Bogotá, la paz entre la guerra
Marcha por la pazPor Marsares
jueves 5 de julio de 2007 23:13 COT
A diferencia de otras ciudades, en Bogotá la movilización por la paz y contra el secuestro tuvo diferentes puntos de encuentro. En el sector financiero, la calle 72, una multitud se fue formando a partir de las once de la mañana. En la calle 26, en el Centro Administrativo Nacional, los empleados estatales pararon al mediodía, lo mismo que el transporte público mientras hacían sonar sus pitos. Aunque no hubo una gran marcha como en Medellín y Cali, en las aceras, en los ventanales, en las azoteas, en los balcones, con pañuelos blancos, pancartas, consignas, pitos, muchos expresaron su rechazo a la violencia en diferentes puntos de la capital.
En el centro de la capital, sin embargo, pese a que llegaron unas 15.000 personas, la anunciada cadena humana que iba a formarse, un brazo hacia el norte y el otro bajando por la autopista El Dorado, no se realizó. La multitud se concentró en el lado oriental de la Plaza de Bolívar esperando la llegada del Presidente de la República al Te deum programado en la Catedral Primada. En un momento apareció el canciller Araujo y la multitud coreó su nombre mientras él se acercaba a saludar a quienes lo vitoreaban. Algunos, sin embargo, le gritaron “Chambacú”, recordando el escándalo que lo involucró en Cartagena, antes de ser secuestrado.
Siempre se ha dicho que la Plaza de Bolívar es un resumen del país y esta vez se confirmó con creces. Pronto se distinguieron dos bandos. En el sector nororiental, cerca de la Casa del Florero una mayoría uribista coreó sin descanso consignas de apoyo al primer mandatario, exigiendo mano dura contra los violentos. En otro sector, pancartas a favor del intercambio humanitario se hicieron sentir e incluso, una audaz que apoyaba el despeje, causó un momento de tensión al enfrentarse sus promotores con adversarios que los tildaban de cómplices de la subversión. Al final, después de retroceder por una parte de la plaza e intentar desplegarla en otros lugares, fue guardada ante el temor de agresiones físicas.
En las escalinatas del capitolio se desplegó una gran bandera de Colombia y ahí, cerca estaba formado un batallón del ejército, con camisetas, solicitando la entrega sin condiciones de los secuestrados, mientras, frente al Palacio arzobispal, una hilera de policías, también con camisetas similares, y con pancartas, apoyaban las tesis del gobierno. El te deum seguía su curso, y afuera, se armaban mini manifestaciones que recorrían apenas unos cuantos metros, frente al Palacio de Justicia, donde se armó un mural para se estamparan las manos y se dejaran mensajes. La alcaldía, en plena remodelación, exhibía un traje oscuro, silencioso, desierto.
Hubo otras pancartas también provocadoras, como las de “simpatizantes” paracos” que sacaban a relucir consignar a favor de los presos de Cómbita rechazando la extradición, mientras por la carrera séptima, unas decenas de personas iban detrás de otras a nombre de los “presos sociales” (presos comunes) que pedían igual trato que los cobijados por la Ley de Justicia y Paz.
Mientras una banda de guerra de un colegio distrital marchaba por el centro de la plaza, las miradas seguían apostadas en el atrio de la Catedral. De repente, el costado norte rugió de nuevo coreando consignas a favor de Uribe mientras se montaba a su limusina y se marchaba del lugar. Hubo vivas al Procurador cuando salió al atrio y un par de hombres, bien vestidos, salieron de la Catedral con pancartas individuales contra las FARC e incitaron al coro de uribistas a corear consignas en contra de la agrupación subversiva. Curiosamente no se escuchó una sola sobre los secuestrados.
Cerca de las dos de la tarde, muchos de los asistentes se habían marchado. Ya lo habían hecho los seguidores de Uribe cuando se fue a la Casa de Nariño. La cadena humana nunca se hizo y minutos después la carrera séptima se abrió para el tránsito automotor. Los pocos que quedaban guardaron sus iras y sus simpatías y abandonaron la plaza. Para el recuerdo esta concentración porque fue una mini representación de lo que vive hoy Colombia. Un país enfrentado con amplia mayoría por seguir la guerra, y unos pocos clamando por la paz.
Fotos de Julián Ortega Martínez – Licencia CC-BY
viernes 6 de julio de 2007, 01:20 COT
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viernes 6 de julio de 2007, 08:03 COT
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viernes 6 de julio de 2007, 08:08 COT
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viernes 6 de julio de 2007, 08:32 COT
La Plaza de Bolívar estaba semivacía, incluso al mediodía. Había bastante espacio para caminar, la multitud estaba dispersa. Enfrentados a madrazos los que clamaban por el acuerdo/chantaje humanitario y los furibistas que decían no al despeje. Incluso hubo una tercera posición por ahí: intercambio SIN despeje.
Mientras el Mesías salía de la Catedral (la de Bogotá, claro), unos funcionarios daban instrucciones a los furibistas que estaban al frente de la Casa del Florero para que gritaran “Duro con las FARC”, “Uribe, amigo, el pueblo está contigo”, “Firmeza, firmeza” y otra sarta de idioteces [las mismas que les enviaron a algunos empleados estatales al correo electrónico, según me contaron] a favor del número 82 (mientras un solitario señor de edad gritaba “sí al despeje”, “paraco” mientras las emperifolladas y panzonas empleadas del régimen lo increpaban tratándolo de guerrillero). Una vez el Salgareño se alejó, los furibistas pegaron pies en polvorosa, mientras desde el norte por la séptima venían los familiares de los “presos sociales” que pedían “igualdad” rechazando el trato especial de paracos y guerrillos.
viernes 6 de julio de 2007, 10:18 COT
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viernes 6 de julio de 2007, 14:55 COT
Como me lo imaginaba y como se veía venir, cada grupo tratando de sacar su propio beneficio. Por favor, ¡Colombia! como lo dijo Deepak Chopra: “Todo el mundo actúa desde su nivel de conciencia”. Ojalá podamos estar conectados a nuestras propias almas para poder exteriorizar lo mejor de cada uno de nosotros y abrazar las sombras del mundo… ¿utopía, construir sociedades sensatas e inteligentes?
quizás, pero ¡es saludable!
Un saludo equinoXial!
viernes 6 de julio de 2007, 18:00 COT
Que no se note el sesgo. Muestran principalmente las pancartas a favor del acuerdo in-humanitario.
viernes 6 de julio de 2007, 18:32 COT
Carlos, encuentras las fotos que pudimos tomar en
http://flickr.com/photos/equinoxio/
A pesar de las vociferaciones uribistas, que parecen "pagadas", cuando estuvimos vimos más o menos la misma cantidad de pancartas a favor y en contra del acuerdo/chantaje. No entiendo lo de "sesgo", máxime cuando este es un medio, principalmente, de opinión.
Un saludo.
martes 10 de julio de 2007, 14:33 COT
[…] had a big special with some pictures from its “correspondents” in 5 cities (Bogotá, Medellín [twice], Cali, Manizales, and Pasto). Padrino José, writing from Cali, recalls his […]
martes 10 de julio de 2007, 23:13 COT
[…] [ES] had a big special with some pictures from its “correspondents” in 5 cities (Bogotá, Medellín [twice], Cali, Manizales, and Pasto). Padrino José, writing from Cali, recalls his […]