“No puedo perdonar a los Estados Unidos”
Estancias > Hibakusha ProjectPor Mainichi Shimbun
domingo 10 de diciembre de 2006 0:02 COT
(Publicado originalmente el 19 de octubre de 2006)
Misako Katani, doble víctima de la bomba atómica. (Takeshi Nishimura / © Mainichi Shimbun)
Se acuesta a la medianoche, pero se despierta a las 02:30. Se duerme otra vez, sólo para despertarse de nuevo a las 04:00.
Misako Katani, de 76 años, vive en Hiroshima. Trabaja para la oficina de entregas de un periódico, haciendo rondas de suscriptores para recoger sus pagos mensuales. Siempre ha tenido problemas para dormir, pero su insomnio empeoró cuando Corea del Norte anunció su ensayo de bomba nuclear el 9 de octubre.
“Simplemente no quiero que otras personas sufran lo que he sufrido”, dice. “¿Qué va a ser de la raza humana? Debe haber algún modo de…”
La bomba atómica que cayó en Hiroshima el 6 de agosto de 1945 diezmó a su familia. Perdió a su madre, a su hermana menor, a su abuela. Más tarde se marchó al pueblo de sus ancestros cerca de Nagasaki, para hacer los arreglos del funeral, sin saber, desde luego, que todavía quedaban residuos de radiación en el aire de la bomba que había caído en Nagasaki el 9 de agosto.
Foto de archivo de Misako Katani. (© Mainichi Shimbun)
La guerra terminó. Katani dejó la escuela, renunciando a su sueño de convertirse en maestra. Su padre se volvió a casar. Ella y su madrastra no se llevaron bien. Katani tenía 21 años. En un ataque de ira, se fue de la casa.
Era navidad. Su padre salió tras ella. Estaba descalzo. “Sólo piensas en ti misma”, le dijo él. “No te importa cuánto nos avergüenzas”.
El reproche le zumba en los oídos incluso ahora. Ella tenía la intención de ahogarse, pero su padre la calmó.
Katani nunca le dijo a nadie fuera de su familia que era una doble hibakusha, expuesta a la radiación tanto en Hiroshima como en Nagasaki. Sólo el año pasado, en el 60o. aniversario de los bombardeos, ella pudo animarse a escribir un relato de sus sufrimientos y ofrecerlo al Salón Nacional Memorial de la Paz para las Víctimas de la Bomba Atómica de Hiroshima.
Ahora ella siente que le gustaría conocer mejor a su difunto padre. Recientemente supo que otro doble hibakusha, Tsutomu Yamaguchi, de 90 años, trabajó en el astillero de las Industrias Pesadas Mitsubishi en Nagasaki. Su padre también. ¿Acaso Yamaguchi lo conoció? A finales de este mes Katani planea visitar Nagasaki, donde vive Yamaguchi, para preguntarle.
Hiroshima hizo estragos de la vida de Katani. De no ser por el bombardeo, su familia habría quedado intacta.
“No puedo perdonar a Corea del Norte”, dice. “No puedo perdonar a los Estados Unidos tampoco, que siguió realizando experimentos nucleares sub-críticos”.
Es una mujer fuerte, pero hay un temblor en su voz. Ha pasado por muchas cosas. Habla con calma, pero mientras la entrevisto, parezco oír su corazón gritando del dolor.
Por Tetsuya Hirakawa, Mainichi Shimbun. Traducido del inglés por Julián Ortega Martínez
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domingo 10 de diciembre de 2006, 19:36 COT
“Simplemente no quiero que otras personas sufran lo que he sufrido”, dice. “¿Qué va a ser de la raza humana? Debe haber algún modo de…”
POR DIOS!! Acaso estos testimonios no dejarán huella para potencias que insisten en invertir dinero en estos horribles medios de defensa?
De otro lado, como será de terrible esa experiencia que no deja el odio por E.U.A. y ahora con intensidad contra Corea.
Ufff!!!
QUE DIOS NOS PROTEJA A TODOS Y QUE EN ALGO SEA POSITIVO LA CONTRIBUCIÓN CON ESTOS ESCRITOS.
Juliancito, de todo mi gusto y reconocimiento éstas publicaciones. Un besito por esto!
domingo 27 de mayo de 2007, 00:02 COT
[…] hermanas salen a pasear tomadas de la mano mientras las flores de cerezo revolotean hacia ellas. Misako Katani, de 77 años, y Narumi Shimohiro, de 74, son víctimas de la bomba atómica dos […]
domingo 30 de septiembre de 2007, 21:07 COT
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