Ungenio Cascarrabias
Estancias > Katherine EscobarPor Sentido Común
mircoles 3 de octubre de 2007 22:58 COT
Rogelio Salmona 1929-2007
Finalmente se lo llevó el cáncer que le acechó durante su edad más madura. Buena parte de su obra es ampliamente conocida y la caracteriza el buen uso del noble material de los chircales. Con su influencia sobre otros arquitectos, logró que la Bogotá de hoy luzca como una ciudad donde predominan los tonos tierra del ladrillo. Detestaba la figuración y las entrevistas, pero se las hicieron todas ante la inminencia de su muerte. Una caracteristica personal que no podía escapar a quienes estuvieron cerca del artista fue su impresionante mal genio. Ya fuera para corregir el trabajo de un colaborador o para defender el edificio de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, donde prácticamente residía, de las acciones impropias del administrador o de algún vecino necio que quisiera modificar algo sin su conocimiento. D.E.P.
lunes 8 de octubre de 2007, 01:00 COT
Vamos a darle la razón con lo del ladrillo. Lamentablemente también, en sus últimas obras, le jaló mucho al concreto vaciado, material que suele tener una vejez muy triste (cfr. carrera décima) y los ladrillos ya no eran tan colorados como los de las torres. Por lo que a mí respecta, el tipo hizo las torres del parque y se dedicó a echarse un motoso largo en esos laureles, diseñando edificios que se ven del carajo en las maquetas y en las fotos aéreas de su amigo benjamín villegas, pero que realmente son incómodos para usar. Y una arquitectura que no se pueda usar, mi querido padrino…
lunes 8 de octubre de 2007, 23:40 COT
Querido ahijado:
El ladrillo no tiene por qué ser rojo y existen muchos colores más, dependiendo del tipo de arcilla u otro material del que se fabrique. En Bogotá existió uns ladrillera llamada Calicanto, que quedaba justo en frente al de usted conocido Estadero La Cita, donde se fabricaba un ladrillo de cal, que obviamente era blanco. Cuenta la leyenda que en un vuelo Bogotá-Miami, hace muchos, pero muchos años, se encontraron dos viejos amigos, y uno le fue contando al otro que había encontrado la gallina de los huevos de oro, pues le habían ofrecido en venta la pequeña fábrica Calicanto en N cantidad de pesos, una ganga, y que la semana entrante estaría firmando el contrato de compra-venta. No bien hubo aterrizado el avión, el atento interlocutor del emocionado negociante tomo el siguiente vuelo de regreso a Bogotá y sin descanso se dirigió directamente a las oficinas de Calicanto, sacó un cheque por un valor ligeramente mayor al referido por su amigo y se hizo a la fábrica, la cual explotó por muchos años y sus blancos ladrillos se utilizaron en la construcción de muchas residencias, principalmente en el elegante sector del Chicó. El nuevo propietario era un ingeniero civil, dueño de una firma conocida como O.L.C.S.A., y quien años más tarde se convertiría en el zar de los bancos, para mayores señas, hermano del comerciante Luís M. Sarmiento, pionero de los créditos para compra de ropa en la bogotá de los 50″s, y propietario del almacén que llevaba su nombre y de Mireya Fashion. Me reservo la identidad del frustrado comprador, pues hace parte del sumario. Bueno ahijado, le he referido algo que no tiene que ver directmete con su comentario, pero me hacía ilusión echarle algún cuentico para entretenerlo. Chaus.
martes 9 de octubre de 2007, 09:04 COT
Salmona pudo equivocarse. Milagroso hubiera sido que no. Y no era un santo ni pretendió serlo. Cuenta un testigo de la inaguración de la casa García Márquez en Cartagena, obra precisamente de Salmona, que la mujer de GGM estaba furiosa con el arquitecto porque había metido la cocina en un rincón, sin importancia nunguna.
Ahora, es posible que en algunos edificios de Salmona se haya sacrificado un poco la funcionalidad en favor de lo bello. Pero no tanto como para que se volvieran incómodos o inservibles. Varias generaciones de arquitectos en Bogotá pudieron enterarse de que con los mismos presupuestos es posible diseñar una arquitectura que vaya más allá de lo meramente útil.
Salmona le dio un nuevo sentido y espacio al ladrillo, al agua, a los lugares abiertos, a las plazuelas y a las líneas curvas. Pueden ahí estar sus valores.
viernes 24 de agosto de 2012, 11:58 COT
me gustaria si la fabricda de ladrillos calicanto todavia existe y en donde quedan las oficinas nececito esta informacion y agradesco su atencion