Curanto feliz
Estancias > Salón comunalPor Julio Suárez Anturi
viernes 28 de julio de 2006 11:57 COT
Primero se abre un hoyo en la tierra. En el fondo de ponen las astillas para el fuego. Ahí va entonces la olla. Dentro de la olla, lo primero es un piso de carne vacuna que se cubre con hojas de repollo. El segundo piso es de carne de chancho –cerdo– y se cubre con repollo. El tercer piso es de mariscos –cholgas, choros, machas, camarón, y piure si quiere un poco de sabor– con techo de repollo. El cuarto piso es de pescado –jurel, pescada, sierra o salmón. Y antes de ponerle el último cielo raso de repollo, se rocea con vino blanco de la marca preferida. Tapamos la olla y prendemos fuego.
Esa es la forma de hacer un delicioso curanto. Un poco de todo, como aquí.
FELICIDAD. Hoy en Londres se dirá que Costa Rica es el país más feliz de Latinoamérica. Y en Suramérica, lo es Venezuela.
Colombia ocupa el puesto 34, Chile el 71, Brasil el 81 y Uruguay el 87, entre otros.
Así se dibuja el "Mapa Mundial de la Felicidad", en el que la plena felicidad –y se habla de condiciones de vida y bienestar, no de esa mermelada de las risotadas– está en Dinamarca.
La lista contiene 178 naciones. Suiza ocupa el segundo lugar y el tercero Austria. El "Top 10" lo completan Islandia, Bahamas, Finlandia, Suecia, Bhutan, Brunei y Canadá.
¿Alguien sabe dónde está Bhutan?
CONDECORACIÓN. Varios años después habría de arrepentirse de haberlo hecho, pero de nada le sirvió. Un 28 de julio –de 1976– el maestro Jorge Luis Borges recibió la condecoración a la contribución del espíritu de la Humanidad, de manos del dictador Augusto Pinochet –acusado hoy, por su entonces "hombre fuerte", Manuel Contreras, de haber hecho su fortuna con el tráfico de narcóticos.
Nadie le perdonaría jamás este desliz a Borges. ¿Era Borges pinochetista?
Se especula que ello pudo alejarlo para siempre del Premio Nobel de Literatura –proclive a exaltar autores que, además de manejar en forma excelsa el idioma, estén en la orilla de los derechos humanos.
SUCESOR. Revista de Libros presenta hoy a Jorge Franco, el autor colombiano de "Rosario tijeras", como "el sucesor de Gabriel García Márquez". ¿Tanto como eso?
No sé, el tiempo lo dirá, ya que Jorge Franco está muy joven para ser comparado con alguien que ya está por encima del bien y el mal y se puede dar el lujo de escribir obras tan malas como "Memoria de mis putas tristes".
Jorge Franco, pues, viene a Chile a presentar su última obra, una novela titulada "Melodrama", que se la publica Editorial Planeta.
Dice el novel autor: "Esta novela necesita un lector más atento. La historia es compleja, tiene muchas lágrimas, muchos gritos, es un doble mensaje al lector, porque es literatura, pero tiene melodrama".
Se trata de la historia de Vidal, bello como el que más, que explora su lado femenino, y Perla, su madre, encarnación de la esposa infiel, que viven una París en la que hacen vidas exuberantes.
Algo de incestuoso hay en esa relación, también. Suerte a Jorge Franco.
viernes 28 de julio de 2006, 13:59 COT
Julio, es Bután y queda en Asia, al lado de Nepal, en plenos Himalayas.
Hay que aclarar que el estudio que mencionas es diferente al que salió hace unas semanas y en el que Colombia aparece como el segundo país “más feliz del mundo”, supuestamente.
viernes 28 de julio de 2006, 19:09 COT
Lindo tema este de la felicidad, a veces me basta una sonrisa, otras, dejar de desear tanta cosa; intentar envejecer con gracia, no compararse. Recordar el humor de mamá. Amar, o disfrutar un curanto con los amigos.
Siempre tuya, Marta.
viernes 28 de julio de 2006, 20:16 COT
Buena aclaración, Julián. Hablo del estudio que Adrian White dio a conocer hoy, cuya medición tomó en cuenta otros indicadores, distintos al que presentó a Colombia como el segundo país más feliz del mundo. Los que saben dicen que la felicidad puede estar en hablar con un amigo o una amiga y abrazar un árbol, en lugar del Producto Interno Bruto y otras cosas que ahora escapan. Mejor dicho, del estudio en el que no me apoyé pero que reseñó la BBC de Londres http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_5225000/5225006.stm y pone a Japón en el puesto 90 y a China en el 82. De la felicidad del príncipe de Brunei sí sabía, pero que este estado del ánimo también abundara en Bután, te agradezco que me hayas ubicado. Abrazo.
Dejar de desear, el gran reto de los místicos, amor, creo que es lo más difícil de lograr, pero también lo que más reditos otorga para el bienestar espiritual. Y delicioso, claro, un curanto "Donde Mino", y el mar ahí. Abrazo.
lunes 31 de julio de 2006, 08:44 COT
Bhutan está al lado de Nepal, por los Himalayas.
Y no me explico cómo hace la gente de Islandia para ser tan feliz con tan pocos días de sol al año.
lunes 31 de julio de 2006, 12:32 COT
Tan bh(r)utan que es uno que no ubica bien ese punto de felicidad en el globo terráqueo, pero gracias a tí y a Julián, ahora lo caché.
Esta vez, don Brightside, los indicadores de felicidad no fueron propiamente el PIB, el ingreso per cápita anual ni el número de electrodomésticos en casa. Se midieron otras cosas, hasta la satisfacción de un abrazo, y ya te puede imaginar lo que eso significa cuando hay tantos días de penumbras al año.
Ahora se privilegiaron otros factores, predominantemente los de las relaciones humanas y el cumplimiento de expectativas (por ínfimas que parecieran). Creo, no sé qué me dirás tú, que estos indicadores son más ciertos que los primeros que mencioné, ¿no te parece? Abrazo.