Laika, 50 años después
Estancias > Katherine EscobarPor Julián Ortega Martínez
sbado 3 de noviembre de 2007 12:23 COT
La primera heroína del programa espacial soviético, Laika (Лайка), la "que ladra", llamada así por una raza homónima siberiana, fue el primer animal que orbitó nuestro planeta, aunque fue por unas pocas horas. El animalito, que había sido recogido en las calles moscovitas y cuyo nombre original era Kudryavka ("crespita"), fue sometido a un programa de entrenamiento durante seis meses que acabó intensificándose. La misión tuvo poco tiempo para prepararse, debido a la demagógica solicitud del entonces secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Nikita Jruschev (el mismo que formaría años después una pataleta en Estados Unidos por no poder ir a Disneylandia), de lanzar un satélite para conmemorar los 40 años de la revolución bolchevique, petición hecha menos de un mes antes del evento y apenas días después del exitoso lanzamiento de la Sputnik-1, el 4 de octubre de 1957.
La premura de la misión, que obligó al abandono temporal de la construcción de una nave más sofisticada (la futura Sputnik-3), impidió que siquiera se planeara un método para permitir el regreso seguro de Laika. Es decir, ya se sabía que Laika moriría en el espacio, a bordo de la Sputnik-2. El 27 de octubre, el saludo de Laika fue escuchado en todo el mundo cuando ladró ante los micrófonos.
El régimen de Moscú le mintió al mundo diciendo que Laika tenía suficiente alimento y que volvería con vida, en paracaídas, a la Tierra, para luego afirmar que había muerto 10 días después en la nave. Durante 45 años los soviéticos (luego rusos) ocultaron el destino final de la perrita, quien, según revelara Dimitri Malashenkov en un congreso espacial en Houston en 2002, falleció en la sonda debido al pánico y al sobrecalentamiento accidental del vehículo horas después del lanzamiento, el 3 de noviembre de 1957. Su entrenador, Oleg Gazenko, lamentó con estas palabras el deceso de Laika:
Trabajar con animales es una fuente de sufrimiento para todos nosotros. Los tratamos como bebés que no pueden hablar. Cuanto más tiempo pasa, más lamento lo sucedido. No debimos haberlo hecho… ni siquiera aprendimos lo suficiente de esta misión como para justificar la muerte de la perrita.
El cuerpo sin vida de Laika le dio 2570 vueltas a nuestro planeta durante 162 días, antes de que la Sputnik-2 estallara al entrar en contacto con la atmósfera terrestre el 14 de abril de 1958. A Laika se le ha rendido justo tributo durante todos estos años, convirtiéndose en motivo de estampillas en entonces países comunistas como Polonia y Rumania e incluso en los Emiratos Árabes Unidos. Aparece esculpida en el Monumento a los Conquistadores del Espacio, erigido en 1964 en Moscú. Novelas, canciones, grupos musicales y películas le han hecho homenaje al sacrificio de un animal cuya invaluable contribución a la ciencia valoramos a 50 años de su deceso.
sbado 3 de noviembre de 2007, 15:12 COT
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sbado 3 de noviembre de 2007, 16:21 COT
Pues le fue mejor que a los perros que llevan a Engativá para ser electrocutados. Esta corrió con suerte.
viernes 11 de abril de 2008, 15:40 COT
[…] reveló un monumento erigido en Moscú, cerca de una base militar, en honor de la perra Laika, la primera terrícola en el espacio. Se trata de una figura de bronce de 2 m de altura, con […]