El Canal Caracol presenta en sociedad su nueva producción, “La bruja”, basada en el libro homónimo de Germán Castro Caicedo, segundo paso en su ofensiva por recuperar televidentes, que se inició con “La reina del sur”, y que seguirá con “Los infiltrados”, una serie policíaca que nos mostrará lo que pasaría en Colombia si se legalizara la droga y "Los canarios", comedia sobre los taxistas bogotanos.
Contar la historia reciente no es fácil, máxime cuando muchos de sus protagonistas aún están vivos. Esto lo saben bien los escritores, como el propio Germán Castro Caicedo, cuando a raíz de una conversación con Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo supo de Lucrecia Gaviria, una mujer que, gracias a su fama de bruja en Fredonia (Antioquia), fue testigo de excepción (y protagonista, en algunos casos) de los comienzos del narcotráfico en su región y su perversa alianza con la clase política.
Así nació “La bruja”, un polémico libro que reabrió heridas en los sobrevivientes. Incluso, una tutela que intentó censurar algunas partes, fue desechada por la Corte Constitucional, negando que se hubiera menoscabado la intimidad de algunas personas, pues simplemente “recogió, en parte, un testimonio social y público”, e incluso advirtió que lo relatado en el libro:
“…es tan conocido y público que en el Congreso de la República, según los anales del mismo, tuvo lugar un debate en el cual se hizo amplia referencia a las actividades del narcotráfico en el municipio de Fredonia y otros sectores del Departamento de Antioquia y la vinculación de confesos narcotraficantes a la actividad política, económica y cultural.”
El Canal Caracol, compró los derechos del libro y produjo “La bruja”, una serie que toma como base lo escrito por Castro Caicedo, pero con su propia dinámica, al punto que el “90 por ciento de los personajes que aparecen en la serie no están en el libro”, según Luis Alberto Restrepo, su director.
De todas formas, es interesante que se retome esta parte de la prehistoria del narcotráfico en Colombia, que cambió el equilibrio del poder, con su secuela de corrupción y debilitamiento del Estado, que llegó incluso a comprometer a presidentes de la República.
La serie del Canal Caracol trae como protagonista a Flora Martínez, cumpliendo el papel de Amanda Mora, la bruja, (Lucrecia Gaviria en la realidad y Amanda Londoño, en la novela) y Jaime Cruz (Jaime Builes en la novela y en la vida real), interpretado por Andrés Parra, como el narcotraficante que compró bienes y conciencias en Fredonia, su tierra natal.
En el primer capítulo se nota el deslinde con la novela de Castro Caicedo, con la intención de hacerla más comercial, comenzando por la protagonista, descrita en el libro como…
“…un torbellino. Pequeña, con la cara blanca y redonda, con el pelo rapado a la altura de las orejas y cuando hablaba, increíble: lograba llevar dos relatos simultáneamente. Y actuaba. Tenía una capacidad histriónica insuperable. Era pobre, exageradamente sobreprotectora, desprendida y frentera.”
Diferente de la bellísima Flora Martínez, perteneciente a una de las familias prestantes del pueblo, cuyas dotes adivinatorias parecen más bien pasatiempos de niña rica. Igual llama la atención la compra del club por Jaime Cruz, una acción que cambió la vida del pueblo mismo, pues según la propia Lucrecia Gaviria,
“era parte de nuestra existencia. Allá nos relacionábamos, allá nos enamorábamos, allá contábamos lo que nos sucedía y allá nos consolábamos los unos con los otros. Todos los días. Todas las noches”.
En la telenovela se desdibuja para mostrarse como un acto más del nuevo dueño del pueblo, con el aditamento de haberse inventado una escena artificiosa, que desdibuja lo que en realidad pasó. Según palabras de la bruja original:
“Una tarde estábamos en el atrio y lo vimos entrar al club acompañado por dos forasteros. Uno llevaba un portafolios y el otro un maletín pequeño. Entraron y media hora después salieron todos los que estaban en el club y cuando salió el último, cerraron la puerta. Hacia el atardecer salieron Jaime Builes y sus acompañantes, pero el del maletín ya no llevaba nada. Ya no tenía el maletín pequeño. Cerraron la puerta. Silencio. A la media hora salieron los dueños y cerraron con llave. Uno de ellos llevaba el maletín.”
En “La bruja” de Caracol, el espectáculo prima para impresionar al espectador, adoptando lugares comunes, relatos acartonados y diálogos chabacanos, en suma, más de lo mismo. Estrambótica la llegada de Jaime al club para comprarlo, su enfrentamiento con los “ricos” del pueblo, y no menos estrepitoso el regreso de Cruz al club, acompañado de clientes y meretrices de un bar, ante el desplante de uno de los caciques electorales del pueblo, Octavio Mejía. Una escena efectista en busca de sintonía.
Según el relato original, una semana después de comprar el club, Builes regresó con “lo común del pueblo”, para celebrar la compra, con un mariachi que había mandado traer de México, y dos orquestas que habían llegado en una caravana de carros y buses, armando una fiesta que duró desde el anochecer del viernes hasta la mañana del domingo.
