Un médico ayuda a las víctimas a luchar contra la discriminación y a tener una vida social activa
Estancias > Hibakusha ProjectPor Mainichi Shimbun
domingo 19 de agosto de 2007 0:01 COT
(Publicado originalmente el 7 de agosto de 2007)
Shuntarō Hida (Tsuyoshi Nishimura / © Mainichi Shimbun)
"Los estadounidenses están vendiendo una gran mentira respecto de la bomba atómica. Dicen que la usaron para prevenir el incremento del número de víctimas mortales de la guerra. Todavía tratan de ocultar aquello por lo que realmente la usaron: para probar qué tanto impacto tendría".
El hibakusha de Hiroshima, doctor Shuntarō Hida, de 90 años, salpica sus conferencias con esta y similares denuncias contra los EUA. Además de tratar a los pacientes externos hibakusha en dos hospitales de la prefectura de Saitama, Hida recorre el país dando cerca de 80 conferencias al año.
Un día de mayo colapsó repentinamente.
Había notado hace algún tiempo que su estado físico estaba deteriorándose, y poco antes del colapso recortó su trabajo en el hospital de una vez a la semana a una vez cada dos semanas. Los médicos sospechaban de una enfermedad celebral. Temeroso de un segundo ataque, Hida hizo más lento su ritmo de conferencias, reduciendo sus apariciones de dos a una vez por semana. "No puedo ser ya un activista de primera línea", me dice por teléfono, con la voz temblorosa. "He alcanzado mi límite".
En persona, parece tan sano y feliz como siempre. Ha estado dando conferencias todo el verano sin pausa. El 5 de agosto, estuvo en Hiroshima para asistir a la Conferencia Mundial contra las Bombas Atómicas y de Hidrógeno, en la que ha estado activo desde su fundación en 1955.
El ritmo lento de progreso lo hace enfadar. "Doy mis conferencias y la gente me dice cuán horrible es, pero no siento un clamor popular [pidiendo] que las armas nucleares sean abolidas".
En la época del bombardeo él era médico del ejército. Vio morir gente en vano frente a sus propios ojos. Después de la guerra abrió una clínica en Tokio. Al oír que era de Hiroshima, los hibakusha de toda la región de Kantō vinieron a él. Habían sobrevivido, pero vivían el temor de que sus patrones y prometidos en matrimonio se apartaran horrorizados de ellos. Muchos mantuvieron en un profundo secreto su identidad como hibakusha.
Hida se imagina que ha examinado a alrededor de 6.000 pacientes hibakusha hasta la fecha. "Soy el único con quien pueden hablar acerca de lo que es ser un hibakusha en secreto, sobre la discriminación que enfrentan, sus circunstancias personales, sus pensamientos respecto del bombardeo. Así que no tengo nada que hacer más que continuar".
Muchos hibakusha creen que el bombardeo que vivieron les ha aislado de la sociedad. En sus conferencias Hida hace más que simplemente condenar las armas nucleares. Busca una comprensión más profunda hacia los hibakusha y facilitarles su camino de regreso a una vida social activa.
Por Fusajirō Takada, Mainichi Shimbun. Traducido del inglés por Julián Ortega Martínez
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