Indicadores para la desazón
Estancias > Primera planaPor Carlos Uribe de los Ríos
sbado 11 de abril de 2009 11:35 COT
A propósito de algunas de las cifras reveladas por la Encuesta de Calidad de Vida en Antioquia, que realizaron la Gobernación, la Alcaldía de Medellín y el Área Metropolitana.
Causa extrañeza y preocupación el silencio general –con muy contadas excepciones– alrededor de muchos de los resultados negativos de la primera Encuesta de Calidad de Vida en Antioquia, según la cual el 50 por ciento de los antioqueños son pobres y el 4 por ciento viven en la miseria.
Tan solo la Gobernación publicó un comunicado bastante neutro, la directora de planeación departamental, Ana Cristina Moreno, dijo que el estudio permitiría trabajar allí donde más se necesita, y los medios locales apenas se contentaron con los datos oficiales. La conclusión es que ninguno ha dado a conocer aún un informe a fondo, sincero, sobre los resultados de un estudio que nos deja mal parados.
El columnista de El Colombiano Juan José García Posada escribió que les debíamos pedir perdón a los antioqueños por la pobreza y el atraso, sobre todo a aquellos que viven fuera de Valle del Aburrá, y más específicamente en el Bajo Cauca y en el Nordeste, las regiones con los más preocupantes indicadores. Disculpas porque no han sido capaces los dirigentes regionales ni locales de garantizar un equilibrio social anhelado, un desarrollo siquiera justo, unas oportunidades apenas elementales, sugiere el periodista.
Pero no es hora de disculpas. La situación es alarmante. No puede nadie sentirse satisfecho con cifras que revelan que el 66,9% de los hogares urbanos poseen teléfono celular (cuando, entre otras, este indicador hoy es individual), o que el 14% de los mayores de 16 años ha consumido licor en el último año, porque no es una cifra creíble, pues la tendencia a la ingesta de licores es tremenda entre nosotros.
Es el momento no solo de ver qué se puede hacer, y de preocuparse, como de modo elemental declara la doctora Moreno, sino también de preguntarnos en serio qué es lo que viene sucediendo en un departamento que se las daba de ser el pionero en Colombia –y aún se las cree– pero que lastimosamente hoy se encuentra rezagado en casi todo lo que le daba renombre.
No nos digamos más mentiras: tenemos la más alta tasa de homicidios del país; la industria ocupa el segundo lugar; la calidad de la educación primaria y secundaria ya no está siquiera entre las cinco primeras; el deporte apenas es practicado por el 6% de la gente, y padecemos unas carreteras atrasadas e imposibles, muy por debajo de las que tienen por lo menos otros diez departamentos.
Diferentes estudios sobre pobreza en Colombia, ya fueran enfocados desde el cubrimiento de servicios públicos y la vivienda, o desde el ingreso diario de las familias, revelaban con claridad que alrededor del 60% de los nacionales viven en la pobreza, y que de ese porcentaje, el 20 por ciento permanecen en la miseria. Lo malo, además, es que de poco nos ha servido ratificar con las estadísticas estas realidades incuestionables.
Tampoco en Antioquia. Si la mitad de los antioqueños es pobre y el 4 por ciento vive en la miseria significa, ni más ni menos, que nuestros dirigentes han sido ineficientes y que se han gastado los presupuestos en otras cosas, al parecer menos indispensables o se han malbaratado los recursos en obras propicias a los resultados electorales, o quizás los han desaparecido de la vista pública.
El hecho es que años y años de inversiones en saneamiento básico, en vivienda de interés social, en salud y educación, en espacios deportivos y en decenas de proyectos productivos que supuestamente iban además a generar empleo, los resultados son malos. Pobres como las estadísticas. Preocupantes. Y exigen más que nunca respuestas. Explicaciones.
Algunos indicadores
Aunque no se ha dado a conocer la totalidad de las cifras reveladas por el Estudio, algunas son:
- Índice de calidad de vida de los antioqueños: 68,5%
- Índice de calidad de vida Valle del Aburrá: 72,9%
- Índice calidad de vida en el Bajo Cauca: 53,3%
- Cobertura de alcantarillado: 84,7%
- Asistencia escolar para educación primaria: 95%
- Población afiliada a seguridad social: 95%
- Necesidades básicas insatisfechas: 18,8%
- Hacinamiento crítico (más de 3 en un cuarto): 5,3%
- Tasa de escolaridad (estudian actualmente): 81,2%
- Tasa de educación superior: 29,8%
- Tasa de analfabetismo (mayores de 15 años): 6,83%
- Cobertura de Internet: 17%
- Hogares rurales con celular: 48,6%
- Hogares que pagan arriendo: 29,3%
- Hogares con ocasional carencia de alimentos: 10,3%
- Hogares con planificación familiar: 27%
* El autor de esta entrada es dueño del blog Cripticón