Dibujando lecciones de la guerra desde el arte
Estancias > Hibakusha ProjectPor Mainichi Shimbun
jueves 28 de diciembre de 2006 0:01 COT
(Publicado originalmente el 28 de octubre de 2006)
Hiroshi Hara (Takeshi Nishimura / © Mainichi Shimbun)
Al frente del Domo de la Bomba Atómica hay una pequeña silla. Desde el río Motoyasu que corre al costado, Hiroshi Hara, de 75, del distrito de Aki en Hiroshima, saca un poco de agua y mezcla sus pinturas. Es un acuarelista. Ha estado pintando imágenes del Domo desde 1984. Es su manera de llevar el luto por las víctimas de la bomba atómica. Hace sesenta y un años el Motoyasu se obstruyó con los cuerpos hinchados de los muertos.
Seis de agosto de 1945. Hara, estudiante de primer año de la secundaria de Hiroshima, vio la nube de humo desde la isla Eta en la bahía de Hiroshima. El día anterior había sido movilizado para ayudar en la demolición de unos edificios a fin de crear cortafuegos. El 6 de agosto era su día libre. El 7 fue a la escuela únicamente para que un profesor le dijera “vete a casa. Ciento ochenta y siete alumnos y tres profesores han sido confirmados muertos”.
Se fue a casa, huyendo aterrorizado de los enjambres de gente en las calles gimiendo “agua, agua”.
Hiroshi Hara (Takeshi Nishimura / © Mainichi Shimbun)
Hace 4 años le retiraron a Hara 20 centímetros de un intestino canceroso. Aún hoy se somete a tratamiento ambulatorio regular en el hospital. “Todavía tengo radiación en mí”, dice. No son únicamente horribles recuerdos que lo atormentan.
“La raza humana y las armas nucleares no pueden coexistir”, declara. Su pintura se inspira en el mensaje que transmite el domo. Para el 26 de octubre había pintado 1.835 imágenes.
Corea del Norte, al probar un artefacto nuclear el 9 de octubre, pisoteó los sentimientos más profundos de Hara.
Él visitó Pyongyang hace 14 años y vio, en una calle secundaria lejos de los edificios modernos, gente lavando ropa en el río. En su hotel, la cena se servía a la luz de las velas, no porque fuera romántico sino porque es la única iluminación disponible.
“Es un país muy pobre”, dice. “Uno no pensaría que son capaces de hacer algo como un ensayo nuclear. Es mejor que su sistema cambie o estaremos en problemas”.
A Hara le piden a menudo que hable del bombardeo nuclear al que sobrevivió. El Parque Memorial de la Paz de Hiroshima es un destino popular de las salidas escolares. El 11 de octubre habló por una hora con un grupo de estudiantes de sexto año que venían de la Escuela Primaria Hanifu de Habikino, prefectura de Osaka. La relación de Hara con la escuela se remonta a más de 10 años.
Al concluir su charla, les dijo a los niños: “hoy les paso la batuta de la paz a todos ustedes. Por favor, compartan el mensaje con los estudiantes más pequeños en su escuela y con sus familias en casa”.
Que este relevo se lleve a cabo sin interrupciones y que el círculo vicioso de la proliferación nuclear pueda romperse. Esa es mi ferviente esperanza.
Por Noboru Ujō, Mainichi Shimbun. Traducido del inglés por Julián Ortega Martínez
© 2006 THE MAINICHI NEWSPAPERS. All rights reserved. Reproduced under permission (Todos los derechos reservados. Reproducido con autorización).
MAINICHI DAILY NEWS http://mdn.mainichi-msn.co.jp/
martes 15 de mayo de 2007, 00:02 COT
[…] 23 años Hiroshi Hara, de 75, ha estado haciendo bocetos del Domo de la Bomba Atómica de Hiroshima. Recientemente […]