La Caja de Pandora
Homo UrbanisPor Sentido Común
domingo 13 de junio de 2004 23:26 COT
No caigamos en la trampa de hablar del dominio de la pantalla chica. De lo que se trata aquí es del monopolio de la información, el arma estratégica del siglo XXI.
Muchos años después, frente a la pantalla del televisor, el General Gustavo Rojas Pinilla había de recordar aquella noche remota en que su curiosidad lo llevó a inaugurar la Televisora Nacional. Ahora observaba atento, desde la impotencia de su forzoso encierro, la alocución presidencial con la que Carlos Lleras mandaba al país a un sueño del que muy pronto habría de despertarse con Misael Pastrana como nuevo presidente electo, gracias a la audaz utilización del medio de comunicación de mayor penetración social y por supuesto, al trabajo nocturno realizado en la Registraduría Nacional. Con ello creó indirectamente el Movimiento 19 de Abril, M-19.
No obstante, los de Rojas fueron tiempos de radio en los que la gente se despertaba, se informaba, se divertía, se educaba, se dormía y vivía sueños forjados al lado de aquel artefacto sonoro inventado a finales del siglo antepasado, que por lo demás forzaba a usar la imaginación. Recuerdo que ya entrados los 60’s muchas veces escuché La simpática escuelita que dirige Doña Rita, Así resolvemos su caso, El repórter Esso, Calimán, El show de Ebert Castro, Montecristo, La ley contra el hampa y una que otra novelita. Eran los programas obligados por las muchachas del servicio en el radio de plástico verde de la cocina. Los villancicos y cuentos navideños alegraban el alma de los niños en diciembre, mientras que la semana santa era de rigurosa música clásica. Por entonces, Bogotá era una aldea con dos canales de televisión, uno público nacional, el 7, y otro privado local, el Teletigre. Un tercer canal, el educativo, haría su entrada sin mayor conmoción.
Desde sus inicios, la función de la televisión se centró en el divertimento y fue así como se dieron programas para niños como el Cumpleaños Ramo y Circo en su casa, comedias nacionales como Yo y Tú y El Chinche, extranjeras como Yo quiero a Lucy y Las Suegras, noticieros como El mundo al vuelo y Suramericana, dibujos animados como Los Supersónicos y el XL5, enlatados como Bonanza y El túnel del tiempo, novelas como Destino la ciudad y Renzo el gitano, concursos como Veinte mil pesos por sus respuestas y Animalandia y espacios culturales como El mundo de los libros y El pasado en presente. Las programadoras inicialmente eran dos, Punch y RTI, como dos los personajes principales, Gloria Valencia de Castaño y Pacheco. Esa fue la televisión con la que crecí y que reflejaba el país ingenuo que teníamos.
La transmisión de la llegada del hombre a la luna y del mundial de México 70, gracias a las antenas instaladas por Telecóm en Chocontá, marcaron el ingreso de Colombia a una nueva era televisiva en vivo y en directo desde cualquier lugar del mundo. Poco a poco, con la aparición de nuevas programadoras, de los canales regionales y privados, del Betamax, de las gigantes parabólicas, del cable y de las mini parabólicas personales, la televisión fue suplantando a la radio y modificó las costumbres familiares, hasta el punto de que hoy resulta inconcebible un hogar de casi cualquier condición social que no posea al menos un receptor y que no permanezca demasiadas horas frente al mismo.
Coincidiendo con la llegada del color, paulatinamente la politiquería y luego los grupos económicos con la excusa de la globalización, fueron apoderándose de ésa caja de Pandora y acabando con la magia que emergía de su interior. Hubo reparto de noticieros a los “delfines” y privilegios como pago por apoyos electorales. Con la Constitución del 91 se creó la onerosa Comisión Nacional de Televisión, a través de la cual la clase política aumentó sus nexos “comerciales” con 2 de los grandes dueños del país, Ardila Lulle (RCN) y Santodomingo (Caracol), y mantuvo luego la misma fórmula para empresas como TV Cable (Familia Pastrana) o City TV (Familia Santos).
Pero no caigamos en la trampa de hablar del dominio de la pantalla chica. De lo que se trata aquí es del monopolio de la información, el arma estratégica del siglo XXI. Telefonía celular, redes de datos, Internet, prensa escrita, radio, empresas editoriales, cines y todo lo demás que sirva como canal propagandístico, publicitario y de transmisión del mensaje está quedando en manos de este pulpo criollo, que a su vez es tan solo un pequeño tentáculo de las mega corporaciones, que en número no mayor de 7 se habrán apoderarán del mundo antes de veinte años. Entre tanto, los analistas políticos en Colombia se preocupan por la pérdida de los límites ideológicos entre los partidos tradicionales, aquellos que en realidad nunca han existido. Solo parece existir un defensor de la información libre y se llama Internet.
¿Apocalíptico? No creo. Leí 1984 y supe que no era una novela. Me lo confirmó luego Alvin Toffler, quien no padece amnesia colectiva, como tantos tontos.
(Se publicó originalmente en EL PAÍS de Cali / junio 13 de 2003)
Gracias por su opinión.
domingo 31 de julio de 2005, 14:02 COT
Me gusto su forma de ver el tema de la television junto con todos los medios. Lo cierto es que esos medios siempre seran los dueños de la informacion. No hay nada distinto que pensar.
lunes 1 de agosto de 2005, 09:31 COT
Vaya descubrimiento si todos sabemos quien es el dueño del pais: el dinero
martes 2 de agosto de 2005, 08:15 COT
Hombre, tampoco se ponga tan trascendental
viernes 5 de agosto de 2005, 23:58 COT
Este me diò nostalgìa de mì juventud y me ha hecho reflexionar sobre la pèrdida vergonzosamente inconsciente de muchos de mis sueños y hasta mis valores, me has hecho volver a pensar en cosas que en su momento fueron desicivas en mì vida y que hoy las veo obsoletas, siento y me da pena decìrtelo que los años y la rutina de la vida nos alejan de la pasiòn por nuestros ideales y lo que un dìa fuè casi razòn de vivir hoy necesitamos que personas como tù nos pongan a pensar y reconocer que de alguna manera estamos equivocados.
Gracias por llevarme sencillamente a mì pasado
lunes 21 de noviembre de 2005, 01:08 COT
Encontré esto que resulta divertido para su post, espero:
http://es.wikipedia.org/wiki/Pandora