Insólito en la política mexicana es el ex-presidente Fox que ha escrito dos libros y su segundo apareció originalmente en inglés. Pienso que lo hizo para proporcionar a los mexicanos un pretexto para no leerlo, pues él mismo aconsejó alejarse de los periódicos, cuantimás de los libros.

A pocos días de la cita con las urnas, los temas de interés quedaron sepultados por el amarillismo, como la tendencia a desconocer el derecho de las mujeres a una maternidad elegida, el financiamiento a la educación superior y la creación de empleos.

Los partidos políticos saben que tratan con ciudadanos poco informados o poco reflexivos y, tal como el Partido Verde, lanzan propuestas temerarias como la pena de muerte, que de antemano sabe no tendrán eco en las cámaras. Ya los demandaron por este tipo de campaña engañosa e ilegal.

Los lectores de periódicos afirman en los blogs que en México los medios no informan y que la influenza es una estrategia gubernamental para evitar un levantamiento el 1 de mayo.

¿El mejor candidato? ¿El más preparado? ¿El de mayor trayectoria? Para nada: cualquier cantante, el más conocido, el más famoso, el que le asegure la victoria al partido. Sin importar sus potenciales dotes como legislador.

Los resultados de México en las evaluaciones internacionales sobre educación exigen respuestas y acciones contundentes, mucho más que el discurso gastado de siempre.

La llamada “ley anticodicia” en Estados Unidos, que grava ahora con una tasa de 90% las primas de los ejecutivos; y la ley de salarios máximos en México, que sólo avanzó ante el temor de una reacción negativa de los votantes y que estipula que ningún funcionario puede percibir un salario mayor al del Presidente de la República intentan detener la ambición de una casta que se lucra con las contribuciones de todos los ciudadanos.

Todas estas escaramuzas forman parte del ambiente preelectoral, en el que los actores políticos quieren reeditar una fórmula que ya han probado antes: la confrontación, la crispación social y el temor. Todos buscan crear un enemigo y para lograrlo no tienen empacho en ponerle cara de narcotraficante, mentiroso, veleta, tonto o instigador, lo importante es lograr asustar lo suficiente a la ciudadanía, convencerla de que le irá muy mal si sufraga por el otro para ganar votos.

“Ni moza ni musa. Décimas jarochas para mujeres” es un disco que busca colocar el tema de los derechos de las mujeres en la agenda política y difundir las no tan conocidas leyes federales y estatales que buscan garantizar una vida libre de violencia para las mujeres en México.

La televisión de paga también pone su granito de arena. El canal Sony tiene un conjunto de programas agrupados en un concepto llamado “macho que se respeta” y que, aunque se trata en realidad de series donde los hombres suelen sufrir la tiranía femenina, los anuncian con una pieza musical declaramente machista y antifemenina, muy festejada por los adolescentes.