Anécdotas espaciales

Muchas anécdotas se han dado alrededor de la carrera espacial. Algunas chistosas, otras curiosas, más que todo. Hallar historias de este tipo en la Internet, es mucho más complicado que encontrar lo último en guarachas en astrobiología, o los viajes de las sondas espaciales, y los secretos que éstas van develando. Sobre todo porque uno halla muchas historias para reír, que aunque divertidas, resultan ser producto del imaginario popular. Otras veces son demasiado largas, o hacen énfasis en equivocaciones muy triviales, como que alguien se equivocó con alguna unidad, y pone “nanómetros” en vez de “kilómetros”, por ejemplo. Una cosa es la necesaria observación y corrección del error -por lo que agradezco mucho a mis lectores cuando me corrigen-, y otra cosa es la reacción dentro del ámbito científico real, dónde a veces este tipo de errores causa estupor e indignación entre algunos fundamentalistas de la ciencia, sobretodo cuando aparece en alguna publicación prestigiosa, y más aún si esta es científica. Este último tipo de trivialidades me parece hasta aburrido y eliminé ese tipo de información, con lo que se redujo drásticamente el resultado cuantitativo de mi búsqueda.

Luego, cuando creí hallar al fin una fuente directa y verificable en la NASA para el humor espacial, realmente lo único que hallé fue un escueto memorando interno para los empleados de esta agencia gubernamental. Se trataba de una prohibición estricta de publicar o reenviar chistes políticos. La nota invitaba a delatar a quien infringiera esta norma, bajo estricta garantía de confidencialidad. Que decepción hallar esto en el país de la libre expresión.

Pero como soy terco, logré completar mi misión de los lunes, finalmente, para equinoXio. Estas cinco anécdotas que seleccioné, son reales, excepto la primera. Las otras cuatro anécdotas fueron extraídas y traducidas a partir de un documento titulado Humorous Astronomical Anecdotes, una recopilación escrita por un científico con muy buen sentido del humor, llamado Steve Tidey, proveniente de Inglaterra. Estas anécdotas son verdaderas. Gracias a Dios el buen humor sigue siendo una cualidad deseable entre los británicos. La primera anécdota en cambio, como ya decía, parece ser falsa. Trata sobre Neil Armstrong y la misión del Apolo 11, y la hallé en varias versiones norteamericanas no oficiales, pero la “más fiable” me pareció la del sitio Web llamado Spaceworld. La anexo por considerarla muy divertida, de todas maneras. Juzguen ustedes.

¡Buena suerte, señor Gorsky!

Neil Armstrong inmortalizó la frase de “un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad”, cuando el 20 de julio de 1969 pisó la luna por primera vez. Pocos saben sin embargo, cuáles fueron sus palabras justo antes de entrar de nuevo al modulo espacial Águila, después de terminar su primera caminata lunar. Estas palabras fueron: “¡Buena suerte, señor Gorsky!” Con la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la entonces Unión Soviética en pleno auge, las especulaciones sobre el significado real de estas palabras lógicamente giraban en torno a una alusión directa a un rival cosmonauta ruso específico. Mejor dicho, la revancha gringa porque Estados Unidos llevaba por primera vez la delantera en la loca carrera espacial.

Pero con el tiempo se pudo establecer que no existía ningún astronauta ni cosmonauta con ese nombre o apellido, ni en el programa espacial ruso, ni mucho menos en la NASA. Pasaron los años, y Armstrong se negaba sistemáticamente a clarificar un sinnúmero de especulaciones que se dieron en torno a esta anécdota, hasta que el 5 de julio de 1995, en Tampa (Florida), un reportero supuestamente logró hacer ceder en su silencio de 26 años de duración al legendario astronauta. Y es que el señor Gorsky ya había fallecido, según Armstrong, y por eso él se sentía libre de revelar la verdad sobre el mismo. Éstos son los supuestos hechos:

