Tres preguntas sobre la parapolítica
Estancias > Primera planaPor Camilo Galán
mircoles 28 de febrero de 2007 13:32 COT
¿Qué es la parapolítica?
El escándalo de la parapolítica, la crisis parapolítica o simplemente la parapolítica (en el exterior comienza a conocerse como el Paragate) hace referencia al destape de los nexos entre la clase política y los grupos paramilitares en Colombia. El uso de las expresiones “crisis”, “proceso” o “escándalo” tienden a adjetivar la sustancia del problema, dependiendo de que el énfasis se quiera poner en su aspecto político, histórico o mediático. Los partidarios del gobierno, por ejemplo, no aceptan que estemos frente a una crisis política y prefieren decir que se trata de un proceso. Sin embargo, puede decirse que es una crisis en el sentido de que se trata evidentemente de una situación dificultosa y complicada, no solo para los individuos involucrados, sino fundamentalmente para el normal funcionamiento de las instituciones.
¿Cuáles son los antecedentes?
En mayo de 2006 la dirigente del Polo Democrático Alternativo Clara López Obregón pidió a la Corte Suprema de Justicia que investigara las afirmaciones de los comandantes paramilitares desmovilizados, según las cuales al menos el 35% del Congreso colombiano está conformado por amigos del paramilitarismo.
Como resultado de la investigación que inició la Corte, el 9 de noviembre de 2006 ordenó la detención de los senadores Álvaro García y Jairo Merlano, y del representante Erick Julio Morris, por presuntos vínculos con esos grupos.
Casi una semana después, el 15 de noviembre, el ex presidente César Gaviria sienta su posición ante los medios de comunicación sobre la decisión de la Corte, en términos muy fuertes con respecto al gobierno:
Hay que hacer un enorme esfuerzo para apoyar y rodear esta situación, para que vayamos al fondo, para que descubramos la verdad de lo que ha pasado en la sociedad colombiana y para que reaccionemos colectivamente frente a lo que está ocurriendo. (…) los problemas no solo están en el Congreso, hay muchos otros sectores de la sociedad colombiana, pero la presencia de dirigentes políticos en esto también significa que muchas personas elegidas en el ejecutivo son beneficiarias en esa votación y de ese apoyo político. (…) El Presidente tuvo una actitud pasiva a lo largo de toda la campaña con relación a estos temas y yo diría que ha sido un poco pasivo todo el tiempo, pero todavía esta a tiempo de asumir una posición más decidida para enfrentar estos problemas.
Más tarde se sabría que ese mismo día la Canciller se había reunido con el Fiscal General de la Nación para averiguar si existían investigaciones contra de su hermano, el senador Álvaro Araújo, o contra otros miembros de su familia. También se sabría que a dicha reunión asistió el propio senador. Dos días después el senador Araújo reconocería que estuvo en una “parranda vallenata” con Jorge 40, antes de su desmovilización.
El 17 de noviembre el presidente sienta su posición frente a la incipiente crisis. Los elementos centrales de la estrategia que orientará las acciones del gobierno sobre este tema hasta el día de hoy, son los siguientes:
- La responsabilidad penal es individual.
- La verdad que el país comienza a conocer es el resultado de la política de seguridad democrática y la desmovilización paramilitar.
- El país necesita conocer también la verdad sobre vínculos de la clase política con la guerrilla.
- Hay que respaldar la verdad judicial y política, para los hechos pasados y presentes, tanto del paramilitarismo como de la guerrilla.
Cuatro días después un grupo de congresistas amigos del gobierno se reúne en el palacio presidencial para analizar la situación. Durante la reunión el senador Araújo vaticina: “Si vienen por mí, significa que también vienen por la Canciller (su hermana), el Procurador y el Presidente”.
Dos días después, el 23 de noviembre, los jefes paramilitares desmovilizados y recluidos en La Ceja proponen que sus patrocinadores políticos y empresariales digan la verdad y que se conforme una comisión civil de la verdad. Ese mismo día, el presidente vuelve a pedirles a los dirigentes políticos, congresistas y demás personas que sepan de las actividades de los paramilitares, que le cuenten al país todo lo que sepan. Pero además añadió:
Para que la verdad sea completica que nos cuenten todo lo que pasó con el M-19, que nos cuenten las alianzas de sectores de la política con las FARC y el ELN, ya que allí hay un sesgo.
El 26 de noviembre en una entrevista ofrecida a El Tiempo, el senador de Colombia Democrática, Miguel de la Espriella, le informa al país que en el año 2001 40 senadores firmaron un acuerdo con los paramilitares en Santa Fe de Ralito, Córdoba.
