¿Buena o mala la escritura electrónica?
ColumnasPor Fabio Villegas Botero
viernes 4 de febrero de 2011 9:49 COT
El viernes pasado comenté acerca de la escritura y las TIC. ¿Los cambios que éstas están imponiendo son buenos o malos? Al final me preguntaba: “¿qué dirán las Academias; qué debemos hacer los profesores?” Si pudiéramos revivir el momento en que se inventó la imprenta, la máquina de escribir, el cine y tantos otros medios de comunicación, encontraríamos siempre opiniones divergentes. Algunos que las elogian y otros que las temen. Con todo, al final se imponen y son medios extraordinarios para el avance de los seres humanos. Creo que lo mismo debe pasar con la escritura electrónica.
El texto del Instituto Cervantes que citaba entonces, “Saber escribir”, además de constatar grandes cambios en la escritura del español (e igual se dan en todas las demás lenguas), muestra también algunas de las ventajas de la misma. Y si, bien, algunos de los factores que las han impulsado han ido perdiendo fuerza y aun desaparecido, no por ello la van a desvirtuar. El primer gran cambio lo propiciaron los computadores con las páginas web, el correo electrónico y el chat. El segundo, más agresivo, lo trajo el teléfono celular que, además, se propagó a una velocidad como casi ningún invento lo había hecho en toda la historia, haciendo que los altos costos iniciales se hayan reducido sobremanera, y con ello, las modificaciones que impusieron al inicio hoy ya no tengan la misma urgencia que hace solo diez o quince años.
Los mensajes de texto a través del celular tienen un doble carácter: el de lo coloquial que da lo íntimo de la conversación, sobre todo si es entre familiares y amigos, lo que propicia un lenguaje de inmediatez y con errores de todo orden (gramaticales, sintácticos, ortográficos y hasta semánticos), puesto que se presume que no han de salir en público. No se cuida en lo más mínimo la cortesía, mucho menos la elegancia (claro que si se trata de algo oficial sí requiere mucho más respeto). Lo primero se refuerza aún más con la prisa que imponían los altísimos costos iniciales de cada minuto de comunicación. Pero, como ya estos han disminuído notablemente, las personas deberán ser mucho más cuidadosas. Si es verdad que en una conversación telefónica podemos rebajar notoriamente la calidad del lenguaje, en los mensajes de texto debemos ser, al menos, un poco más esmerados, ya que pueden perdurar más tiempo y divulgarse más ampliamente.
En cambio las páginas web y similares cumplen otras funciones que implican un trato diferente del lenguaje. “Están diseñadas normalmente en formato HTML (lenguaje hipertextual de etiquetado de documentos), en el cual, además del texto, se incluyen imágenes, sonidos, programas, animaciones, y enlaces (links) hacia otros documentos”. Se estructuran para una lectura muy superficial, en busca de una información puntual. De ahí las principales características que señala la obra: “Títulos y subtítulos simples, claros y concisos. Párrafos ajustados a una sola idea. Uso de resúmenes y tablas de contenidos. Frases cortas. Resaltar lo importante (tipo o tamaño de letra, colores…). Pirámide invertida, o sea, iniciar por la conclusión y continuar con el desarrollo. De este modo, solo el que quiera ahondar en el tema avanzará en la lectura. Estilo objetivo, sin redundancias, excesiva adjetivación ni palabras innecesarias. Lenguaje, generalmente, informal”. El interés es solo informar. Todo lo que es literatura y bellas letras muere.
Quisiera resaltar el hecho de que estos nuevos instrumentos enfatizan ante todo la información, lo más básico de la comunicación. ¿No será que esto va a obligar a simplificar la ortografía, al menos para el gran público, para que la información sea más precisa, más ágil, más acomodada al mundo actual?
viernes 4 de febrero de 2011, 22:45 COT
Apreciado Fabio:
Un tema que no hay que descuidar porque el mundo gira alrededor de los medios electrónicos. Precisamente estoy inscrita en un curso profundo internacional especializado basado en cómo escribir para la web y los medios electrónicos, con módulos extraordinarios que, desde luego, les compartiré una vez yo lo considere oportuno.
Es crucial estructurar la información que se desea compartir porque en la web, la mayoría de la gente no lee palabra a palabra sino que, a ritmo acelerado se introducen en el contenido, saltando de párrafo en párrafo y/o de enlace en enlace. Al mismo tiempo suelen pasearse entre la computadora y el celular o viceversa; es así cuando muchos olvidan normas y formas de escritura con el consiguiente deterioro de la propia imagen de quien interactúa. Es la dinámica de la tecnología y vale atender el llamado que logro extraer de entre tus letras.
Un abrazo con afecto y gracias por seguir compartiendo tu sapiencia con quienes ya formamos parte de tu lectoría electrónica.