más mortífera, el Tigre Radamel Falcao García, fue a duras penas un manso gatico, que en las pocas ocasiones en las que el mediocampo le daba el útil se tropezaba con éste, le cometían falta o perdía fácilmente el dominio del balón. En 180 minutos, Falcao hizo dos tiros al arco rival.
¿Y los demás? Rodríguez salvó los muebles en Perú, y ante la deslucida participación de García, era el llamado a echarse el equipo al hombro. Tuvo un par de opciones de gol, que no concretó por afanado. Le faltó serenidad para definir. Pabón se mantiene fiel a su estilo de juego en Atlético Nacional: individualista y con ganas de hacer el gol de su vida en cada acción. Armero, un colador en el costado izquierdo. Podrá tener muy buena proyección en salida (cosa de la que cada vez dudo más), pero tarda una eternidad en regresar a su función natural que debe ser la de defender, lo cual aprovechan los rivales para contragolpear. Guarín, un tiro lejano en todo el partido, y eso que es especialista en media distancia. Perea, demasiado lento y pesado. Los años no llegan solos, y cuando los atacantes lo superan, acude a la patada al cuerpo. De lo rescatable, Sánchez, el gran descubrimiento “made in Jorge Luis Pinto”, fue el hombre orquesta, tratando de sacar al equipo desde atrás, tratando de asociarse e incluso tratando de generar opciones de gol (nótese el énfasis en la palabra tratando). Ospina fue el mejor jugador de este capítulo doble de la eliminatoria. Salvó a Colombia de cosas más graves. No tiene el cartel de sus predecesores en el arco, pero es cumplidor y ha salvado in extremis las embarradas de sus compañeros.
Conociendo a los buitres que revolotean en los medios, en la dirigencia y en la hinchada colombiana, no demoran en alzarse las voces que empiecen a pedir la cabeza de Pékerman en una bandeja, por aquello de que es un extranjero que “no conoce nuestra identidad futbolística” y demás tonterías similares, con tal de empezar a hacerle el cajón y poner nuevamente en el banco técnico a alguien de la rosca de marras, que nos tenga para siempre haciendo veinte pases para los lados y tres hacia atrás. Es cierto que el técnico argentino aún no nos ha mostrado a qué juega o a qué quiere jugar. Pero él no sale a la cancha ni desperdicia los goles a boca de arco, ni comete faltas en sectores de riesgo. Esto se compone haciendo cuatro puntos en el próximo doblete. Lo malo es que los oponentes no están ni mucho menos pintados en la pared: Uruguay, hoy por hoy la mejor selección suramericana por su juego de conjunto, y Chile, flamante líder transitorio de esta ronda. Aunque no haya suficientes motivos, hay que dejarle una rendija al optimismo. No es el fin del mundo. Sin embargo, hay un dato que no deja dormir: en la eliminatoria a Sudáfrica 2010, Pinto tenía a Colombia, a la altura de la sexta fecha, con nueve puntos (dos más que los que tiene ahora Pékerman). Perdió con Uruguay y Chile y lo sacaron como a un perro.
martes 19 de junio de 2012, 14:41 COT
Me limito a apoyar al futbol colombiano a sabiendas de que el futbol en Suramerica està a la par.. Miren no màs a Venezuela.
Nada de buscar tècnico por otro lado, y desesperarnos buscando otros tècnicos porque la continuidad en esto es fuente de buenos resultados.
Y sigamos soñando con el mundial en Brasil 2012.