Reparación
Crónicas Utópicas > EstanciasPor Daniel Ramos
martes 23 de mayo de 2006 7:45 COT
Alias Ernesto Báez está profundamente indignado: Ahora nos tocará entregar los zapatos, los yines que tenemos puestos, gracias a la forma tan machetera como la Corte resolvió el tema de la reparación (fuente). La mala noticia es que ni entregando todo lo que tienen es suficiente para reparar el daño que han causado. Como lo dijo Antanas en equinoXio, ni siquiera el Estado tiene recursos suficientes para hacerlo. Démonos una idea de la magnitud del daño: el año pasado, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano por la masacre de Mapiripán (49 personas asesinadas por los paramilitares en julio de 1997).
El fallo de la CIDH obliga al Estado a pagar entre US$100.000 y US$350.000 a los familiares de las víctimas (el costo total estimado de esta condena es de 6 millones de dólares). En otras palabras, si la CIDH fallase el resto de los casos pendientes, el Estado colombiano tendría que declararse en bancarrota: se necesita un supercomputador para calcular los costos causados por el monstruo de múltiples cabezas creado por nuestro doctor Frankenstein (las víctimas de todas las masacres que van desde las Alvaro Uribe Convivir hasta las Autodefensas Unidas de Colombia), sin mencionar el daño a los entre 2 y 3 millones de desplazados en la última década. Pero el señor Báez sigue preocupado por sus yines. Ni por un segundo se le pasan por la cabeza las imágenes de cientos de miles de familias que tuvieron que salir con menos aterrorizadas por su boleteo inhumano.
Como en general la prensa colombiana: la pregunta que flota en el ambiente es si los paras van a seguir con el proceso o van a regresar al combate después del fallo de la Corte. Pero por ninguna parte se habla de empezar en forma una política de reparación a las víctimas de los paras y del conflicto en general. La verdad, la preocupación administrativa de Antanas (los recursos no alcanzan) es decepcionante para un candidato que quiere fortalecer el tejido social entre los colombianos: debería ser precisamente una tarea colectiva darle la mano al 8% de la población afectada directamente por el conflicto. Por simple solidaridad humana esto debería tener más prioridad que estar buscando financiación para darles un sueldo mensual a los paras desmovilizados. Pero tanto nuestro doctor Frankenstein como su asistente, el doctor Restrepo, han logrado que estemos más pendientes de la desmovilización del monstruo que de las víctimas: Es que no hay recursos para reparar el daño y cómo vamos a dejar a los paras en la calle, tampoco.
Por eso, el fallo de la Corte Constitucional es la crónica utópica de la semana en Colombia. Finalmente una voz institucional que nos recuerda la magnitud del daño, la existencia de víctimas, que restaura la dignidad de la justicia y nos dice que la paz sí, pero no a cualquier precio. En el juego de asociación libre de ideas propuesto por equinoXio a Antanas, cuando se le preguntó por Salvatore Mancuso, respondió:
Autor de crímenes de guerra y de lesa humanidad y una clara ilustración de que alguien puede tener fines nobles pero utilizar métodos absolutamente inaceptables.
¿Quizás alguien podría recordarle la magnitud del daño al señor Báez a ver si por un instante deja de angustiarse por sus yines?
martes 23 de mayo de 2006, 08:31 COT
Señor cronista utópico Daniel:
Nos acaba de llegar su entrada vía el canal RSS habilitado que tenemos de manera permanente en la sede de nuestra cumbre. Lo hemos evaluado y tiene usted toda la razón: asumimos nuestra responsabilidad, nos acogemos al fallo de la Corte Constitucional y vamos a entregar todos nuestros bienes, si bien son insuficientes para el tamaño del daño que hemos causado, y pediremos al presidente que en lugar de cárcel nos permita iniciar jornadas de trabajo social para resarcir a las desplazados y ayudarles a reinsertarse a la sociedad.
Cordial saludo,
Ernesto Báez
martes 23 de mayo de 2006, 08:33 COT
P.d. El comentario de Ernesto Báez no es auténtico: es el cierre de la crónica utópica.
martes 23 de mayo de 2006, 09:04 COT
Es un bonito sueño el comentario apócrifo de Báez… Lástima que haya que regresar a la realidad
Un recurso literario interesante eso de que un comentario sea parte del texto sin serlo. NO lo había visto en nigún lado antes
martes 23 de mayo de 2006, 09:29 COT
Tiene razón Mauricio: la crónica utópica en realidad es el comentario de Báez 😉
mircoles 24 de mayo de 2006, 00:03 COT
El tema es complejo y las cosas van tomando un rumbo cada día peor. Personalmente me siento hastiado de tanta violencia y pensamiento salvaje que encontramos en los amigos de la Seguridad Democrática. Alguno de ellos acaba de hacer sus necesidades por ahí en mis blogs, seguramente porque acostumbra hacerlo en la sala de su casa como algo natural. La verdad, me da asco ver todo esto. Vivan la libertad y el orden por otros cuatro años (o quizás más).
mircoles 24 de mayo de 2006, 00:17 COT
Me van a decir paramilitar y sanguinario, pero eso no me importa porque lo que les voy a decir es duro pero cierto. Cierren los ojos y oídos si no les gustará ver y oírlo. Las CONVIVIR nunca fueron marca “Álvaro Uribe” nada más, aunque sí fue él uno de sus más distinguidos defensores, pero ni de lejos estuvieron bajo su control real y personal. Decir eso es absurdo. Aquí da miedo meterse a fondo al tema, porque es un tema que sólo tocan para criticar a Uribe y para nada más, para hacer listas de abusos y ya, pero las CONVIVIR no fueron mala idea, sino mala implementación. La implentación que había que utilizar debía ser mucho más fiel a la Peruana, donde sí dieron resultado las rondas campesinas y se logro la PAZ. Si no lo quieren aceptar, allá ustedes y sus ideas “libertarias” que nos han mantenido en guerra 40 años. Una vez en PAZ, como he dicho, pueden juzgar y condenar a quien quieran, reparar a quien quieran, revelar lo que quieran, con toda la razón. Pero antes, será ínútil, pues la guerra es un círculo vicioso de nunca acabar. Hay que romperlo, y para hacerlo se necesita la fuerza que nunca ha habido antes en Colombia.
