La memoria como generadora y conservadora de derechos
Servicio Sudamericano de NoticiasPor María Evelina Ramírez
martes 17 de julio de 2007 23:01 COT
En el marco de la I Jornada Internacional de Historia y Memoria de la dirigencia política contemporánea organizada por el Centro de Estudios Avanzados, el historiador y jurista italiano, Alberto Filippi, destacó el rol de la memoria como generadora de derechos universales inclaudicables en el tiempo.
Filippi, encargado del Departamento de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Camerino (Italia) dijo que la mayoría de los gobiernos democráticos que son sucesores de un gobierno de facto diseñan como modelo de transición, el olvido.
"Esto consiste en dejar atrás el horror y seguir adelante, sin hacer una revisión del pasado", explicó el intelectual. "El precio que se paga por la paz es muy alto", agregó.
Asimismo, reconoció que este "pacto de silencio y de olvido" no resulta perdurable en el tiempo. "En algún punto este pacto termina por romperse. Así lo demuestra claramente hoy, España, donde se está dando un intenso debate sobre la ley de memoria histórica y sobre la necesidad de revisar el pasado, de tener acceso a los archivos del horror de lo que fue la guerra civil española y la represión franquista", explicó Filippi. (Ver nota La disputa en España).
El olvido como política de Estado
El historiador hizo referencia a las diversas teorías jurídicas que a lo largo del tiempo han servido a los distintos gobiernos para promover el olvido como política de Estado.
En este sentido hizo referencia a la teoría de los dos demonios. "Partiendo de la premisa de que ellos se encontraban por encima y por fuera del círculo demoníaco, promoviendo el olvido como modelo de transición".
Del mismo modo, mencionó a las leyes de obediencia debida y punto final, las cuales calificó de "malabarismo jurídico que oculta y logra impedir la responsabilidad penal de los que ejercen la represión".
"Es el punto más perverso y cobarde del ocultamiento de la dominación mutiladora. De esta forma se promueve el olvido pretérito, o sea olvidar para evitar tener problemas futuros", destacó.
El intelectual explicó que la noción de "conciliación hacia el futuro" que se incluye en las distintas leyes, muchas veces lleva "implícita, explícita, expresa o impresa la idea de olvido". Pero aclaró que hay que hacer una distinción entre juicio público y problema personal de olvido o de perdón.
"Nadie dice que no hay que perdonar, pero no se puede imponer como política pública y jurídica, la generalización del ocultamiento, de destrucción de la memoria y de sometimiento al olvido".
Derecho a la memoria
Para Filippi, los derechos son "la manera más atrevida, universal, generalizable de defensa de los principios de igualdad y justicia". Precisamente por ello, la memoria debe constituirse como un derecho universal inclaudicable.
"Es necesario tener presente la memoria como un derecho constituido, universal y univerzalizable", remarcó el intelectual.
Es por ello que rescata la importancia de romper con el discurso jurídico antihistórico. "Hay que combatir las teorías jurídicas que justificaron la no memoria histórica de los derechos", enfatizó.
"Esto implica poner como fundamento del derecho la memoria interna del derecho mismo. Es decir un derecho que parta de la reconstitución de sus antecedentes teórico- histórico- jurídico", explicó.
En su discurso, el historiador remarcó constantemente la importancia de la tematización de la memoria, como recuperación del pasado para entender el presente y proyectar el futuro.
En este sentido, hizo un reconocimiento explícito a la tarea de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. "Es importante reconstituir los derechos violados a través de la historia", destacó Filippi e instó a que "sea irreversible el reconocimiento democrático de derechos".
Del mismo modo, hizo referencia la necesidad de recuperar y de tematizar la memoria como instrumento de liberación. "El derecho es un arma de emancipación intelectual y política de las clases populares", dijo recuperando a Gramsci.
"El olvido es una política hegemónica de las clases dominantes. Se promueve el olvido en las clases subalternas para de esta manera frenar la formación de contra hegemonías", concluyó el intelectual.
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