“El gobierno sólo quiere olvidarse de nosotros”
Estancias > Hibakusha ProjectPor Mainichi Shimbun
domingo 24 de febrero de 2008 13:43 COT
(Publicado originalmente el 29 de enero de 2008 en japonés y el 4 de febrero de 2008 en inglés; esta es la primera entrega de la serie de invierno de 2008 del Hibakusha Project)
Sakue Shimohira y su esposo Takatoshi (Foto: Noriko Tokuno / © Mainichi Shimbun)
"No importa lo que pase", dice Sakue Shimohira encogiéndose de hombros, "el gobierno no va a protegernos". Shimohira, de 73 años, camina hacia el hospital de Nagasaki donde su esposo Takatoshi, de 79, se somete a una diálisis.
Los efectos secundarios del bombardeo atómico obligaron a que a Takatoshi le reemplazaran algunos de los huesos por implantes artificiales. Ha tenido 3 bypasses coronarios y necesita diálisis tres veces por semana. El cuerpo entero le duele y le responde con mucha lentitud; aun así apenas duerme cuatro horas cada noche.
Sakue también quedó marcada por el bombardeo. Le tuvieron que quitar el útero, los ovarios y la vesícula biliar. Demandando al gobierno en busca de reconocimiento (y compensación) oficial como hibakusha, la pareja ha descrito en varias ocasiones sus aflicciones en los tribunales, pero todo ha sido en vano. Un oficial del Ministerio de Salud llegó a decirles que "sus enfermedades no las causó la radiación; son más bien como la gripa". Los Shimohira, de repente, estaban furiosos, tristes y desanimados.
Si bien el criterio para el reconocimiento oficial está reconsiderándose, las esperanzas de los Shimohira no son altas. Se espera que el nuevo criterio, que está surgiendo del proceso de revisión, conceda el reconocimiento oficial como hibakusha a las víctimas que se encontraban dentro del rango de 3,5 km a la redonda del epicentro al momento de la explosión. Lo que significa, dice Sakue, que "el gobierno simplemente quiere abandonar a todos los que estén afuera de ese radio".
De todas maneras, ha habido progresos alentadores. El otoño pasado, uno de los artículos de nuestra serie sobre los hibakusha contaba cómo Sakue fue el blanco de un permanente acoso telefónico después de haber criticado el famoso comentario del ex ministro de Defensa Fumio Kyūma, quien afirmó que los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki fueron "inevitables". Decenas de lectores se reunieron para apoyarla, enviándole cartas y correos electrónicos de apoyo. "Me conmovió tanto su amabilidad", dice ella. "Me dio la fuerza para continuar".
Takatoshi sale del hospital en una silla de ruedas, y Sakue va a recibirlo. "Verá usted", sonríe ella, "apenas somos una triste pareja de viejos que no puede confiar en nuestro gobierno". Sakue habla ligeramente, pero se le nota la tristeza en los ojos.
Sakue y Takatoshi Shimohira fueron compañeros de juego durante su infancia. Sakue tenía 10 años y Takatoshi 16 cuando bombardearon Nagasaki. Sakue se encontraba en un refugio antibombas, mientras que Takatoshi estaba trabajando en un astillero. Llevan 55 años de casados.
Por Kazuki Kuraoka, Mainichi Shimbun. Traducido del inglés, con apoyo en la versión en japonés, por Julián Ortega Martínez
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domingo 24 de febrero de 2008, 16:17 COT
El gobierno Japonés tiene un dilema con este asunto de las víctimas de las bombas atómicas. Por un lado indemnizar a las víctimas significaría aceptar que se equivocó cuando entró en la guerra contra los anglosajones y por lo tanto que fueron los malos de la película como los muestra Hollywood. Por el otro lado, exigir compensación de los EUA, los que botaron las bombas y no tuvieron la mas mínima consideración por la población civil (civiles fuera de EU no son inocentes después de todo), sería lo mismo que señalar a los gringos como los verdaderos malos de la película, que si lo fueron en el océano Pacífico, algo imposible de hacer para una clase dirigente servil como la del Japón.