¿Armstrong… gregario?
Columnas > Con los taches arribaPor Rafa XIII
domingo 12 de julio de 2009 21:04 COT
Cuando estamos a punto de llegar a la mitad del recorrido de la edición 96 del Tour de Francia, la pregunta obligada que se hacen los entendidos y los aficionados al ciclismo es si Lance Armstrong, siete veces ganador (y de contera, seguidas) del giro francés, trabajará para su compañero de equipo (Astaná), el español Alberto Contador, o si está esperando para dar el zarpazo en el momento indicado e ir por el liderato de la prueba.

Está de más hablar del impresionante palmarés de Armstrong, que con sus siete tours ganados, su oro en un Mundial de Ruta y dos Dauphinés Liberés, les tapa la boca a los que lo han acusado de dopaje. También son dignos de admirar su espíritu de superación personal, al luchar y vencer un cáncer testicular que lo tuvo al borde de la muerte, y su vinculación con causas humanitarias. Su regreso a las carreteras, después de haberse retirado por un breve lapso del ciclismo, fue muy aplaudido.
Pero también es cierto que Contador no es ningún pintado en la pared. El corredor, de 26 años, ya ostenta en su hoja de vida un Tour de Francia, una Vuelta a España y un Giro de Italia, entre otras victorias, y por su juventud, es de suponer que cosechará más camisetas de ganador de competencias en los años que le quedan de actividad ciclística.

El meollo del asunto se basa en lo sucedido en la séptima etapa, corrida entre Barcelona y Andorra Arcalis, en la que Contador (que hasta ese momento estaba por debajo de Armstrong en la clasificación general) se lanzó en una memorable escapada y logró ubicarse dos segundos por delante de éste al término de la fracción, diferencia que aún se mantiene. Las declaraciones tanto de Armstrong como del director del equipo, Johan Bruyneel, dieron a entender que la actitud de Contador no estaba dentro de lo que se planeó, pues aunque se supone que el capo di squadra, es decir, el líder del equipo y para el que todos deben trabajar como gregarios, es Alberto Contador, Lance Armstrong tiene mucha más experiencia en el Tour como para ser una simple hormiga obrera.
Ya con los hechos puestos, habrá que ver si, al seguir Contador por encima de Armstrong, el séptuple campeón del Tour se resignará a ser gregario del pedalista español. En la novena etapa entre Saint Gaundens y Tarbes, que incluyó el ascenso al mítico Tourmalet, la diferencia se mantuvo, de modo que Contador es segundo y Armstrong, tercero en la tabla general, separados aún por tan solo dos segundos.
Personalmente, creemos que en las etapas venideras Armstrong, aunque sea a regañadientes, mantendrá la disciplina de ser gregario de Contador, pues viene una semana completa de tramos de poca exigencia en el centro de Francia, y en las que muy seguramente seguirá el italiano Rinaldo Nocentini como dueño del maillot amarillo de líder. Pero la cereza del pastel viene en las etapas previas a la neutralización que antecede a la escena final, a disputarse entre Montereau-Fault-Yonne y París el 26 de julio.
En ese intermedio, los corredores enfrentarán las cuestas de los Alpes. Las dos oportunidades de Armstrong son en la cronoescalada individual en Anneci, y en la penúltima etapa, que tendrá llegada en el Mont Ventoux, un puerto de montaña fuera de categoría. Allí se acabará la lealtad del estadounidense, porque Armstrong es temible en las etapas a cronómetro (aunque Contador también es muy bueno) y, de conseguir una diferencia importante en Anneci, sentenciará la carrera a su favor. Si no, en Mont Ventoux habrá un duelo a muerte, porque tanto él como Contador son excelentes escaladores, por lo que no es aventurado decir que el que pase primero de los dos en esa etapa, será el virtual campeón.