Plan Medellín: continuidad y solidaridad
Estancias > Salón comunalPor Lukas Jaramillo Escobar
jueves 25 de septiembre de 2008 15:03 COT
Sabemos que la punta de lanza para la anterior Administración en Medellín fue la educación y hemos empezado a constatar, mediante el actual Plan de Desarrollo, que para Alonso Salazar la apuesta es por la pobreza extrema. Lo primero que notamos es que el acento versa sobre un tema más amplio, con fronteras menos definidas y segundo, la pregunta de si esto significa continuidad entre los dos alcaldes.
La apuesta por la educación se nos vendió al servicio de una equidad que no riñe con la competitividad, que rompe ciclos asistencialistas. La lucha contra la pobreza extrema es un objetivo de una sociedad, que pretende atender una parte de ésta desde un concepto de dignidad, inclusive, una necesaria piedad y hoy podemos comprender que la lógica de sacar 42.000 familias de la pobreza extrema es la atender un tipo de población en Medellín que por múltiples limitaciones se está quedando rezagada de la oferta de oportunidades. De esta forma, lo que se lee en el Plan de Desarrollo, es una continuidad en los proyectos de educación y una profundización en la reactivación de una población que ha contando con fuertes condiciones de exclusión.
El discurso, o mejor, la filosofía política que hay detrás del Plan de Desarrollo, no es poner a la inversión social al servicio del mercado o de la seguridad. Por un lado se trata a ésta como objetivo por sí mismo, no como un medio para generar otras cosas y, del otro lado, contrario a programas de gobierno propios de una izquierda, se ha superado el paradigma de que la seguridad se soluciona con inversión social, superando la pobreza.
Si bien el Plan de Desarrollo no ofrece una mirada propia de una derecha anticuada, lo que se puede revisar por un compromiso juicioso con los Derechos Humanos, coincidente con la implementación de una policía preventiva y no de reacción, como sería la Comunitaria, presenta un fenómeno interesante que más que separarse de un enfoque de izquierda, lo que logra es equipararse a gobiernos locales modernos, que decidieron no retirarse del tema y, todo lo contrario, liderarlo.
Hoy Medellín comprueba que aprendió la lección de que la violencia y la debilidad institucional por barrios o comunas, no permite la generación de capital social para que la inversión social tenga un impacto postergable. Si se logra el objetivo del Plan de Desarrollo, que requiere del continuo fortalecimiento institucional para que no tenga riesgos de asistencialismo ciego, vamos a lograr dinamizar la economía de la ciudad, asemejándonos más a urbes modernas y lo más importante, vamos a dar un gran paso, recuperándonos de nuestro pasado, hacia una ciudad justa.
Uno puede entender que el acento en el gobierno de Fajardo estuvo en la educación, porque éste, consecuente con su trayectoria, veía a la ciudad desde la educación; pero lo cierto es que la ubicación de los colegios, el hecho de una apuesta en educación totalmente pública y estatal y, todo eso alineado a intervenciones integrales con los Parques Biblioteca, el Banco de las Oportunidades (CEDEZOS) y recuperación, en general, del espacio público (central o allá en zonas de marginalidad), es una apuesta por pagar la deuda social histórica de Medellín.
Entonces como avanzando por una misma ruta, el actual Alcalde, escritor de No nacimos pa’ semilla y, en otra época, estudiante de la Universidad de Antioquia mientras vivía en la Comuna 8, coincide en seguir dando pasos hacia delante en la nivelación de poblaciones que en otra época (durante el gobierno de Luis Pérez) sólo contaron con las limosnas clientelistas (empleo muy selectivo, canchas paupérrimas de futbol, escuelas de veredas).
Con éste Plan de Desarrollo que promueve el desarrollo humano sostenible, Alonso Salazar afronta el momento histórico que piensa que lo aborda, desde su biografía: sacar del olvido a medellinenses invisibles para muchos, invitar a las nuevas generaciones (con un fuerte enfoque en los niños de 0 a 6 años) al futuro, un futuro que les pertenezca cada día más.
martes 30 de septiembre de 2008, 10:57 COT
Un interesante acercamiento al modelo de nuestro alcalde actual. Gracias Lukas por ilustrarnos. Felicitaciones a tu papi por lo de FENALCO!