Y lo último que diré es que tiene más prioridad inmediata impedir que los desmovilizados vuelvan todos a la guerra, en lugar de sólo una parte como ha sido el caso hasta ahora, porque mientras menos paras reincidan habrá menos víctimas y menos reclamos a futuro. Dejar en un tercer plano a los paracos cuando la guerra no ha terminado es simplemente masoquismo, porque ellos volverán todos al monte y no habría ni chance de sostener ninguna reparación a las víctimas. Una buena reinserción es la mejor garantía que tienen las víctimas, no al contrario.
mircoles 24 de mayo de 2006, 06:02 COT
Tranquilo Juan Roa, en equinoXio puede expresar sus ideas libremente (si bien tenemos un código de conducta). No en vano utilizamos la figura del doctor Frankenstein para referirnos a Uribe (gobernador de Antioquia cuando estaban en pleno ejercicio) y todos aquellos que las apoyaron en su momento: ¿en qué terminaron? ¿se puede decir que fue un experimento exitoso? Varios líderes antioqueños estaban de acuerdo con que era una purga dolorosa pero necesaria. La estadística es que en caso de reparación, 60% de los desplazados deberían regresar a Antioquia, ¿qué tal ese dato? El costo de sus acciones es enorme como también el sufrimiento de las víctimas.
Estamos de acuerdo en la necesidad de que el Estado logre el monopolio de la violencia, pero la experiencia paramilitar nos demuestra que el cómo hacerlo no puede ser combinando todas las formas de lucha. Además, según el análisis de Marsares, los paras no tienen mucho que temer en materia de reparación: la sentencia de la Corte no es retroactiva, ¿cómo le parece la buena noticia?
mircoles 24 de mayo de 2006, 13:41 COT
Le respondo con lo mismo: vea el caso peruano. Allí las rondas campesinas fueron buena parte de la solución al alzamiento de Sendero Luminoso. El problema ha sido que el estado aquí nunca ha querido invertir lo suficiente en ese tipo de programas, sino que simplemente se les ha dejado la iniciativa a terratenientes, narcos, políticos locales y militares individuales, en vez de llevar directamente la batuta del tema. El estado debería haber creado directamente los grupos y así podría mantener cierto control real sobre los mismos, no delegar o tolerar su formación por otros que fue lo que dió pie a mayores abusos. Y sobre lo último, ya le respondí al análisis de Marsares. No me parece que su interpretación sea la única posible. Además, no, no me parecería buena noticia, a pesar de todo lo dicho yo no me opongo a esos procesos, sólo creo que nunca serán suficientes antes de que llegue la PAZ, en medio de la guerra.
mircoles 24 de mayo de 2006, 14:39 COT
Señores y con mucho respeto.Muchos no conocemos nuestra patria libre de esas condiciones nefastasas vinieren de donde vinieren.
La grandeza de un hombre esta en reconocer y responder y no de creer en un juego de palabras.
Las nuevas generaciones tambien sienten y viven los mismo sucesos y ahora se multiplican por la venta de los medios de comunicacion.
Porque no damos soluciones para el presente y apagamos los fuegos del pasado….????
mircoles 24 de mayo de 2006, 16:03 COT
Perdon y olvido, aplacar el fuego, mirar para otro lado, todo eso aunque sea un gran sacrificio se deberia poder hacer si garantizara que estariamos en paz. Sin embargo, hay ejemplos en los que ya sabemos qeu eso no sucede, que un perdon sin reparacion no da buenos frutos y la herida sigue (Chile).
De otro lado no toda reparacion es economica (importante y muchas veces necesaria para las vicitimas, pero…), quiza es mas importante la dignidad y el reconocimiento de ser victimas de una violencia innecesaria, quiza ese sea el verdadero primer paso hacia adelante, y es algo que en mi opinion tiene que venir desde todos los lados del conflicto, pues de todos hay victimas…Por eso debe ser que es tan dificil conseguirlo… utopico?.
lunes 29 de mayo de 2006, 14:09 COT
“…allá ustedes y sus ideas “libertarias” que nos han mantenido en guerra 40 años.”
Señor “Roa”:
El triunfo de la razón frente a la brutalidad de la fuerza es parte de nuestras ideas “libertarias” y no es precisamente lo que nos ha mantenido en guerra por tantos años, sino más bien el egoismo de quienes como usted, no ven los problemas de los otros o no les interesan, y se centran a ultranza en disfrutar las exclusivas oportunidades que el sistema nos ofrece a quienes tuvimos la suerte de nacer en hogares “pudientes”, sin ver que ello crea la injusta desigualdad que no existe en una sociedad civilizada, como le aseguro, las hay en otras partes. Así de sencillo es, pero a la vez así de confuso y estúpido para quien no quiere verlo ni aceptarlo. ¿muy mamerto? Para nada. Es sentido común.