Orhan Pamuk, premio Nobel de literatura
Estancias > Primera planaPor Marsares
jueves 12 de octubre de 2006 14:12 COT
Cada siglo en la historia de la humanidad se estrena con un genocidio. En el siglo XX este dudoso honor le correspondió a Turquía. En 1915, el llamado gobierno de los Jóvenes turcos que regía al imperio otomano, planificó y ejecutó el exterminio de 1,5 millones de armenios que vivían en el sudeste de Turquía. Por ser la nación cristiana más antigua de la historia, que luego abrazó la fe cristiana ortodoxa de Rusia, Armenia podría constituirse en una quinta columna que amenazara a un imperio que ya se estaba resquebrajando.
Este genocidio que jamás ha sido reconocido por Turquía, y que ha servido de escollo para su entrada como socio a la UE, fue motivo de pronunciamiento público por su escritor más famoso, Orhan Pamuk, quien en una entrevista para el periódico suizo Tages Anzeiger, señaló:
“Treinta mil kurdos y un millón de armenios fueron asesinados en Turquía pero nadie, excepto yo, se anima a hablar de este tema”
Esto le valió ser procesado por “denigrar a la nación”. A comienzos de este año, un tribunal de Estambul lo absolvió de los cargos, luego de un agitado debate mundial que le valió a Turquía, una vez más, ser señalada como violadora de los derechos humanos. Hoy este valiente escritor acaba de ser galardonado con el premio Nobel de Literatura pues, según la Academia Sueca, su obra es la unión de dos culturas.
Sin duda, su obra de mayor éxito y quizás la mejor lograda es Me llamo rojo (1999), ambientada en el siglo XVI, época del mayor esplendor y decadencia del imperio turco. El sultán quiere perpetuar su imagen a través de un lienzo pero el Islam prohíbe las obras figurativas. Encarga en secreto a 4 pintores para que realicen la obra, pero uno de ellos desaparece misteriosamente. Aquí, entre la historia se cuela con maestría la novela negra, con su carga de misterio, mientras en el trasfondo se dibuja una historia de amor.
Su última novela, Nieve, ha sido recibida con recelo editorial por su marcado cariz políico. Un turco que vive en Alemania decide regresar a Turquía en busca de esposa. Allí se entera de que una antigua novia vive en un apartado lugar. Hacia allí dirige sus pasos y se encuentra con la Turquía que duerme entre los siglos, con tradiciones ancestrales que le impiden consumar su amor. Es la otra Turquía, que como él lo ha dicho, es muy diferente de la europea que se muestra en Estambul. Una obra necesaria para entender la complejidad del mundo islámico que provoca el rechazo occidental tan sólo porque es diferente.
Este hombre, que ha dicho que la política no es de su agrado pero es un “compromiso inevitable”, sin duda no sólo recibirá los elogios por su valiosa obra, sino también deberá responder los múltiples interrogantes sobre esa Turquía enigmática que sobrevive detrás de la modernidad. No obstante, es un hombre universal como lo es el Estambul de sus querencias. De ahí que en una entrevista reciente recordara las palabras de uno de sus personajes:"Tanto el Oriente como el Occidente son de Dios. Que Él nos proteja de aspirar a la pureza sin adulterar".
domingo 15 de octubre de 2006, 12:44 COT
Celebro el reconocimiento y me entronicé con este escrito desde el comienzo por la introducción al texto desde su primer párrafo.
Tú haces alusión a su posición valiente al enfrentar la verdad sobre ese genocidio. Loable su existir y rico vivir ese estímulo para Orhan Pamuk a quien considero un ser de luz por dejar huella universal.
Saludo equinoXial!
mircoles 18 de octubre de 2006, 18:58 COT
esto es una porqueria!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
mircoles 18 de octubre de 2006, 19:27 COT
Lully;
Pamuk nació entre dos mundos, hecho que lo marcaría para siempre. De ahí que su visión no sea la añosa de la Turquía que huele a naftalina, ni tampoco lsa modernidad desbordada de occidente para el que es errado todo lo que no compart su visión del mundo. Esa es su valía, aparte de sus denuncias sobre un genocidio que ha querido borrarse de la historia por los gobiernos turcos.
Gracias por tu comentario y tu visita.