Dicen que con lo que sirven en el desayuno se imagina el almuerzo, y en este primer capítulo, la bruja se desdibuja entre la imagen de una niña “bien” que al tiempo que funge como “robamaridos”, le pide a otro brujo que le “ligue” al amante esquivo o se mezcla con las coperas y los chulos en la fiesta de “presentación en sociedad” de Jaime Cruz.
Lástima grande. La adaptación del libro fue tan libre que lo tenebroso del contubernio entre política y narcotráfico queda reducido a un simple anecdotario, con los mismos lugares comunes de las telenovelas ambientadas en pueblos, fórmula repetida hasta el cansancio, a la que se agrega un Andrés Parra que lo hace tan, pero tan parecido a “Anestesia”, su personaje de “El cartel”, que debió ponerle un espantoso ronquido a su voz -según él mismo lo reconoce- para diferenciarse del otro.
¿“La bruja”, encantará a los televidentes? Los ratings dicen que “regular, gracias”. Parece que ésta tampoco es la vencida y eso que la competencia no es que se luzca con sus productos. Pero así es la vida. “Cuando no hay solomo, de todo como”.
Etiquetas: Amanda Mora, Andrés Parra, Antioquia, Canal Caracol, Flora Martínez, Fredonia, Jaime Cruz, La bruja
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viernes 10 de junio de 2011, 13:15 COT
Nos están dejando a los antioqueños por el suelo con esta obra de Jaime Castro Caicedo en la TV.
La presentación de lesbianas en horario donde los niños y adolecentes estan despiertos debe ser estudiado por CNTV.
viernes 10 de junio de 2011, 15:33 COT
me parece espectacular,todas las noches lo veo, sencillamente grandioso!!!!
viernes 10 de junio de 2011, 19:14 COT
Aunque no nos beneficie a la imagen de los antioqueños como dice Luz D., es una realidad de la cual no podemos escapar porque también se trata de la historia de nuestra tierra antioqueña. Un libro que ha despertado muchos sentimientos encontrados pero que convertido a novela o serie en Televisión, sigue causando los mismos efectos y emociones.
sbado 11 de junio de 2011, 05:39 COT
Discrepo y creo que es una muy buena adaptación, y las actuaciones son muy buenas!
domingo 12 de junio de 2011, 21:35 COT
Me parece una buena adaptación. Las telenovelas son para divertirnos no para denunciar la realidad social del país que otros no son capaces de hacer en los medios de comunicación que sí que conocen de estas alianzas, porque las han vivido y las siguen viviendo en carne propia. No sé en otras partes del país si la están viendo mucho, pero en Antioquia es tema de cada día. Lo que muestra el comentario es esa “rasquiñita” que sienten algunos en contra de todo lo que sea antioqueño. Felicitaciones a los protagonistas porque lo están haciendo muy bien.
sbado 25 de junio de 2011, 13:29 COT
Luz D, qué extraño que lo que más le preocupe de la novela sea el beso de dos mujeres (una muestra de amor entre dos seres humanos) y no le parezcan terribles las alianzas entre los políticos y los narcos o las amenazas de muerte que recaen sobre otros personajes, esas cosas no está mal que las vean los niños? Siempre esa doble moral que condena lo que no debería ser condenado y no opina nada sobre lo terrible que sí debería ser denunciado…
mircoles 6 de julio de 2011, 21:51 COT
Primero que todo esta es una de las mejores novelas que he visto. Está muy buena la adaptación del libro, los personajes los interpretan muy bien, tiene muy buen elenco, en pocas palabras, es excelente la producción, yo le daria una clasificacion de 10 en la escala del 1 al 10…
En cuanto al comentario de luz D. se respeta los puntos de vista, pero no comparto su comentario; ¿a quien pretendemos engañar? ¿acaso podemos tapar el sol con un dedo? Es la realidad que vive el pais y el mundo entero. Narcotráfico ha habido en Colombia, hay y seguirá habiendo y en cuanto a la demostración de amor de parejas homosexuales, es una realidad, ¿o acaso en muchos países ya no está permitido el matrimonio entre parejas homosexuales? Está en Ud. señora que le enseñe buenos principios a sus hijos, y buena moral porque si esto no lo ven en TV lo verán en la calle de igual manera.
sbado 30 de julio de 2011, 12:14 COT
Interesante tema, gracias por la información sigan publicando.
domingo 11 de septiembre de 2011, 12:20 COT
creo que esta producción es un hecho que a todos nos interesa, esta mostrando la realidad de lo que pasa en nuestro país, algo que esta siendo camuflado y escondido por los gobernantes…………… Colombia , Medellín y todos nuestros municipios es lo mas bello que tenemos porque no estar informados con lo que nos muestran los medios, respeto el comentario de luz d, pero también hay programas para niños y jóvenes esto esta expuesto para todo el mundo, porque no poner una restricción de canales…………….