Como primera reacción a las declaraciones de De la Espriella, el vocero del Polo Democrático, el senador Gustavo Petro, pide la renuncia de los congresistas y los miembros del gobierno y de la fuerza pública que tuvieron que ver con la infiltración de las autodefensas.
Al mismo tiempo, corre el rumor de que en el Congreso se discute informalmente la posibilidad de expedir una ley de punto final.
Al día siguiente, la Corte llama a indagatoria a los senadores Álvaro Araújo, Dieb Maloof, Luis Eduardo Vives y Mauricio Pimiento; y a los representantes Jorge Luis Caballero y Alfonso Campo Escobar, también por nexos con los grupos paramilitares
El 29 de noviembre se realiza un debate en el Congreso sobre los presuntos nexos de la familia de la canciller María Consuelo Araújo con los grupos paramilitares. Cecilia López Montaño y Jorge Robledo piden la renuncia de la ministra, a quien acusan de tráfico de influencias en beneficio familiar [Ver una cronología más detallada].
Esa misma mañana el presidente Uribe había acusado a la senadora Piedad Córdoba, quien también participaría en el debate, de vínculos con el ELN y las FARC. Durante el día los empresarios, representados en el Consejo Nacional Gremial, habían exigido que se le diga a los colombianos toda la verdad sobre el escándalo parapolítico: "Toque a quien toque, incluyendo al sector privado, el país debe conocer la verdad de esos hechos".
El 15 de febrero de 2007 la Corte ordena la captura de Araújo, Pimiento, Maloof, Vives, Campo y Caballero. Todos ellos ya se encuentran detenidos con excepción del último, quien se encuentra prófugo en España.
Aunque no forma parte de la misma investigación, pero sí del mismo tema, el 23 de febrero fue detenido el ex director del DAS Jorge Noguera, también por supuestos vínculos con grupos paramilitares. Noguera había sido directivo de la campaña uribista del 2001 en la Costa y su hombre de confianza en materia de inteligencia. Pocos días antes, el 20 de febrero, había renunciado la canciller María Consuelo Araújo como resultado de la detención de su hermano.
Digamos que estos son los antecedentes inmediatos, pero por supuesto hay otros de carácter estructural que sobrepasan los alcances de este artículo. Uno de mucho peso, tiene que ver con los vínculos entre narcotráfico y paramilitarismo.
¿Es cierto que el destape es un resultado de la política de seguridad democrática?
En honor a la verdad, a quienes puede atribuirse el destape parapolítico es a los medios de comunicación, a los partidos de oposición y a la propia Corte Suprema de Justicia.
Recordemos que las denuncias sobre fraude electoral en las elecciones de 2001 en la Costa promovidas por los paramilitares nunca salieron de las fiscalías regionales. Las denuncias de la revista Semana sobre la infiltración paramilitar en el DAS, de abril de 2001, tuvieron como respuesta una reacción grosera y agresiva del Presidente de la República. El anuncio de un debate en el Congreso sobre el paramilitarismo en Antioquia produjo como resultado que el propio presidente llamase al senador citante “terrorista vestido de civil”. Entonces, cuando el presidente le atribuye a su política de seguridad la responsabilidad del destape de los nexos parapolíticos no está siendo preciso.
Por otra parte, el hecho de que los ex comandantes paramilitares se encuentren detenidos facilita la acción de la justicia y algunos de ellos, al parecer, han contribuido a aclarar los vínculos con la clase política. Tal sería el caso de la autoconfesión del senador de la Espriella, del 26 de noviembre, que habría sido producto de la presión de Salvatore Mancuso.
Hasta octubre de 2006 el debate público en relación con el sometimiento a la justicia de los jefes paramilitares estuvo centrado, por una parte, en la inminente aplicación de la Ley de Justicia y Paz y, en segundo término, en lo que se ha conocido como el “conejo paramilitar” o las verdades a medias. El debate sobre “la verdad” estaba circunscrito a que los paramilitares confesaran sus delitos (masacres, desplazamientos, desapariciones), en medio de una profunda crisis del proceso con los paramilitares que había obligado al gobierno a recluir a sus jefes en La Ceja, primero, y después en la cárcel de Itagüí.
A partir del 9 de noviembre, con la decisión de la Corte, las miradas del país se volcaron hacia la parapolítica. En realidad el gobierno “quedó fuera de base”, como se evidencia en el hecho de que el presidente Álvaro Uribe ¡sólo se pronunció públicamente sobre este tema 8 días después, el 17 de noviembre! (estuvo dos días en los Estados Unidos y un día en El Salvador). Ese es un discurso que debe leerse porque allí se fija la estrategia del gobierno, a la que se ha mantenido fiel hasta el día de hoy.
