Recordándoles a los jóvenes lo absurdo de la guerra
Estancias > Hibakusha ProjectPor Mainichi Shimbun
jueves 6 de marzo de 2008 3:42 COT
(Publicado originalmente el 3 de febrero de 2008 en japonés y el 12 de febrero de 2008 en inglés)
Hideo Tsuchiyama (Kyōji Yamashita / © Mainichi Shimbun)
El día después de que el barco de abastecimiento Oumi zarpó de Sasebo, prefectura de Nagasaki, Hideo Tsuchiyama, de 82 años, se encontraba en el pueblo ante una audiencia de cerca de 100 personas de una cooperativa agrícola local. El tema: "Lo que la Constitución del Japón significa para mí". Era el primer discurso que daba en Sasebo, apodada ‘Sasebo, la villa militar’, por la base militar estadounidense que alberga .
"Qué lástima", observó a la mitad de la charla, "que no haya jóvenes aquí". La mayoría de los asistentes parecían tener sesenta años o más.
El tono de voz de Tsuchiyama, por lo general tranquilo, revelaba por momentos ráfagas de impaciencia. Miembro ejecutivo de la Asociación del Artículo 9 de la Prefectura de Nagasaki, fundada en 2004, da conferencias para explicar y hacer un llamado por la preservación del artículo 9, bajo el cual Japón ha renunciado al derecho de hacer la guerra. Sus charlas, salpicadas con relatos de sus experiencias personales de la guerra, son diseñadas para fácil comprensión de los jóvenes que no tienen experiencia comparable alguna. Pero los jóvenes no van a las charlas y el mensaje de Tsuchiyama no les llega.
Uno de esos episodios del tiempo de guerra que relató a su público de Sasebo hablaba de su hermano mayor, que un año tomó fotografías de las competencias atléticas de su escuela. En una de las cerca de 20 tomas, resultó capturando un edificio del ejército cercano, visible en una esquina de la foto. Por algún motivo la policía militar se enteró y al hermano de Tsuchiyama se lo llevaron para interrogarlo.
Haciendo caso omiso de las objeciones de la familia, la madre de los muchachos se fue directo al cuartel. "¡Sólo fue una casualidad que el edificio apareciera en la foto!", suplicó. El oficial al mando, impresionado por el valor de la señora, ordenó que dejaran salir al joven.
Así eran las cosas en esos días, dice Tsuchiyama: lo podían arrestar a uno porque un edificio militar saliera por accidente en una fotografía. Y al defender a su hijo, su madre se arriesgó a recibir un tratamiento similar. Conociendo de primera mano lo absurdo de la guerra, Tsuchiyama ansía comunicárselo a los jóvenes que no han conocido cosa distinta a la paz.
Dos meses antes de que a Tsuchiyama se lo llevaran al frente de batalla como estaba programado, lanzaron una bomba atómica sobre Nagasaki. "Nací en la era Taishō (1912-1925), así que sé cómo eran las cosas antes de la guerra, durante la guerra y después de la guerra. Antes de morir quiero transmitirles ese conocimiento a los jóvenes". La urgencia de ese deseo es algo que quizás sólo un hibakusha lo pueda saber.
Dos días antes del bombardeo de Nagasaki, Hideo Tsuchiyama se enteró de que su madre había enfermado de gravedad en Saga, adonde la habían evacuado. Salió de inmediato de Nagasaki camino a Saga. Al regresar a casa tras el bombardeo, se expuso a la radiación residual. Ex presidente de la Universidad de Nagasaki, Tsuchiyama ha participado en el comité que redactó la Declaración de Paz de Nagasaki.
Por Seiichirō Yanase, Mainichi Shimbun. Traducido del inglés, con apoyo en la versión en japonés, por Julián Ortega Martínez
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jueves 6 de marzo de 2008, 08:49 COT
Caramba! Todos los colombianos deberían leer estos artículos de Mainichi.