Víctimas de la infamia de las FARC
Estancias > Katherine EscobarPor Julián Ortega Martínez
mircoles 18 de junio de 2008 14:59 COT
Hace un año los ex diputados de la asamblea departamental del Valle del Cauca Héctor Fabio Arizmendi, Carlos Barragán, Carlos Charry, Ramiro Echeverri, Francisco Giraldo, Jairo Javier Hoyos, Juan Carlos Narváez, Nacianceno Orozco, Edinson Pérez, Alberto Quintero y Rufino Valera fueron asesinados por las FARC, grupo subversivo que los había secuestrado en 2002. La masacre fue anunciada diez días después, cuando el país despertó en medio de informaciones confusas y un deleznable comunicado en el que los asesinos justificaban su crimen. Un "error" cuyas consecuencias son harto conocidas y que sigue en la impunidad.
Ojalá, aunque se ve difícil, como pide el editorial de El Espectador de hoy, sea liberado Sigifredo López el único sobreviviente de la masacre encubierta con las patrañas de sus perpetradores, los mismos a quienes algunos se atreven a desearles la paz que nos arrebataron a los colombianos hace muchos años. Pero eso es demasiado pedir para un grupo terrorista que, a pesar de todo el rechazo que despierta, insiste, con sus sanguinarios auxiliadores, en exigir mediante el chantaje del secuestro.
La existencia de las FARC es un lastre para el país, justifica a los descuartizadores de niños (a punta de motosierra) y a sus "próceres" estrato 6, encumbra a gobiernos preocupados más por permanecer en el poder y por difundir propaganda que por los problemas causados por un conflicto que según ellos "no existe" y una "guerra contra las drogas" (con las que se financian los terroristas) que ha resultado inútil. Mientras el país se sigue desangrando, los políticos de todos los partidos, empezando por aquellos que prometieron acabar con la politiquería, pescan en río revuelto para satisfacer sus intereses personales, mientras que otros justifican y hacen alianzas con los asesinos.
A los ex diputados, a ellos sí, paz en su tumba.
jueves 19 de junio de 2008, 19:01 COT
Sí Jul, en la tumba será el único sitio donde encontremos paz (si es que es cierto), acá afuera de eso no se conoce. Lo que más me entristece es la frase dicha por mi jefe hace unos días, mientras él, como extranjero, me hacía una “bella” radiografía del país: “Mientras en este país, su gente siga viviendo de telenovelas, por la telenovelas y para las telenovelas, no habrá ningún futuro para él…o mejor sí, el de la guerrilla, ahora entiendo por qué tenéis Farc y paras y narcotráfico…y ni hablar de vuestros políticos, ni de vuestras leyes”
viernes 20 de junio de 2008, 22:22 COT
Por eso toca mandar a matar a Martha Pérez, Doris Torres y Maria Morett, asiladas en Nicaragua, porque si se les deja vivas darán a luz a muchos guerrilleros, lo que a su vez, sin saber cómo ni por qué, justificara la eternización de la política de la motosierra para proteger a nuestros supremos gobernantes. ¿Cierto?.
Por eso toca hacer la guerra contra el campo, para erradicar de este planeta a 23 millones de campesinos de piel oscura, los cuales no quieren entender que tanto sus tierras como sus vidas pertecen a esa clase superior a la cual todo se debe y todo lo merece, porque para ella todo fue hecho.
sbado 21 de junio de 2008, 20:19 COT
Y a propósito de la guerra contra el terror, ¿Qué irá hacer Uribe y la ultraderecha genocida ahora que los supremos, superiores y todopoderosos Estados Unidos se desmoronaron? ¿En dónde buscará refugio Uribe cuando llegue la hora de la verdadera justicia en Colombia que muy pronto va a llegar? ¿En la Florida junto a sus paisanos paramilitares y narcotraficantes? ¿En Japón a lo Fujimori? ¿En España junto a su majestad el rey Juan Carlos de Bribón?
domingo 22 de junio de 2008, 13:55 COT
Paz en la tumba de todos. El rencor tiene gran responsabilidad en nuestra situación.