La parapolítica ha llevado a la cárcel hasta la fecha a seis congresistas y a un ex director del DAS, pero las investigaciones apenas están comenzando y se cree que en el Congreso puede arrastrar aproximadamente a veinte de sus miembros, además de un número indeterminado de políticos y funcionarios en el nivel departamental y municipal. La crisis también forzó la salida de su cargo de la Ministra de Relaciones Exteriores. El tema ya está en el radar de la comunidad internacional. En este momento es imposible saber hasta donde llegará la crisis, pero lo que sí alcanza a vislumbrase es que se trata de un fenómeno de proporciones históricas.
mircoles 28 de febrero de 2007, 21:25 COT
Parece que hace falta una pregunta: El señor presidente de la Republica Alvaro Uribe Velez está también involucrado? La respuesta es obvia. Solo falta ver los archivos de todos los ex-presidentes de Colombia que han salido involucrados en torcidas. NO. Como el señor Samper el no sabía que los que se unieron a su campaña trabajaban para los paracos. Claro que eso no es seguro que sea cierto. Si eso resultase cierto el señor presidente saldría muy mal librado. Lo que puedo vaticinar es que como el proceso 8.000 aquí no ha pasado nada y calabaza, calabaza cada uno para su casa.
Póngale la firma.
mircoles 28 de febrero de 2007, 22:02 COT
[…] y omnipresente y se halla en curso una importante investigación judicial por vínculos de los políticos con los […]
mircoles 28 de febrero de 2007, 23:43 COT
, tuvieron como respuesta una reacción grosera y agresiva del Presidente de la República. El anuncio de un debate en el Congreso sobre el paramilitarismo en Antioquia produjo como resultado que el propio presidente llamase al senador citante “terrorista vestido de civil”. Entonces, cuando el presidente le atribuye a su política de seguridad la responsabilidad del destape de los nexos parapolíticos no está siendo preciso.
¿Por qué no dice que el senador Gustavo Petro, acusó sin pruebas al hermano del presidente?
Tal sería el caso de la autoconfesión del senador de la Espriella, del 26 de noviembre, que habría sido producto de la presión de Salvatore Mancuso.
Por ese habría los periodistas han matado muchas personas.
¿Es cierto que el destape es un resultado de la política de seguridad democrática? Bajo la seguridad democrática, se incautó el computador de Jorge 40 ¿no? ¿Miento? ¿soy un mentiroso?
El documento de Ralito bajo que se conoció? ¿el polo aporto el documento? ¿los medios de comunicación lo aportaron? R/ No Fue Mancuso (asesino, sabandija) quien lo aportó bajo la ley de justicia y paz y está ley hace parte fundamental de la seguridad democrática.
Lo único que buscan es enlodar este gobierno, para hacer quedar mal a 7 millones de `parauribistas´ y para que las farc se beneficien y vuelva a secuestrar y matar. Porque ese para ser hasta hora el único motivo de los apátridas. Sólo con el ánimo de gobernar bajo un régimen solapadamente fariano.
jueves 1 de marzo de 2007, 13:58 COT
Camilo Andrés:
1. El Presidente Uribe tiene una estrategia de deslegitimación de la oposición (particularmente del Polo) desde antes de que estallara el escándalo de la parapolítica en noviembre de 2006. Y antes de que se posesionara el presidente ya había sido acusado de paramilitar por algunos sectores de la izquierda (se acuerda de la adivinanza del huevo y la gallina?)
2. El proceso judicial de la parapolítica se inició en mayo de 2006 con la denuncia que hizo Clara López ante la Corte Suprema de Justicia, con base en informes periodísticos y declaraciones de los mismos comandantes paramilitares (“el 35% del Congreso es amigo nuestro”). Las pruebas las han aportado los organismos que tienen funciones de policía judicial.
3. El documento de Ralito se destapó por la declaración del senador Miguel de la Espriella, a instancias de un llamado simultáneo del presidente y de un comandante de las AUC. Posteriormente Mancuso lo aportó a la justicia. Él se encuentra detenido como consecuencia de su sometimiento a la Ley de Justicia y Paz, expedida por el Congreso en el contexto de la negociación gobierno-paramilitares, y redimensionada posteriormente por la Corte Suprema de Justicia.
4. El propósito de la “crisis parapolítica” es purgar la política colombiana de la penetración paramilitar. No creo que la Corte esté buscando beneficiar a las Farc o enlodar al gobierno, quien por lo demás ha manifetado su apoyo a la justicia. Lo que sucede es que en el río revuelto de la política todo el mundo está buscando sacar su ganancia, en términos de mejorar su posición para conseguir, conservar o aumentar su poder.
