Justicia patrimonial para las parejas homosexuales
Estancias > Primera planaPor Marsares
jueves 8 de febrero de 2007 13:43 COT
La sentencia que acaba de proferir la Corte Constitucional que reconoce derechos patrimoniales a las parejas homosexuales me trae a la memoria el día en que conocí a las que después se convertirían en dos queridas amigas mías que conviven como pareja. Juntas han logrado levantar un capital y hoy saben que de faltar la una, la otra tendrá el derecho de reclamar lo que le corresponda por esta unión.
Luz Estela* tiene el cabello muy corto. Sus anteojos la hacen ver como un oficinista que se encuentra pasando sus vacaciones en esta hermosa finca. Lleva puesta una camisa ancha de cuadros, un jean y unas botas pantaneras. Con una linda sonrisa me recibe mientras Amparo* se encarga de las maletas. Nos sentamos en un amplio corredor de la casona y me ofrece un “tinto cerrero”, un café negro endulzado con “aguapanela” o “aguadulce”, como se llama en otras partes. Un hermoso dálmata se echa a nuestros pies. Con el “don” por delante, me pregunta cómo me fue en el viaje y si quiero recostarme un rato.
“Todavía no ha criado”, me dice Luz Estela cuando le pregunto por la vaca preñada. Me complace la noticia. Ver nacer una vida siempre me asombra. “Si no está cansado, vamos para que la vea”. Le acepto la invitación. Bajamos por una pendiente hasta detenernos junto a una cañada “Laura, Laura”, grita, y para mi sorpresa una hermosa vaca acude a nuestro encuentro. “Mire, la ubre aún no está completamente llena. Todavía le falta. Tal vez un par de días”. Le observa por unos momentos sus genitales. “Ha dilatado muy poco. Mañana la llevamos al potrero cerca de la casa”.
Al regreso, está lista la merienda. Su compañera se sienta con nosotros y me cuenta que esta finca era de su padre. “Era la mejor de la región. Pero mi papá dijo que no le iba a dejar nada a los hijos y acabó con ella sus últimos años”. Me habla del trapiche, del café, del ganado, de todo lo que se perdió mientras él andaba con su último amor. “Ahora estamos en renovación de cafetales. La Federación nos regaló cinco mil matas. En dos años tendremos la primera cosecha de esta nueva variedad”. Varias trabajadores llegan a la casona. Las veo moverse febrilmente mientras me acomodo en la alcoba que me asignaron.
En la noche llega ”Moreno”, un joven vecino. Viene a que Amparo le cure una herida que se hizo en la pierna. Mientras lo regaña por demorarse y le formula “amoxicilina”, me cuenta que hizo un curso en la Cruz Roja y que eso le valió para que guerrilleros se le aparecieran en las noches trayéndoles sus “bajas” “Qué más podía hacer. Darles los primeros auxilios”. Luego me habla de los paracos cuando llegaron. “Aquí nos arrinconaron toda una noche, hasta que averiguaron que nosotros no teníamos nada con nadie…” “¿No se va a tomar el otro?”. Luz Estela la interrumpe y mientras me sirve el aguardiente, cambia de conversación. Veo el temor en sus ojos…
Dos mujeres campesinas que aman la tierra. Son pareja desde hace muchos años. Estuvieron distanciadas un tiempo porque Amparo se encaprichó de una joven del pueblo. El escarceo amoroso no prosperó porque la muchacha prefirió a otra. “Me la jugó de frente”, se queja Luz Estela y Amparo intenta una sonrisa forzada que no logra ocultar la incomodidad. Sin embargo, como cualquier pareja, el cariño prevaleció y siguieron juntas, hombro a hombro, levantando la finca. Dieciocho años de trabajo se ven por doquier. Hace algunas horas hablé con ellas telefónicamente y les expliqué los alcances de la sentencia judicial. “Ojalá sea cierto”, me dijo Amparo…
*Nombres cambiados
sbado 10 de febrero de 2007, 16:22 COT
A veces la libertad gana batallas..Esta ha sido una de las pocas buenas noticias en el año….
http://liberalcolombiano.blogspot.com
sbado 10 de febrero de 2007, 18:01 COT
Esta es una de las mejores noticias que he escuchado… me alegra muchísimo que exista la posibilidad de ser libres para amar y compartir la vida con quien uno quiera en condiciones justas y de respeto.
domingo 11 de febrero de 2007, 17:35 COT
Por acà leyendo tus historias reales cuyos relatos me embelesan por la dulce suavidad de dar la noticia.
Te haré un enlace porque mi post tiene que ver con la homosexualidad… ahì te dejo este adelanto.
Un abrazo equinoXial!
domingo 11 de febrero de 2007, 17:42 COT
Carlos
Una batalla más ganada que llena de satisfacción a todo aquel que cree en la igualdad.
AngelitaPerversita:
La diversidad en las preferencias sexuales no nos hace diferentes. Reconocerlo, es un acto de valentía. La Corte Constitucional se merece un aplauso.
Lully
Tus palabras me embelesan igualmente. Gracias por el enlace y por la “chiva”. Abrazo retornado (y doble)
lunes 19 de febrero de 2007, 19:39 COT
Qué dirá Enrique Gómez Hurtado: Quien dijo que el homosexualismo era una enfermedad. Eso lo dijo hace como 2 años en el congreso.
Es justa esta norma, pero no estoy de acuerdo con la adopción. Hasta ahí llega mi Open Mind.
martes 20 de febrero de 2007, 14:00 COT
si, claro, el ultra derechista furibista y ahora laureanista se autoproclama “de mente abierta”. demente si es el pelaito este. salga del closet mas bien.
martes 20 de febrero de 2007, 19:06 COT
[…] y reivindican sus preferencias sexuales. Por eso, comparto con agrado la decisión de la Corte Constitucional de Colombia que acaba de pronunciarse a favor de los derechos patrimoniales de que deben gozar las parejas […]
viernes 23 de febrero de 2007, 01:01 COT
Julián Ortega Martínez (o Aguanto un resto): Estoy seguro que es ud. Se acuerda cuando me insultó por GTalk y me dijo madure.
Ud están cínico que le pregunto y me lo niega de forma categórica. Deje de ser tan farsante, o me lo va negar después de está prueba tan irrefutable.
prueba Ahora quien es el inmaduro. Qué coherencia la suya!!!
viernes 23 de febrero de 2007, 09:27 COT
Al niño Camilo se le respondió acá.