Tibet: historia de una represión (3a. parte)
Estancias > Primera planaPor Javier Akerman
domingo 23 de marzo de 2008 16:02 COT
Javier Akerman es español (Vigo – Galicia), psicólogo, especializado en terapias de conducta en la Universidad de Comillas y posteriormente en Psicoanálisis. También estudió Terapias Naturales con una especialidad en la Universidad de Cádiz y ha sido profesor en el Master de Medicina Natural de la Universidad de Santiago de Compostela. Profesa el budismo tibetano. A partir de la fecha se integra al equipo de equinoXio como columnista.
¿Qué hacer ante la brutal represión china?
Los últimos acontecimientos que se están viviendo en Tíbet son una llamada urgente a la solidaridad internacional hacia este pueblo. China, con su poderoso aparato de “filtro y censura informativa”, hace llegar al resto del mundo la información que solamente le interesa dar a conocer, distorsionando la realidad que se vive en esa región.
La hipocresía política de Occidente queda bien reflejada en la sumisión de los diversos gobiernos al gigante chino. Los intereses comerciales y demás convenios económicos firmados entre China y las naciones más poderosas del mundo son motivo más que suficiente para hacer “la vista gorda” ante semejante atropello. Por no hablar de su poderío militar.
Tíbet no es Kuwait y carece de interés para la mayor parte de los gobiernos internacionales, que ceden al chantaje chino y ni siquiera se atreven a dar recepción oficial al máximo representante del Gobierno Tibetano en el Exilio, el Dalai Lama. Como mucho “maquillan de falso humanitarismo” determinadas condecoraciones y actos honoríficos que se quedan después sin actuaciones reales en defensa de este pueblo oprimido. Tíbet no puede, por sí solo, sacudirse el yugo de China.
Se podrá argumentar que los monjes budistas no deberían hacer uso de actos que inciten a la violencia, pero habría que vivir allí, lejos de la comodidad de nuestros salones, para poder juzgar este acto de protesta que los tibetanos tratan de hacer llegar a todo el mundo.
A mi juicio, el Dalai Lama no debe dimitir para evitar que el conflicto alcance cotas mayores y por esa causa se incremente la brutal represión sobre el pueblo tibetano. Difícil papel el de este hombre, que además no es reconocido como interlocutor válido ante las autoridades chinas.
El dramático giro del Dalai Lama implicaría renunciar al liderazgo temporal establecido por Ngawang Gyatso y a la independencia del Tíbet, centrando los esfuerzos por preservar la pureza de una cultura milenaria, actualmente sometida a un proceso de aniquilación y destrucción implacable.
Represión en Lhasa (Tíbet) – Foto de Javier Akerman
Dar a conocer el resto del mundo esa aniquilación cultural ha sido el principal motivo de esta protesta que en estos días fue brutalmente sofocada en Lhasa.
No podemos dar la espalda al Tíbet. Como budista pero ante todo como ser humano siento en mis propias carnes el dolor de este pueblo. He estado en esa legendaria tierra y he convivido con sus gentes. He conocido su cultura y he sido instruido por Lamas y Monjes tibetanos en el que es un profundo camino de liberación espiritual: el Budismo Tibetano.
No me sentí extranjero en otra tierra, pues fui acogido con absoluta tolerancia y calor fraternal no solo por los monjes sino por toda su gente. En Nepal entablé una entrañable relación con monjes tibetanos que viven en este país ante la imposibilidad de hacerlo en su tierra natal. Ellos son los depositarios de ese enorme acervo cultural que ha intentado ser destruido por las autoridades chinas.
Mi más emotivo recuerdo a mi Maestro Raíz Luding Khenchen Rinpoché, al Venerable Lama Appey Rinpoché, a mi instructor de meditación Khenpo, al monje (que ya habla un poquito de español y de gallego) Tzering (Chering), a Rinchen Gyaltsen, monje budista de raíces españolas, a Tanita y Belén, intérpretes en la Academia Budista de Katmandú y mujeres de una sabiduría tan grande como sus corazones, a Vicente Latre, un catalán universal, budista y maestro de Reiki, que en España desarrolla una magnífica labor a favor del Budismo Tibetano… en fin, a todos los seres humanos maravillosos que se han quedado en esas tierras lejanas en el espacio pero tan cercanas en el corazón. Su maravilloso legado de paz y tolerancia deberían ser el estímulo que abra la conciencia del mundo hacia este pueblo que quiere dirigir por si mismo su propio destino.
Entregas anteriores: 1a. parte: El Tíbet hasta 1950 – 2a. parte: La historia de Tíbet desde la invasión china
lunes 24 de marzo de 2008, 16:32 COT
Javier, gracias por compartir ante todo una vivencia personal y espiritual que has hecho con el Tibet. Espero como muchos alrededor del mundo, que esta situación de conflicto se solucione de la mejor forma.
Ah, y por supuesto bienvenido a equinoXio :).
lunes 24 de marzo de 2008, 16:47 COT
Estimado Germán:
Muchas gracias.Tengo una fuerte esperanza en que este conflicto se resuelva sin sangre ni violencia.
Un cordial saludo.
Javier Akerman
viernes 11 de abril de 2008, 05:30 COT
Yo también me sumo a la lucha por los derechos humanos en China como en el resto del mundo. Exigimos también la solución pacifica al Tibet con dialogo y sin violencia. Porque creemos que es posible.
mircoles 23 de abril de 2008, 05:02 COT
Los derechos humanos en China son mejores que en Colombia. En China no hay masacres a punta de motosierra como las llevadas a cabo en Colombia por los paramilitares de Alvaro Uribe.
China es una paraiso comparada con la Colombia bajo la narcodictadura del partido de la U.
mircoles 23 de abril de 2008, 09:14 COT
Estimado Tequendamia:
Creo que hacer ese tipo de comparaciones es absolutamente inadmisible. China es un estado totalitario donde se sigue ajusticiando con un tiro en la nuca a los reos, donde no existe la libertad de expresión y la represión militar es feroz contra aquellos que no sigan las pautas estatales. No niego que en Colombia habría que mejorar muchas cosas, por supuesto, pero decir que China es un paraíso comparada con Colombia me es pecar de falta de objetividad.
Con mis mejores deseos.
sbado 3 de mayo de 2008, 21:40 COT
Me parece muy acertada la opinion de Javier Akerman sobre la comparaciòn de china con Colombia. Por otra parte…me sumo a la solidaridad mundial pro-tibet…..si el mundo fuese regado con la sabidurìa y las tradiciones y pràcticas budistas la tierra seria un remanso de paz. Creo que el gobierno chino està siendo supremamente injusto e inconsiente al atacar una cultura milenaria, en lugar de protegerla y promoverla…..
gracias
domingo 4 de mayo de 2008, 10:53 COT
Estimado Juan Carlos:
Esa es la clave. Promover la cultura y la paz. Del Budismo podemos aprender mucho en la sociedad occidental y el Budismo Tibetano ha aprendido mucho también de nuestra sociedad, en valores políticos y de organización social modernos y avanzados, sin renunciar a la esencia misma de las enseñanzas intemporales de Buddha.
Con mis mejores deseos de paz y solidaridad.
martes 9 de marzo de 2010, 14:40 COT
Un saludo fraternal desde Colombia a este sitio web pero sobre todo al pueblo del tibet y un grito:
TIBET LIBRE.
viernes 4 de octubre de 2013, 09:45 COT
Alto a la masacre de la bestia china seudocomunista, fuera chinos del tibet …