Uribe, animal político por excelencia
Estancias > PolíticaPor Marsares
domingo 20 de septiembre de 2009 17:43 COT
Álvaro Uribe Vélez en Buenos Aires, diciembre de 2007 (Foto: Antônio Cruz/Agência Brasil, licencia CC-BY)
Nada que hacer. El presidente Uribe sigue dando cátedra política, suscitando admiración, rechazo o temor, según como se mire o el lugar donde se esté. No importa el problema que se le atraviese, el primer mandatario siempre tiene una respuesta que valoriza sus intereses, o por lo menos los deja intactos, resguardándose de todo mal y peligro.
El mismo burro con distintas orejas
Gracias al DAS, el presidente Uribe estuvo bien informado sobre las andanzas de sus amigos y enemigos, controlando el país político y el judicial, pero el enemigo lo tenía dentro. Las prácticas oscuras que propició se filtraron por cuenta de funcionarios del propio DAS. Su nómina descomunal facilitó las fugas de información hasta el punto que, pese a tomarse los cuidados necesarios para continuar con las interceptaciones (a través de ex agentes), la maniobra se supo, poniendo a Uribe en graves problemas no sólo frente a un año electoral donde se juega el tercer mandato, sino ante los propios Estados Unidos, su mejor aliado, quienes reaccionaron con dureza.
Ante la falta de confiabilidad lo mejor era practicar una reingeniería de su empresa de inteligencia y lo hizo como el mejor de los gerentes. Liquida la vieja estructura y. como lo ha venido haciendo con el Estado en su conjunto, crea una nueva a su completo acomodo, es decir, que cumpla únicamente con la función que en realidad le interesa, la inteligencia, deshaciéndose de tareas que no le rinden beneficios como el servicio de escoltas o las funciones de policía judicial e incluso el servicio migratorio, aunque respecto a esto último aún hay algunas dudas.
Con una entidad más pequeña, dedicada sólo al espionaje, y con la ayuda técnica invaluable de los técnicos estadounidenses que trabajarán en las siete bases militares colombianas, el Presidente Uribe podrá seguir vigilando a amigos y enemigos, sin riesgo alguno, y de paso deja contenta a la opinión pública y al propio Estados Unidos y sus díscolos representantes demócratas, que bajarán la voz ante este ofrecimiento del DAS en bandeja de plata. Y todos tan contentos, empezando por Uribe que sigue con las mismas y con poquitos de los mismos, que es más seguro.
Jugando al contragolpe
La decisión de la Corte Suprema de Justicia de devolver la terna para elegir Fiscal General de la Nación causó grave preocupación por la presumible respuesta de Álvaro Uribe, igual de emocional que los vecinos cuando se le meten en sus predios. Pero de nuevo el presidente sorprendió con una jugada hábil y de la mayor simpleza: "ya cumplí con mi obligación, cumplan ustedes con la suya".
Con la devolución de la papa caliente, fundándose en que cumplió la ley al pie de la letra, la Corte queda ante la opinión pública como la responsable de cualquier crisis institucional que se presente si no cumple con su deber constitucional.
Pueden pasar dos cosas. El alto tribunal acepta la tesis de Uribe y elige al fiscal de la terna enviada, con lo cual queda cuestionada su seriedad y de paso fortalece al primer mandatario quien demuestra que es el verdadero poder. O nombra un fiscal interino —si Mendoza en verdad se va el próximo mes— y espera que la suerte del referendo imponga un nuevo presidente, con el cual cambie la terna, situación igualmente grave, pues al nuevo también quedaría hipotecado el nuevo fiscal. Como dice bien el dicho, con cara gano yo, con sello pierde usted.
Nos destiñeron a la negra
Callar a la senadora Piedad Córdoba no es fácil y menos tratándose de Uribe, por la urticaria que le produce, pero ante la demostración de que al primer mandatario le importan un higo los secuestrados por las FARC y con ellos los clamores por su liberación, la parlamentaria no tuvo más remedio que rendirse ante la evidencia, o reduce su protagonismo al de un simple miembro de la Comisión facilitadora, o se continúa quejándose al mono de la pila.
Piedad Córdoba optó por callarse y prometer que no habrá “espectacularidad” en la entrega. En silencio, pues, regresarán los secuestrados y, por supuesto, todos los honores, agradecimientos y réditos los cobrará Uribe que, con su propia espectacularidad, los recibirá en palacio, los declarará soldados ilustres de la patria y con ungirá con la Seguridad Democrática, la única que permitió su liberación.
Sin despejes, sin vecinos quitándole protagonismo, sin shows ajenos de por medio, sin intercambio humanitario, el presidente Uribe logró la liberación de los secuestrados, quedando Piedad Córdoba como una simple mandadera, sujeta a las veleidades presidenciales.
Tres puntos más para la reelección. La campaña por el tercer período sigue su marcha, con publicidad política pagada por todas las víctimas del uribismo.
Adenda: Difícil aventurar el destino de la ley del referendo reeleccionista en la Corte Constitucional, pero la elección de Humberto Sierra Porto como ponente es una garantía de imparcialidad que tranquiliza al país.
martes 22 de septiembre de 2009, 15:25 COT
La foto tal como está su imagen, deduce claramente tu escrito.
Sin comentarios. Ah!! cabe hacer eco de esta frase que escuché en la TV de Colombia, en una de las campañas políticas del momento: “la reelección de Álvaro Uribe es perjudicial para la salud de la democracia colombiana”.
Un abrazo!