Cuando Neil Armstrong era un niño, se encontraba jugando béisbol con un amigo suyo en el patio trasero de la casa. Su amigo bateó una bola lanzada por él, y ésta terminó en frente de las ventanas del dormitorio de la casa de los vecinos de la familia Armstrong. Sus vecinos se llamaban el señor y la señora Gorsky, por cierto. Cuando Armstrong se inclinó para recoger la bola, escuchó a la señora Gorsky gritando a su marido: “¡¿Sexo?! ¡¿Quieres sexo?! ¡Pues tendrás todo el sexo que quieras cuando ese niño que está allá afuera camine en la luna!" La gran pregunta es, por supuesto, si la señora Gorsky mantuvo su promesa, pues ya todos sabemos que Armstrong cumplió con su parte…

FUENTE: Spaceworld 2000

Cinturón de seguridad en el Atlantis

Esta anécdota es del astronauta Jerry Linenger, quien durante su entrenamiento para un vuelo a bordo del transbordador espacial Atlantis dirigido a la MIR (antigua estación espacial rusa), aprendió literalmente, que los cinturones de seguridad del baño del transbordador evitaban que el usuario “fuera impulsado por fuera del escusado, en lo que podría describirse como un fenómeno en el cual los gases del tracto digestivo actúan como cohetes que son disparados.”

FUENTE: Off the Planet, Jerry Linenger, p. 59, McGraw-Hill Books, 2000

¡Vida en el tercer planeta!

Esto ocurrió el 21 de octubre de 1993. Una nota científica del diario inglés The Independent reportó observaciones hechas sobre la Tierra por la sonda Galileo, mientras se dirigía hacía el planeta Júpiter. El diario informó a sus lectores que “los científicos han llegado a la conclusión de que con toda seguridad hay vida en la Tierra, probablemente se trate de formas de vida dependientes de agua. Por otra parte encontraron pocas evidencias de vida inteligente en Australia”.

Jetología

Andrew Fraknoi, un científico y profesor de la Sociedad Astronómica del Pacífico, se inventó intencionalmente una nueva “ciencia oculta”, que bautizó como Jetología. En el aula de clase invita a sus alumnos a imaginarse que la configuración de posiciones en el espacio de todos los aviones jet influye a un bebé al nacer, de manera que rigen su destino. Según el lugar donde se encuentren los aviones justo en ese momento, se puede entonces predecir el futuro de un individuo. Usualmente los estudiantes de turno se ponen inmediatamente de acuerdo en que tal idea es completamente ridícula, para luego darse cuenta que es igual de ridículo el experimento cuando los aviones son sustituidos por planetas. De esta manera este profesor les hace caer en cuenta de cómo la Astrología se aprovecha de nuestra ingenuidad al enlazar coincidencias en la vida de las personas con posiciones astrales, para así recrear supuestos patrones donde no los hay.

FUENTE: Sky & Telescope, August 1989, p.146-150

Gravedad artificial

Durante un tour en el Campo Espacial Infantil de la NASA en la Florida, los guías y consejeros espaciales les explicaban a un grupo de niños la importancia de usar los ganchos y seguros en los pies para mantener los pies conectados al suelo. Asimismo les explicaban la importancia del Velcro® para fijar cosas en las naves, pues en el espacio las cosas flotarían por ahí debido a la ausencia de la fuerza de gravedad. Al parecer el escenario es demasiado realista, porque uno de los niños entendió que de verdad flotarían dentro de la sección del Spacelab. De manera que cuando se abrieron las puertas, el niño tomó mucho impulso y se lanzó cual estilo Supermán, y se estrelló forzosamente contra el piso. Mientras se incorporaba de nuevo, se levantó y gritó muy disgustado: “¡Se les olvidó prender la máquina antigravitatoria!”

FUENTE: Do Your Ears Pop In Space? p. 31, Mike Mullane, John Wiley Books, 1997.

Y para terminar, si han aguantado hasta aquí, los invito a ver el video de esta supuesta versión alterna de una de las primeras caminatas lunares del hombre en la luna. Hasta la próxima.

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