Justicia a la carta
Estancias > PolíticaPor Marsares
domingo 13 de septiembre de 2009 0:01 COT
El autoritarismo sigue su marcha en pos de copar todos los espacios del país. En su mira continúa la cúpula de la justicia. Luego de infiltrar a la Corte Constitucional con fichas cercanas a sus afectos, permear el Consejo Superior de la Judicatura con cuestionados nombramientos y presentar una terna vergonzosa para Fiscal General de la Nación, el Gobierno ahora pretende quitarles a la Corte Suprema de Justicia la potestad de investigar y juzgar a los congresistas, dada por la Constitución del 91, y al Consejo de Estado el trámite de la pérdida de investidura de los congresistas.
Ante los fracasos reiterados, el régimen autoritario que hoy busca perpetuarse a través de una amañada ley de referendo, ahora trata de crear su propio tribunal, su propia jurisdicción, sus propios jueces, para que, con aroma de legalidad, sus delitos queden impunes. Parafraseando a los tribunales de la verdad que han surgido en el mundo para destapar los ilícitos del poder, aquí pretende crearse un tribunal de la mentira, elegido por los mismos delincuentes que han convertido en festín los bienes de la nación y sus instituciones.
Es tan grosera la idea, tan grotesca y delincuencial, que en las mismas filas gobiernistas se elevan voces de rechazo a tamaño despropósito, no sólo por lo evidente de la maniobra frente a la imposibilidad de maniatar o neutralizar a la Corte en sus investigaciones sobre la parapolítica y demás conductas ilícitas de los parlamentarios, sino también por su inconveniencia, en un momento crítico en el que las denuncias de tráfico de influencias salpican más que nunca al gobierno uribista que hizo posible su primera reelección, a través de conductas ilícitas que hoy la Corte Suprema investiga con probidad y justeza.
Debería sorprender que en el rechazo que las altas cortes han hecho del exabrupto uribista no se encuentre la sala disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, pero si se recuerda que sus miembros son elegidos por el Congreso de ternas presentadas por el Presidente de la República, se explica porqué el presidente de dicha Sala manifestó que sólo los legisladores pueden hablar sobre el tema y a los jueces sólo les corresponde guardar silencio, aparte de que, según el proyecto, la Sala Disciplinaria es la que va a designar a los miembros del nuevo tribunal, lo que indica, como lo manifiesta el Magistrado Jaime Arrubla, vicepresidente de la Corte Suprema, que “indirectamente el Congreso estaría integrando el tribunal que lo va a juzgar”.
Con “perlas” como la de que tan solo se podría privar de su libertad a los congresistas “una vez hayan sido llamados a juicio”, este proyecto comienza su trámite legislativo bajo la tutela del capo de la politiquería, el mismo que con el descaro que sólo da la soberbia del poder absoluto, de curul en curul, al oído, tomándolos del brazo, o reuniéndose con ellos, consiguió la aprobación de la ley del referendo, el mismo que hoy tiene a su hermano en la cárcel por haberle entregado la fiscalía de Antioquia al narcotráfico. Lo veremos pues de regreso a las andadas en comisiones y plenarias para conseguir los votos necesarios que necesita el patrón para cerrar el círculo de poder que le permitirá, con las tres ramas del poder público en el bolsillo, llevar a la práctica su “Estado de opinión”, un eufemismo para lo que siempre se ha conocido como Estado totalitario.
domingo 13 de septiembre de 2009, 13:01 COT
Este artículo es amañado y equivoco. Las razones para quitarle facultades a la hora son suficientes y poderosas http://www.ellibrepensador.com/2009/09/13/la-politizacion-de-la-corte-suprema-de-justicia/
lunes 14 de septiembre de 2009, 14:18 COT
Infiltrar? ¡Qué falta de objetividad! Cumplir con su función constitucional es infiltrar? Nada más absurdo y espurio.
mircoles 30 de septiembre de 2009, 13:11 COT
No hay que confundir la pomada con otra cosa. El clientelismo, el tráfico de influencias, el favoreciemiento de amigos y un sinnúmero de prácticas censurables en la política, campean en los organismos del ejecutivo y del lesgislativo desde hace décadas, aunque muchos quieran hacer ver estas situaciones indeseables como algo nuevo o exclusivo del presente gobierno.
De la misma manera, aunque algunos quieran hacer ver a los miembros de la rama judicial como angelitos incorruptibles y superhéroes intachables, lo cierto es que en el Consejo Superior de la Judicatura hay 17.737 investigaciones a integrantes de la rama judicial, por actuaciones irregulares. Además, la Procuraduría denunció la existencia de un cartel de jueces y fiscales que se lucran con falsas demandas en contra de la Nación, en las cuales, obviamente gana el demandante, y el abogado se lleva su buena tajada. No en vano una de las profesiones en las que quienes la ejerecen tienen una merecida fama de chanchulleros y ladrones, es el Derecho.