Toda una vida nadando contra la marea nuclear
Estancias > Hibakusha ProjectPor Mainichi Shimbun
jueves 22 de noviembre de 2007 0:11 COT
(Publicado originalmente el 7 de noviembre de 2007 en japonés y el 12 de noviembre de 2007 en inglés)
Sakue Shimohira habla en la Escuela Primaria Shiroyama de Nagasaki el 23 de octubre (Minoru Kanazawa / © Mainichi Shimbun)
"Tuve un encuentro maravilloso", dijo con alegría Sakue Shimohira.
Era mitad de octubre y de repente el otoño estaba en el aire. Shimohira, de 72 años, y este servidor asistimos a la misma escuela, la Primaria Shiroyama de Nagasaki. Conversábamos en el patio de la escuela cuando, mirando hacia el cielo otoñal, ella comenzó a hablar de su "encuentro".
"Él había oído una de mis charlas en Nagasaki cuando estaba en la secundaria. Ahora es director de un colegio de Osaka y trajo a sus estudiantes para el viaje escolar. ‘Quería que oyeran de usted en persona’, me dijo, ‘cuán estúpida es la guerra’. Eso me hizo muy feliz".
Últimamente Shimohira ha tenido poco de qué regocijarse. Cada vez que la veo parece un poco más cansada. "Por décadas", dijo, "he estado dando charlas sobre la bomba atómica. Mientras tanto la situación respecto de las armas nucleares sólo parece empeorar. Para los que dedicamos nuestras vidas a hablar de nuestras experiencias como hibakusha, es como nadar infinitamente en un océano negro, sin tierra a la vista, sin llegar a ninguna parte, agotados, a punto de ahogarnos y morir. Da rabia y nadie responde".
También ha sido objeto de acoso. Cuando el entonces ministro de Defensa Fumio Kyūma hizo el verano pasado su famoso comentario acerca de lo "inevitables" que fueron los bombardeos de Hiroshima y de Nagasaki, Shimohira le dijo a una televisora local que la posición del ministro era "imperdonable". Durante los dos meses siguientes, el teléfono de su casa timbraba todas las noches a eso de las 12. "Kyūma tiene la razón. La equivocada es usted". La voz era la de un hombre mayor. "Me gusta pensar que no fue alguien de Nagasaki", dijo Shimohira. "De cualquier forma, eso me agobiaba, física y mentalmente".
Por encima de ello, su estado físico se deteriora. "Me estaban dando dolores en las piernas y en la parte baja de la espalda. Fui al médico, me dijo que tenía una hernia discal y que tenían que operarme. Pero me han operado tantas veces, me han abierto tantas veces. ¡Ya no aguanto una operación más!"
Permanecer de pie es difícil para ella. Lo mismo sentarse. Cualquier cosa que haga le produce dolor. Así que el placer que obtuvo de su "encuentro" en realidad la conmovió.
"Ver de nuevo a ese director de colegio", me dijo, "me hizo sentir como si hubiera visto tierra. Pude ver la luz de la ciudad en la orilla. Así que seguiré adelante".
Mientras el faro esté a la vista, ella no va a rendirse.
Shimohira nació en 1935 en China. Criada en Nagasaki desde los 5 años, a los 10 perdió a su madre y a otros miembros de su familia en un refugio antiaéreo, a 800 metros del epicentro de la explosión.
Por Kazuki Kuraoka, Mainichi Shimbun. Traducido del inglés, con apoyo en la versión en japonés, por Julián Ortega Martínez
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