El trámite de la crisis por canales institucionales es algo que le sirve fundamentalmente al país y a su democracia.
Camilo Andrés, no se deje confundir por todo el ruido que hay en esto, especialmente el de las “barras bravas” de la política y la polarización que hay.
jueves 1 de marzo de 2007, 23:38 COT
[…] the parapolitical scandal, I should recommend this excellent article published on equinoXio magazine. It explains it with three questions with their answers: […]
mircoles 14 de marzo de 2007, 19:10 COT
No se le entiende algo. Niega el crédito del presidente en cuanto a quién destapó la olla, pero admite que gracias a que los líderes de las AUC están presos y sometiéndose a la justicia, bajo unos parámetros de beneficios procesales, es que se está sabiendo todo.
¿Y no están presos precisamente porque Uribe los convenció de someterse a la ley de justicia y paz? ¿No es gracias a esa iniciativa de Uribe que ellos empezaron a confesar?
Esa es precisamente la razón que se le atribuye al presidente, y usted la niega de tajo. Eso no tiene sentido.
viernes 16 de marzo de 2007, 11:23 COT
Diegoth,en primer lugar gracias por su respetuoso comentario. Mi respuesta es muy simple: en este tema, como en muchos otros de naturaleza política, la realidad no es de color blanco o negro.
Como intuyo que le molesta que no le reconozca méritos al presidente en este caso,puedo mencionarle tres:
1. La Corte ha actuado sin interferencias (al menos visibles) del Ejecutivo.
2. El gobierno le ha dado a la Corte las herramientas necesarias para adelantar las invesigaciones.
3. El Presidente ha alentado a los paramilitaresa a que digan “la verdad”.
Saludos.
martes 27 de marzo de 2007, 23:23 COT
EN DIAS PASADO ENCONTRE UN COMENTARIO DONDE DECIAN QUE EL POLO SE ESTA DESHIELANDO, YO CREO QUE TIENE QUE DESHIELARSE PARA QUE ESA AGUA QUE VIENE DE ARRIBA LIMPIE DIFINITAMENTE ESTE PAIS.
jueves 29 de marzo de 2007, 12:17 COT
Las jugaretas que pueda tener el gobierno y la oposicion son simplemente los hilos de un juego en el que si es verdad lo que se dice o no es dificilmente comprobable en una guerra todo se vale y si el presidente realmente tiene o tubo fuertes nexos con paramilitares por lo menos por ahora sera dificil comprovarlo un presidente tiene mucho poder y los medios estan de su lado
jueves 19 de abril de 2007, 23:28 COT
[…] judicialización era gracias a la política de seguridad democrática (argumento ya esgrimido antes). Fin de la […]
jueves 12 de julio de 2007, 12:38 COT
la verdad no hay nada mas claro y es que alvaro uribe velez es un personaje de la parapolitica puesto que todo lo demuestra
domingo 15 de julio de 2007, 22:19 COT
En un pais donde la mayoria de compatriotas no saben ni donde estan parados, para ser presidente de la republica implica valerse de lo que sea, menos convencer con sus propuestas, que entre otras cosas pueden ser muy buenas, eso le incluyo a uribe valerse de los paras para adquirir votos.
Si uno recibe favores de antisociales se ve obligado a ayudarlos, porque ellos pueden encender su cola de paja. La tal seguridad democratica es un pretexto de los E.U. para sangrar al pais y de uribe para vengarse de los que mataron a su padre, entre otras cosas.
Con la seguridad democratica se vio obligado a pactar con los paras, pero no porque el quisiera, sino por la presion internacional, la revista semana y los partidos de oposición lo obligaron a tomar ese camino muy espinoso para él por estar involucrado. Uribe tiene amenazados a los paras, extradiatos si no se portan bien. ¿y que significa eso? No me involucren. No se nos olvide que Uribe es especialista en politica. ¿y que significa eso? pues como dijo su aliado Bush !uribe es un duro¡ y eso en terminos llanos significa, astuto, sin escrupulos, falso, mentiroso, capaz de hacer lo que sea por salir bien. ¿Acaso Pablo Escobar no fue tambien un duro?
domingo 24 de agosto de 2008, 08:10 COT
No solo son los grupos alzados en armas, o parapoliticos, o guerrilleros, las personas como Pietro, la Piedad Cordaba, algunos miembros del Polo Democrático, son roedores que como las ratas, destruyen, roen, infectan y se meten en las ratoneras.