Dogma 95
cine > Cineclub > EstanciasPor Marsares
martes 8 de septiembre de 2009 20:19 COT
Los adelantos técnicos alcanzados en el cine han transformado su narrativa y su propia estética. Hoy todo es posible. Aparte de los tradicionales filtros, trucos de iluminación o sets que simulan locaciones, se han unido los efectos especiales y la edición en computador que hacen posible llevar a la pantalla cualquier cosa que se imagine por más fantástica que ella sea. Empero, su abuso muchas veces ha convertido estos medios en fines en sí mismos, colocando la historia en un plano secundario.
- El rodaje debe realizarse en exteriores. Accesorios y decorados no pueden ser introducidos (si un accesorio en concreto es necesario para la historia, será preciso elegir uno de los exteriores en los que se encuentre este accesorio).
- El sonido no debe ser producido separado de las imágenes y viceversa (No se puede utilizar música, salvo si está presente en la escena en la que se rueda).
- La cámara debe sostenerse en la mano. Cualquier movimiento -o inmovilidad- conseguido con la mano están autorizados.
- La película tiene que ser en color. La iluminación especial no es aceptada (Si hay poca luz, la escena debe ser cortada, o bien se puede montar sólo una luz sobre la cámara).
- Los trucajes y filtros están prohibidos.
- La película no debe contener ninguna acción superficial (Muertos, armas, etc., en ningún caso).
- Los cambios temporales y geográficos están prohibidos (Es decir que la película sucede aquí y ahora).
- Las películas de género no son válidas.
- El formato de la película debe ser en 35 mm.
- El director no debe aparecer en los créditos.
El 12 de marzo de 1995, cuatro directores daneses (Lars Von Trier, Thomas Vinterberg, Soren Kargh Jacobsen y Kristian Levring) propusieron regresar al cine tradicional, rescatando su esencia de contar historias interesantes sin aditamentos innecesarios, fundándose en buenos guiones y el talento de los actores. Para conseguirlo, Dogma 95 señaló una serie de reglas, entra las que se destacan llevar las cámaras en los hombros, filmarse en exteriores con iluminación natural, historias lineales sin saltos en el tiempo y en el espacio y carencia de trucos y filtros (ver recuadro).
A este movimiento se le denomina Dogma 95 y El Barco Cineclub le va a dedicar el mes de septiembre a la proyección de cuatro películas representativas de esta corriente cinematográfica, en la Sala de música de la Biblioteca Virgilio Barco de Bogotá, todos los jueves a las cinco de la tarde. El pasado 3 se presentó Celebración de Thomas Vinterberg (ver reseña), el 10 se proyectará Los idiotas, el 17 Mifune y el 24 A corazón abierto, películas que en su momento recibieron calurosa acogida por el público y la crítica, marcando un punto de inflexión en la historia del cine.
Una oportunidad única la de esta retrospectiva para asomarnos a un mundo más cercano, más real, y en este sentido, más sincero, tan dramático, alegre o escabroso como lo somos nosotros mismos en el duermevela de nuestra existencia ordenada o caótica, pero a todas luces fascinante. La entrada es gratuita con foro incluido al término de la función.